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FUERA DE PISTA

CARRERÓN EN AUSTRIA

ENRIQUE GLÜCKMANN

Martes, 2 de julio 2019, 00:02

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El Gran Premio de Austria se disputa desde hace relativamente pocos años en la pista de Red Bull Ring, propiedad del magnate de la bebida energética, Dieter Mateschitz. Es un circuito reconstruido recientemente pero manteniendo la esencia de los trazados antiguos; es decir, curvas de alta velocidad y barreras cercanas a la pista. Es además el segundo trazado en rapidez después de Monza y el que menos tiempo se tarda en recorrer.

Independientemente del resultado final, quiero resaltar varios puntos. El primero, que ha sido la mejor carrera del campeonato en todo lo que llevamos de año, con varios pilotos luchando codo con codo hasta la última vuelta, lo que nos ha permitido ver lo que a los aficionados nos gusta: competitividad. Por primera vez hemos visto una cierta debilidad en Mercedes. Y es que cuando hace mucho calor los coches alemanes sufren, y lo hacen no porque sus motores funcionen peor con altas temperaturas, que también, sino porque necesitan abrir más la aerodinámica para conseguir una buena refrigeración de sus unidades de potencia. Esa 'apertura' les hace perder rendimiento aerodinámico. Además, hemos visto un cierto resurgir de Ferrari, que ha plantado cara a las 'flechas de plata', mientras que por vez primera el motor Honda se ha mostrado en condiciones de ganar carreras, aunque esto último se debe más a la magia de Max Verstappen que a la potencia del motor japonés.

Y ya que hablamos de Verstappen, hay que decir que estamos ante uno de los mejores pilotos de su generación y en los próximos años sus duelos con Charles Leclerc pasarán a los libros de historia de la Fórmula 1. Para muestra, un dato: su compañero de equipo, Pierre Gasly, acabo doblado por el holandés con el mismo coche. Si, como cuentan los rumores, en uno o dos años acabará en Mercedes, Hamilton puede tener un periodo final de su carrera muy difícil.

Gran Carrera de Carlos Sainz, que tras salir último por penalización y tras cambiar su motor, realizó una carrera impecable y consiguió acabar en los puntos con un octavo puesto que, junto con el sexto de Norris, hace de McLaren un valor en alza, siendo ya el cuarto equipo de la tabla y demostrando que por fin el equipo ingles ha dado con la tecla a nivel aerodinámico. El coche, como todos los demás, tiene circuitos donde va mejor que en otros, pero en la media funciona bien en todas las pistas.

Y por fin daré mi opinión personal del incidente entre Leclerc y Verstappen que decidió finalmente el gran premio a favor del piloto de Red Bull. Para mí fue un incidente de carrera que no debía penalizarse. El holandés hizo un adelantamiento al límite, pero Leclerc debió levantar el pie cuando vio que tenía perdida la posición, pues mantenerse acelerando por fuera para tratar de mantener su ya perdida posición en la pista estaba claro que sólo lo llevaría a chocar, como sucedió.

Verstappen es ha día de hoy un piloto que no pierde nunca la fe. Siempre ataca, sean las condiciones que sean, y eso debe tener su recompensa en carreras como esta. Estamos hartos de decir que la Fórmula 1 se ha vuelto aburrida, predictible y sin adelantamientos, pero cuando alguien como Verstappen los hace se le critica e incluso se le intenta penalizar, y creo que en esta ocasión sin ninguna razón. Este caso no tiene ningún parecido con la penalización de Vettel en Canadá, cuando se reincorporó a la pista de forma antirreglamentaria y peligrosa para otro participante.

Hasta Inglaterra.

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