«Pensando en un proyecto de futuro, era fundamental mantenerse en la élite»
El Nueces de Ronda Atlético Torcal seguirá en Primera División y sueña con ser la referencia para la cantera malagueña del fútbol-sala femenino
Al fin se respira tranquilidad en el pabellón de Guadaljaire. Ha costado sudor y lágrimas, pero por fin se ha logrado el objetivo por el ... que tanto tiempo a peleado el club. El Nueces de Ronda Atlético Torcal seguirá, al menos una temporada más, en la élite española. Un club humilde, con una de las plantillas más jóvenes y con menor presupuesto de la categoría y forjado en la barriada de la Carretera de Cádiz. Un proyecto que nació en 1998 gracias a la unión de un grupo de jugadores 'amateurs' y padres, por dar cabida a los chicos y chicas del barrio. Un equipo que sigue haciendo historia para el fútbol-sala femenino malagueño.
El combinado ató la permanencia en Primera el pasado sábado, a falta de dos jornadas para el final de la Liga. Necesitaban o bien una victoria ante el Alcorcón, o bien que el Marín gallego, rival que marcaba el descenso, perdiese. En esta ocasión se dio la segunda opción, además mientras las malagueñas jugaban su partido. «Les indiqué que no estuvieran pendientes del Marín, que nos centrásemos en nosotras. Sin embargo, estábamos calentando y me dijo el otro entrenador: 'va perdiendo el Marín 0-3'... y luego otra de las chicas se enteró de que iban perdiendo 2-6. Al descanso, ya le dije a todas el resultado. Puede ser que eso influyera en la segunda mitad, pero fue una satisfacción la noticia de haberlo conseguido», comenta el líder espiritual del equipo, el técnico malagueño Víctor Quintero, sobre el momento exacto en que supieron que se quedaban en Primera.

No ha sido una temporada sencilla para ellas. Hubo hasta ocho caras nuevas, numerosas idas y venidas, llegadas tardías de jugadoras y varias lesionadas durante el año, pero Quintero asegura que la actitud positiva ha sido clave en todo este proceso. Eso y, a diferencia de otras temporadas en las que descendieron, aprovechar las oportunidades y ganar a los rivales directos. Lo más relevante es que siguen poniéndose piedras para lo que, a medio o largo plazo, aspira a ser un proyecto sólido y asentado en Primera. «Es muy difícil llegar y es importante que este proyecto se mantenga en la élite, porque la cantera necesita un espacio donde poder crecer y, si no hay equipo, difícilmente podrán llegar. Así que es fundamental mantener la categoría pensando en un proyecto de futuro», valora el entrenador, y añadió: «Tenemos que asentarnos y ojalá en el futuro, quizás no a corto plazo, podamos estar ahí arriba luchando por los puestos de arriba».
Anuncia ya Quintero que dos jugadoras, la goleadora África y Cristi, se marcharán este verano. Por el contrario, Ale, Valeria, Andrea y Susi ya han sido renovadas, además de dos fichajes que ya están casi atados. Quienes, por sentimiento de pertenencia y relevancia cara al equipo, no se bajarán del barco serán las dos únicas malagueñas que siguen al pie del cañón. Una de ellas, internacional sub-23 con España, es Ale Rochel (22 años, y estudiante de último curso de Derecho), que lleva nada menos que doce temporadas en la entidad. «Después de toda la lucha durante la temporada, ha sido una gran alegría. No queríamos estar siempre subiendo y bajando. Necesitábamos una tranquilidad para asentarnos para el futuro», reconoce la jugadora.

Ejemplo para la cantera
Explica que la temporada ha sido caótica y, sin embargo, ha habido un aspecto clave, «superar los momentos difíciles en equipo». «Si no hubiera sido así -aclara-, estaríamos descenso». Ahora siente la responsabilidad, al igual que su compañera Valeria, por ser el ejemplo de los futuros talentos de la provincia. «Espero que las niñas tengan en nosotras una referencia y ellas también luchen por mejorar el fútbol-sala femenino».
En la misma línea, la portera malagueña Valeria Gálvez, también con pasado internacional, capitana, de 24 años y que estudia para ser técnico en Emergencias Sanitarias, valoró: «El objetivo es asentarnos en Primera División y tener un nombre. Además, es importante que las niñas de Málaga que quieran disfrutar de este deporte puedan tener una referencia cercana en el máximo nivel y vean un espejo en nosotras». Quiere mirar al futuro con el equipo de su vida porque sólo las personas que, como ella, han visto crecer el proyecto, saben de la importancia de este logro.
A lo largo de sus nueve temporadas en el club, se ha evolucionado desde la nada al todo: «Hemos pasado de vender papeletas para poder comprar nuestra ropa a cobrar por hacer lo que nos gusta. Hemos dado un salto hacia la profesionalidad. Es un orgullo y esperemos seguir creciendo cada año».
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