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Wil Sánchez se dirige a sus jugadores en un tiempo muerto de un partido del Club Waterpolo Málaga. SUR
«Terminar la Liga de esta forma es lo más acertado viendo cómo está todo»

«Terminar la Liga de esta forma es lo más acertado viendo cómo está todo»

El presidente del Club Waterpolo Málaga, Alfonso Wucherpfennig, y su entrenador, Wil Sánchez, dan por bueno el fin del torneo sin jugar todas las jornadas

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Martes, 2 de junio 2020, 23:53

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La decisión salomónica que tomó respecto al waterpolo la Real Federación Española de Natación, conocida hace unos días, se pareció mucho a la adoptada en otros torneos cara a responder a la parálisis generada por la pandemia: cancelación de las ligas sin descensos y con ascensos. Para el Club Waterpolo Málaga, undécimo en Primera División (en un torneo de trece), que en realidad es la segunda categoría nacional de esta disciplina, el fallo fue bien recibido en lo deportivo. El equipo estaba perdiendo mucho gas antes del parón. «Me parece lo más acertado viendo cómo está todo. Es muy complicado retomar la Liga en tan poco tiempo, porque hay clubes que no tienen piscina propia», valora el presidente de la entidad (también jugador), Alfonso Wucherpfennig. «Es lo más lógico. Cómo se ha visto en la desescalada, era lo normal», le secunda el entrenador, Wil Sánchez.

Al humilde club malagueño le toca de nuevo reinventarse. El proyecto de cantera va a más cada temporada, pero la fragilidad de las estructuras en lo económico (con un ERTE actual que afecta a los monitores de los equipos) va exigiendo un milagro cada verano. El próximo está por ejecutar. Pudo ser peor si el equipo sénior no hubiera permanecido en Primera. «Al final nos ha salvado esta situación (en referencia a la crisis sanitaria), porque estábamos a un punto del descenso. Nos quedamos con un sabor amargo, de saber si no hubiéramos logrado la permanencia por nuestros propios medios. Al final estábamos en caída libre, enganchando derrotas seguidas. Eran ocho jornadas sin ganar, y eso que al principio de la temporada íbamos muy bien, la mayoría de las salidas fueron empates«, valora Sánchez.

Al equipo, a un punto de la zona de descenso y en caída libre, la cancelación no le fue mal, pero ahora se teme la crisis económica inmediata

Las claves de la cuesta abajo son sencillas de explicar en una plantilla amateur compitiendo casi a nivel profesional y expuesta a vicisitudes como la marcha de sus integrantes por ofertas profesionales o prioridades de estudios. «Samuel Ruiz, un jugador de tres o cuatro goles por partido, dejó de estar desde Navidad. Y al capitán y líder, Juan Luis Arostegui, se le concedió también una plaza de profesor en Almería... El grupo se desequilibró por completo. Pero para eso estamos los técnicos: hay que solucionar las complicaciones«, recuerda inconformista el joven entrenador.

No es fácil la empresa que asume Wil (en realidad, Wifredo) Sánchez. A sus 27 años, muchos jugadores le superan en edad: «Tienes que valorarte a ti mismo, ser menos autoritario, hacer más dinámicas de grupo y que haya comunicación entre ellos. El respeto no se impone, te lo tienes que ganar», expone. Wil también comenzó en la piscina: «Dejé de jugar en cadete de segundo año. Enganché dos lesiones de rodilla graves, una en cada pierna y me desencanté un poco y estuve dos años sin hacer nada relacionado con el waterpolo». Pero su regreso le ha devuelto al primer nivel.

Olvidada una temporada de más a menos, el Club Waterpolo Málaga sigue con su plan de consolidar a los sénior en Primera, intentar en pocos años su salto a la élite (la denominada Liga PREMAAT, copada por clubes catalanes) y seguir potenciando el proyecto de cantera, ya que cuenta con unas instalaciones envidiables, las de Inacua.

Numerosos obstáculos

Sin embargo, los obstáculos son múltiples. Ahora se suma el coronavirus y la crisis económica que traerá. «En verano siempre hay alguna incertidumbre, de que a jugadores les salga oportunidades o tengan que centrarse en estudios. Dependemos de subvenciones de instituciones, de que que sigan estando ahí esos fondos y no se destinen a otras prioridades, de pequeñas ayudas de empresas«, explica Wucherpfennig, que su vez es maestro de Infantil en La Presentación.

Mientras, Sánchez es optimista cara a lo que pueda pasar: «El proyecto es a medio y largo plazo. No hay que crear un gigante con pies de barro. El club antes de que se diera todo esto tenía un proyecto de futuro, y ha pasado de cuatro o cinco años de dos entrenadores a seis, de 20 a 187 niños en la cantera. Se sigue sumando y cada año se ha hecho mejor. En la última temporada, incluso, se ha apostado por un equipo femenino«.

También queda cómo resolver las restricciones de los protocolos en la vuelta a las piscinas. «Va a ser un poco complicado. Hasta que esto no acabe definitivamente no volveremos a la normalidad. Puede ser que la Liga pueda comenzar en octubre, pero que no haya publico, y a ver si podemos entrenarnos de forma segura». En ese capítulo, Sánchez critica la falta de concreción: «El problema es que están saliendo protocolos, pero de la piscina se sabe poco del cómo. Se habla más de las recreativas. No sabemos si hay que desinfectar corcheras y el balón, si pueden entrenarse juntos los hermanos, cuántos jugadores van en cada calle para entrenar...».

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