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Arriba, el Waterpolo Marbella (incompleto); abajo, el Waterpolo Málaga. SUR
Un año de transición en las piscinas

Un año de transición en las piscinas

El Waterpolo Marbella volverá a competir en Primera Nacional en una campaña sin descensos y el Waterpolo Málaga trabaja para consolidar su proyecto

marina rivas

Miércoles, 30 de septiembre 2020, 23:51

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Un año más, con sus diferencias y sus semejanzas, vuelven a ser los máximos exponentes femeninos del waterpolo malagueño. Como punta de lanza, el Waterpolo Marbella, que pese a las dificultades a las que ha tenido que sobreponerse, será de nuevo el único equipo de la provincia que compita a nivel estatal (en categoría femenina), en Primera Nacional, el segundo escalón. Un nivel inferior, se encuentra el equipo sénior del Waterpolo Málaga, que disputa la Liga Andaluza. Ya cuentan los días –semanas más bien– para regresar a su hábitat natural, el agua, después de casi siete meses alejados de las piscinas.

Como toda categoría no profesional y además de ser un deporte considerado como minoritario, la realidad es que los calendarios del waterpolo femenino siguen abonados a la incertidumbre. Aunque parece que ya a finales de octubre, sendos conjuntos podrán volver a competir. El conjunto marbellí, de nuevo liderado por Miki Botello, ya conoce incluso su grupo de competición. Su categoría ha pasado a dividirse en dos grupos repartidos por sorteo, no por cercanía geográfica como han hecho otras ligas. En el caso de su conjunto, quedó encuadrado en el A, junto al Waterpolo 98 02 navarro, el Horta, el Ciudad de Alcorcón, el Zaragoza B y un último rival que saldrá de la fase de ascenso todavía por disputar.

Y lo cierto es que Botello no esconde que está más que satisfecho con el azar. «Estoy bastante contento con el grupo porque este año el equipo es bastante joven y demás, y creo que el grupo es muy regular, en el sentido de que creo que los grandes de la Liga están en el otro grupo», reconoce. Sabe que le viene bien a su conjunto que, una campaña más, volverá a ser de los más jóvenes de la categoría (ni tan siquiera roza la mayoría de edad). En la plantilla, a priori, sólo habrá una cara nueva; eso sí, también dos bajas notables de jugadoras más experimentadas. «Mari Ángeles Dueñas, que ya vino varias veces el pasado año a jugar, tendrá ficha en la plantilla, el resto del equipo será igual. Luego dos de las mayores, María y Claudia, se van a estudiar fuera; la primera ha fichado por el Alcorcón y la segunda se marcha a Granada a la Universidad», explica.

Un proyecto meritorio que a pesar de llevar la formación por bandera, ha conseguido asentarse desde hace años en el panorama nacional. Y se mantendrá, al menos, un curso más. ¿Por qué? Así lo explica Botello: «Quieren seguir ampliando la Liga para que de aquí a dos años sea de 16 conjuntos, así que sí que esta temporada nos han anunciado que habrá ascensos, pero no descensos». Un proceso de reestructuración que ya les libró anteriormente del descenso. «Eso nos da tranquilidad, porque tengo un equipo muy joven y teniendo en cuenta que no vamos a saber cómo se va a desarrollar el año…», añade.

Eso sí, el entrenador es de los que defiende que, de no haberse dado luz verde para el inicio de la competición, no sería un año perdido para las jugadoras; sencillamente, el trabajo hubiese sido distinto: «Yo pienso que para un equipo joven la competición es un aliciente, creo que es un error pensar que si no hay liga o competición no tienen por qué entrenarse, nosotros seguiremos yendo a la piscina cada día».

Si les dejan, porque la temporada ya ha comenzado de forma problemática para ellas por la tardía apertura de la piscina marbellí en la que se entrenan. Esta situación llevó al técnico a buscar soluciones; la principal, comenzar la parte física de la preparación ejercitándose en un campo de fútbol. En lo que respecta al agua, apenas llevan 10 días con el bañador. Aún así, acudieron al torneo interprovincial que, gracias al impulso económico de la Diputación de Málaga, se celebró el pasado fin de semana en Inacua. Una liguilla amistosa con los cuatro conjuntos andaluces mejor posicionados: el Dos Hermanas, también de Primera Nacional (ganador del torneo); el Chiclana, que disputará la fase de ascenso a esta categoría, el Waterpolo Marbella, que fue tercero, y el Waterpolo Málaga como anfitrión, de la Liga Andaluza.

Un momento del duelo entre el Waterpolo Marbella y el Waterpolo Málaga en el torneo interprovincial de Inacua.
Un momento del duelo entre el Waterpolo Marbella y el Waterpolo Málaga en el torneo interprovincial de Inacua.

Un equipo al que el club ha querido dar un impulso este año con la incorporación de una entrenadora con un gran recorrido. A sus 30 años, la manchega Sara Fernández puede presumir de haber sido la primera mujer en llevar la dirección técnica de un club de waterpolo en Galicia, donde se trasladó para cursar INEF. ¿Cómo llegó a Málaga? Lo explica: «El club llevaba ya un tiempo pensando en contratar a otro entrenador porque está creciendo mucho, y yo no descartaba irme fuera para seguir aprendiendo. Y me llegó la oferta por personas en común del mundo del waterpolo». Ahora, además de llevar las riendas del primer equipo femenino y uno de inferior categoría, también ayuda al reconocido técnico Peter Kubicsko en labores de coordinación del club.

Eso sí, el foco de atención estará en el conjunto de Liga Andaluza, con el fin de que en un periodo corto de tiempo, puedan luchar también a nivel nacional. «El primer objetivo del equipo es continuar la formación. Pero tenemos un bloque de niñas de 14 a 18 años, que este ejercicio han dado un salto, han hecho más equipo y esperamos que de aquí a dos años podamos ascender a Nacional», afirma Fernández. Además, la técnica explica un aspecto relevante, sobre todo teniendo en cuenta que no abundan todavía las figuras femeninas en los banquillos de este deporte: «Hace unos años el waterpolo era de estereotipo más masculino, pero está cambiando la cosa. En el Norte cada vez son más entrenadoras, en Andalucía creo que somos unas cuatro». Y continúa: «Creo que a las jugadoras les viene bien tener una referencia masculina y femenina. Nosotras creo que podemos entendernos mejor, entre que tenemos un sentido para los días que tenemos, cómo hablamos a unas y otras… No se puede explicar».

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