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Los jugadores, en plena celebración.

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Los jugadores, en plena celebración. Francis Silva

El Gaes Málaga consigue el ascenso a División de Honor Plata

El equipo malagueño se hizo con la plaza en una fase de ascenso muy igualada

FERNANDO MORGADO

Domingo, 19 de mayo 2019, 14:27

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Gaes

Oliva (p), A. Fernández (2), Cabello (3), Hoyos (1), Vidal (3), Curro Muñoz (4), Portela (1) –equipo inicial–, Fran (p), Nacho Quero, Mendoza, Á. Quintana (4), F. Quintana, Palomeque, Armada (4), Cazorla (1) y Óscar García (1).

24

-

18

Tolosa

Ibarguren (p), Larrañaga (1), Iker Ortiz (3), Letamendi (1), Ciganda (3), Mendinueta (3), Casado (1) –equipo inicial–, Vázquez-, Andueza (2), Arsuaga, Mindeguia, Arratibel (2), Zubiria, Uranga, Aramburu (2) y Aitor García.

  • Parciales 3-2, 3-4, 6-5, 9-8, 12-9, 13-11 (descanso), 16-12, 17-13, 18-15, 20-15, 23-16 y 23-18

  • Árbitros Oyarzun y Zaragueta (Navarra)

  • Cancha Pabellón José Luis Pérez Canca. Unos 600 aficionados

Lo vivido este fin de semana en el pabellón José Luis Pérez Canca es ya historia del balonmano malagueño. El Gaes consiguió ayer subir a la División de Honor Plata tras superar una fase de ascenso que se decidió en el último partido. La próxima temporada, Málaga tendrá un equipo en la segunda división del balonmano. El último representante de la ciudad en dicha categoría fue el Hexa Aldemar, hace una década.

El del Gaes es un proyecto diseñado para devolver el nombre de Málaga a la élite de este deporte y ayer dio un paso más en ese objetivo. Necesitaba salir del pozo de la Primera Nacional para seguir creciendo en ambición, algo que nunca le ha faltado a la entidad dirigida por Alberto Camas. Con el respaldo principal de Gaes ya acarició el año pasado la liguilla de promoción. Esta temporada, con un modelo de patrocinio menos centralizado, gracias al clúster de empresas que entró en el grupo de espónsores, el Gaes ha echado el resto para subir.

Gracias al apoyo del Ayuntamiento y la Diputación de Málaga consiguió traer la fase de ascenso a su pabellón, donde esta temporada aún no había perdido. La primera derrota se produjo el viernes ante el Sant Quirze, en el debut de los malagueños en la lucha por la única plaza en juego.

Tras el traspié ante los catalanes, todo se ponía cuesta arriba, pero la igualdad que dominó toda la fase de ascenso jugó a su favor. Ninguno de los cuatro conjuntos sobresalió, pero el conjunto malagueño supo sufrir cuando tocó y, llevado en volandas por su afición, logró dos victorias nada fáciles ante Ikasa Madrid y Tolosa Eskubaloia que le dieron el ascenso.

Si en su primer encuentro el Gaes Málaga se estrelló contra un portero catalán en estado de gracia, esta vez tuvo en sus filas a una auténtica muralla bajo palos, el sevillano Jorge Oliva. Sobre sus paradas se sostuvo el equipo local en los primeros compases del choque de ayer ante el Tolosa. El Gaes saltó a la pista sabiendo que dependía de sí mismo, pues la victoria del Ikasa minutos antes descartaba al Sant Quirze y ponía a los madrileños con dos victorias, pero el resultado del choque entre el Gaes y el equipo de la capital decantaba la balanza para los de la Costa del Sol en caso de empate.

Curro Lucena no especuló y sacó a sus mejores hombres desde el inicio. En el tercer ataque ya sentó al portero para asediar la portería vasca con siete hombres. La apuesta salió bien y el Gaes dominó el marcador en la primera parte, hasta irse al descanso por delante 13-11. La segunda mitad iba a transcurrir por los mismos derroteros que la primera, con el Gaes dominando y Oliva como protagonista con varias paradas de mérito.

Nunca se alejaron demasiado los vascos, pero cuando más lo necesitaba, el Gaes siempre encontró a un jugador dispuesto a cargar con la responsabilidad. Primero fueron Vidal y Álvaro Quintana, luego el pivote Armada, Curro Muñoz y también Cabello, que levantó a la grada con dos goles en el ecuador del segundo tiempo. En el tramo final los malagueños se distanciaron hasta el 24-16, que permitió al público cantar victoria en el último minuto. La fiesta se desató en Carranque. Los jugadores celebraron el ascenso sobre la pista, donde recogieron el trofeo de campeones y su portero, Oliva, fue distinguido el mejor jugador del duelo.

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