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Año tras año se refrenda la idea de que el marcharse a estudiar a Estados Unidos no es una moda temporal. Vemos como, al inicio ... de cada nuevo curso, son varios los deportistas malagueños que deciden cruzar el charco, obnubilados por vivir el famoso sueño americano, viajar, aprender inglés y sobre todo, por una oferta académica sobre la que todos los que se van comentan lo mismo: «En cuanto al balance estudios-deporte, aquí te lo ponen muy fácil para poder llevar los dos adelante». Sea o no una realidad, lo cierto es que no deja de ser una tendencia al alza.
Este es el segundo año de Diana Santamaría en la Florida International University, donde cursa Psicología. Esta joven malagueña de 19 años se consolidó como una de las mayores perlas de la cantera de la natación provincial, andaluza, e incluso estatal. Antes de los 15 ya coleccionaba récord autonómicos, e incluso, uno nacional de su categoría de edad. En su palmarés, la nadadora del Club Inacua atesora numerosas medallas de campeona de España en categorías inferiores en 50 y 100 libre, así como otras medallas absolutas a nivel nacional e incluso, entró en la dinámica de la selección española júnior, junto a la que fue al Europeo de Roma en 2021.
Diana siempre llevó su pasión por bandera; la heredó de su madre, Isa Losada, que llegó a acudir a campeonatos de España tras ser campeona de Cataluña en su juventud. Su madre es catalana y su padre, malagueño. Es más, también es una cara conocida, Sergio Santamaría, canterano del Málaga, exjugador del Barcelona e internacional con España en categorías inferiores. Incluso, llegó a ser galardonado con el Balón de Oro del Mundial sub-17 de 1997, donde España fue bronce. De tales progenitores no podía si no salir una nueva gran deportista. Aunque como todos, no toda su carrera fue un camino sobre un lecho de rosas.
Y así lo explica Diana, en su momento considerada una niña prodigio de la natación: «Yo solía destacar mucho desde muy pequeña y cuando pasan los años te das la hostia. Te motiva que te digan tantas cosas buenas como me decían pero cuando al final no salen las cosas, es un golpe», reconoce. Tantas palabras bonitas y grandes expectativas acabaron mermándole anímicamente cuando, al pasar a la edad absoluta, no todo salió como esperaba. Sin embargo, ama tanto su deporte, que nunca lo dejó de lado, y apostó por darle un giro apostando por seguir su progresión en Estados Unidos. Ahora, años y medio después de esa decisión, asegura que fue la mejor idea: «Me estanqué mucho, pero creo que ahora estoy empezando a recuperar mi mejor versión y estoy más motivada también. Al final, cuando llegas al equipo nacional, empiezan a meterte presión. También una es muy autoexigente, y aquí es una mentalidad diferente. Nadas por tu equipo, pero no tienes tanta presión. Yo creo que estoy mejorando desde que he llegado».
Desde luego, no le está yendo mal. Ya son varias las medallas que ha coleccionado (varias de oro) en las diferentes competiciones interuniversitarias que ha disputado en este tiempo, siendo la joya de la corona el trofeo de campeonas de la American Athletic Conference del pasado curso 2023-24, temporada en la que la malagueña recibió además el galardón a la 'freshman' del año en su universidad. Poco a poco, está volviendo a sonreír. La natación en las universidades norteamericanas tiene un sistema muy diferente al español. Para empezar, porque sus piscinas no son ni olímpicas (50 metros) ni cortas (25 metros), si no de 25 yardas, lo que equivale a 23 metros, por lo que los tiempos de clasificación son diferentes a los de las competiciones profesionales. Además, sobre los entrenamientos, Santamaría añade: «Aquí tienen un sistema diferente. Hacemos muchos menos metros (menos series), y le dan mucha importancia a la técnica, a los detalles. Hacemos mucho trabajo específico, los virajes… Siento que todo eso me está ayudando a mejorar».
Además, con las facilidades que le otorga su centro académico para compaginar los estudios y el deporte. «Aquí vivimos para entrenar nuestras dos veces al día y luego, nos ponemos las clases alrededor de estos entrenamientos. Nos dejan libertad total para los horarios. Además, muchas de las clases son 'online', no presenciales, lo que también nos facilita las cosas», reconoce. Ahora que ya está asentada en Miami y en el buen camino hacia su mejor versión, sólo le queda exponer sus nuevas metas para el entrante 2025: «Mi objetivo de la temporada es llegar a los campeonatos nacionales, y para eso tendría que baja un segundo en el 100 espalda y dos segundos en los 100 libre. Estoy cerca, pero hay que conseguirlo. Y cuando vuelva a España, mi meta es volver a rebajar mi tiempo en los 50 y 100 libre, que la que tengo es que hace varios años ya, además de ir al campeonato de España, que la marca la tengo ya».
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