El útimo servicio de Aróstegui al CW Málaga
Capitán las dos últimas temporadas del equipo, se marcha al CN Caballa por motivos profesionales con pena por dejar «un grupo de locos» en un submundo amateur
Profesor de Filosofía y cubreboya de waterpolo. A priori, dos mundos difíciles de vincular, pero que marcan el día a día de Juan Luis Aróstegui ( ... Ceuta, 1989). Tanto que lo primero ha condicionado lo segundo, hasta el punto de que el capitán del Club Waterpolo Málaga ha decidido dejar la disciplina del equipo, siete años después de su llegada, para volver al Caballa, al club de sus orígenes, y así poder desempeñar su otra vocación, la de las clases.
Publicidad
«No es una decisión. Voy donde me llamen, porque no puedo hacer otra cosa», afirma Aróstegui, profesor interino al que le costó comunicarle al presidente, Alfonso Wucherpfennig, y al nuevo entrenador, Peter Kubicsko, la noticia. Lo suyo con el CW Málaga fue como un flechazo. «Es de estas veces que llegas a un sitio y dices 'estáis todos completamente locos y este es mi sitio'. Entré en un ecosistema y encajé como un guante. Me sentí importante desde el primer día, pese a que mi carácter no es fácil de llevar, porque me entreno a tope y me gusta que los demás también lo hagan», explica.
A sus 31 años, Aróstegui ha tenido claro en todo momento que no se iba a ganar la vida con el waterpolo. Quizás podría hacerlo si viviera en Croacia o Hungría, donde es casi el deporte rey. O, sin ir más lejos, en otras zonas de España. Porque Andalucía nunca tuvo representación de clubes en la División de Honor, salvo un paso provisional del CW Sevilla (2007-09), pero a nivel individual para el jugador ceutí «jugar en la máxima categoría no es inalcanzable». «Sólo tienes que estar en el sitio y que se te dé la oportunidad. No digo el Barceloneta, que son palabras mayores, pero habría que estar en Madrid, Barcelona, Navarra o Tenerife. No hay equipos en más sitios», añade. No obstante, Aróstegui, con 1,76 metros, tiene otro problema: «Para mi posición soy pequeño. En niveles superiores los cubreboyas son de uno noventa y tantos metros y cien kilos».
Aróstegui se ha olvidado del profesionalismo, de los reconocimientos, y ha disfrutado como el que más de la espléndida piscina cubierta de Inacua, de las pocas de 30x20 que hay en Primera Nacional (la segunda categoría del waterpolo español), y que ya albergara un Europeo absoluto al poco de estrenarse. «El proyecto es muy bonito, porque es gente de Málaga, una familia muy loca. Allí todo el mundo va a muerte con todo por el club. Hay un nivel de compromiso, de unidad. Ojalá se pudiera meter dinero y traer gente profesional, pero la realidad es que hay gente que sabes que esta allí porque quiere estar», comenta.
Y es que Aróstegui, como sus compañeros, sólo se ahorran los gastos de los viajes de la temporada, y asume de su bolsillo el pago de la licencia federativa. No es una estrella del fútbol. No le paran por la calle, ni firma autógrafos a la salida de la piscina, pero a cambio encuentra otras contraprestaciones: «Aunque soy un poco ególatra y estaría bien que la gente te conociese, esto tiene sus ventajas. Tienes más intimidad. El fútbol a veces tiene una rivalidad poco sana y eso en el waterpolo no existe. Al final cuando alguien habla de ti porque te ha visto jugar dos veces, aunque no lo tienes ubicado, entonces te dices que estás haciendo algo bien. También me sucede con los niños del CW Málaga, que juegan una liga interna después de nuestos partidos de Primera Nacional. Ellos entran después de verte jugar. Ahí es cuando te puedes sentir como los famosos».
Publicidad
Pero no es fácil dedicarse al waterolo y compatibilizarlo con una carrera profesional. En el CW Málaga de la pasada campaña había un empleado de McDonalds, estudiantes universitarios (de Ingeniería, Medicina, TAFAD ...), un entrenador personal, varios profesores... En concreto Aróstegui estuvo la mitad del curso yendo y viniendo de Vícar (Almería), a una hora y 45 minutos.
El componente vocacional es clave. «Yo empecé a nadar desde muy pequeño. El Caballa reclutaba a gente en colegios y me llamaron. Me movía bien en el agua y comprobé que era mas divertido que nadar». A los 11 años ya estaba en el primer equipo. En total, 22 años jugando al waterpolo a nivel sénior. «Lo más importante es lo que me llevo. Nos hemos mantenido en Primera Nacional sin fichajes de fuera, hemos ganado la Copa Andaluza...», recita Aróstegui a modo de méritos. «Retirarme en el Málaga hubiera sido bonito, pero la pandemia me dejó ese sabor de no haber terminado. No quería que mi partido fuera uno que ni lo sabía. Quizás este cerca el momento de dar un paso al lado», añadió.
Publicidad
Además, admite que cada verano la continuidad del bloque del CW Málaga es una incógnita, Esta campaña saldrá él, el portero Juan Antonio Rodríguez (tambien al Caballa) y Miquel Moyano, que llegó hace un año del CN Rubi y se irá a Francia. Su presente es Ceuta, donde el waterpolo ha tenido siempre mucho arraigo. El Caballa tiene 75 años de antigüedad. Manel Estiarte estuvo un año allí haciendo la 'mili', y del clb salieron los olímpicos Guillermo Molina y Lorena Miranda.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión