Una despedida agridulce para 'Sito'

Entre dos tierras se ha movido la carrera de Alfonso Wucherpfennig júnior (Málaga, 1984). «La natación me ha dado mucho a nivel personal y el waterpolo ha sido un disfrute, el de poder conseguir objetivos difíciles», resume el actual presidente del Club Waterpolo Málaga Inacua, que dejó el pasado fin de semana la competición en la piscina con una sensación agridulce: su mejor año (51 goles en 14 partidos, promedio nunca logro en Primera Nacional), pero con el descenso a Segunda.

Se cierra un esplendoroso ciclo de cuatro años en la categoría en el que el club malagueño ha dignificado una disciplina dominada por las entidades catalanas y alguna madrileña. Tanto es así que de Andalucía sólo hay dos representantes en Primera, el CN Caballa y el CW Sevilla. A sus 37 años, y en una plantilla en el que el siguiente en edad, Nahuel Leona, tiene 27, llegó la hora de poner fin a una larga etapa de competición .

Y es que 'Sito', como le conocen todos sus compañeros, ha compaginado la natación, en los inicios de su carrera, y el waterpolo. Como nadador destacó en braza y en 100 estilos. La natación le viene de familia. Su padre, con el mismo nombre, ha arbitrado en cuatro Juegos Olímpicos (estuvo en la calle en que Phelps logró uno de sus ocho oros en Pekín 2008) y actualmente es 'chairman' de Campeonatos de Europa, y su hermana jugó al waterpolo en Primera Nacional con la UMA.

Sito pasó por el Real Club Mediterráneo, el Centro de Alto Rendimiento de la Federación en el Cerrado y estuvo becado en la Blume, antes de fichar por el Real Canoe, que le ofreció facilidades para sus estudios universitarios de Magisterio. En la natación su trayectoria no fue a más. «Estuve tres años en la Blume, pero siempre te medían objetivos por temporada y, si no, no te daban la beca. En cierta medida es contradictorio. En Estados Unidos se trabaja más al medio y largo plazo. Era ilógico tratar de conseguir en un año un objetivo nada fácil y estar progresando para una clasificación olímpica», analiza ahora con la perspectiva que ofrecen los años.

Así las cosas, en 2006 regresó a Málaga para seguir allí sus estudios universitarios y compatibilizó el acudir a campeonatos nacionales con el Canoe en natación y retomó el waterpolo con el CW Málaga, creado hace apenas dos años, con la fuga del grueso de jugadores del Mediterráneo (los Pablo Tapia, Pepe Nuñez, Manuel Mateo, Manu Santiago, Sergio Mateo, Álvaro Fenoll y Alejandro Platero), con una etapa de transición en la UMA.

Profesor de Infantil en La Presentación actualmente, Alfonso ha jugado de lateral, extremo e, incluso, de boya en los últimos años. «No soy un boya puro. Jugaba por fuera, y el club siempre tenía dos opciones de boya, pero a veces actuaba en doble boya, aunque sin trabajar específicamente esa posición», matiza, y en esos quince años de trayectoria en el CW Málaga se queda con los dos ascensos vividos, a Segunda y Primera Nacional –que, hay que aclarar que es la segunda categoría del país, pese a su nomenclatura, pues está la División de Honor–, ya como máximo dirigente de la entidad (puesto en el que lleva ocho años) y, sobre todo, los últimos meses.

«Aunque suene muy raro, por el descenso sufrido, me quedo con este año. Tomé la decisión en septiembre de dejarlo porque llevaba un par de años perdiendo las ganas y no me veía con ilusión. Tuvimos cinco bajas de jugadores (Juan Antonio Rodríguez, Juan Luis Aróstegui, José Cotos, Jaime Godoy y Miguel Moyano) y se presentaba un año muy difícil, y eso supone un gran cambio. Peter (Kubicsko, el técnico húngaro del equipo) me dijo que este año tenía que disfrutar como todos los anteriores, porque en el último no lo había hecho. Me quedo con la actitud y el ambiente que se ha generado. Metiendo a cuatro o cinco juveniles o cadetes en la plantilla, se ha podido dar la cara en muchos partidos, perdiendo por uno o dos goles«, resume.

Ahora presume del actual proyecto de cantera de su club, con 190 jugadores (un centenar en la escuela) y nueve equipos, con las féminas en clara progresión. Seguramente la mejor estructura de base en la región. Ese es su presente y su futuro. Mientras tanto matará el gusanillo de otra forma: «Mi idea es seguir entrenándome algunos días, sin presión, para echar una mano y estar en forma».