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Cuarentena, Ramadán y desierto

Cuarentena, Ramadán y desierto

El atleta nerjeño Ouassim Oumaiz explica que, dada la cancelación del calendario, pospondrá su vuelta al Centro de Alto Rendimiento en Madrid

marina rivas

Domingo, 17 de mayo 2020, 00:16

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En mitad del despegue volvieron a cortarle las alas. Aunque en esta ocasión la incertidumbre deportiva ha paralizado todo el mundo. Hace un año, en un momento de esplendor, el nerjeño Ouassim Oumaiz cayó lesionado por una fractura de estrés en el sacro que lo mantuvo a la sombra hasta finales de 2019. Reapareció por todo lo alto, haciendo historia al ganar el Cross Internacional de Atapuerca a sus 20 años, y los meses siguientes, su nombre estuvo en boga. Volvió a ser medallista nacional en cross, debutó en un mitin internacional y comenzó a despuntar en los 3.000 metros lisos al conseguir el récord de España sub-23 y con un visible margen de mejora. Esta distancia era sólo parte de su proceso de adaptación al alto nivel en pista cara a su mayor reto: los Juegos de Tokio (en los 5.000 metros).

Con el avance del coronavirus, la cita olímpica se pospuso y se anunció que todo el calendario quedaría suspendido, así como el ránking clasificatorio para Tokio (congelado hasta diciembre). Un verdadero desierto en cuanto a competición y, por consiguiente, también en motivación. Pero el atleta del Cueva de Nerja-UMA no pierde la calma. Sus planes han cambiado, pero tiene claro que en cuanto regrese la 'normalidad', retomará su meta. «No voy a dejar de luchar por llegar a los Juegos. Como ya dije, creo que los mios son los de París, pero me gustaría comenzar por Tokio para saber cómo es, coger experiencia», dice.

A la hora a la que este periódico sale a la calle, el malagueño está prácticamente comenzando a dormir. Y es que tanto el joven como su familia cumplen estos días con el mes de ayuno de la tradición musulmana, el Ramadán, que se extiende este año desde el 24 de abril al próximo sábado, día 23. Una práctica que cambia por completo su biorritmo. En esta ocasión, Oumaiz puede realizarla porque no interfiere en su calendario. Anteriormente sí que tuvo inconvenientes. «El año pasado sí lo hice porque estaba con la lesión, pero hace dos años no, por el calendario. Pero se nos permite no hacerlo si lo compensamos con una buena obra. Lo que yo hice fue destinar un dinero a niños necesitados», recuerda.

Ahora lo cumple a rajatabla y su rutina, para todo aquel ajeno a esta religión, no deja de ser curiosa. Así relata el fondista su día a día en Nerja: «En el caso de mi familia hacemos como tres comidas (a partir de las 21.00 horas aproximadamente, cuando se permite comer). Yo me tomo un batido de fresa y plátano; más tarde me como, por ejemplo, un bocadillo y unos dátiles, y después, sobre las cuatro de la mañana, me como un plato de salmón o de pasta. Y luego me duermo desde las seis de la mañana hasta que me despierte, ya por la tarde». ¿Esto implica que no se ha entrenado? No, sí que lo ha hecho, pero bajando la intensidad. «Antes del Ramadán estaba doblando entrenos en casa. Mi entrenador, Antonio Serrano, nos manda los planes y además hacía rutinas de abdominales sobre todo a través de la aplicación de Nike», comenta. Con la extensión del confinamiento, Oumaiz decidió comprar una cinta de correr y de esta se sirve a diario ahora. «Aprovecho para entrenarme al final de la tarde y así cuando acabo ya estoy más cerca de la hora en la que se puede comer», explica.

Y es que cabe recordar que durante el Ramadán tampoco se puede beber agua (salvo en el tramo horario permitido), por lo que durante el ayuno opta por no hacer ejercicios que puedan deshidratarlo. Esto hace que el atleta todavía no haya salido a correr fuera de casa, por decisión propia: «Lo hablé con mi entrenador. Al estar haciendo el Ramadán, mi rutina cambia y me encuentro demasiado cansado como para salir a la calle a entrenar ahora mismo».

Concentración en Uganda

Ahora que está en el tramo final del Ramadán ya se replantea su desescalada personal, aunque esta no pasa por regresar al Centro de Alteo Rendimiento de Madrid. donde residía. Así lo explica: «He renovado mi beca (interna) en el CAR, pero no voy a volver allí en cuanto abran. Esperaré a más adelante, cuando ya se vayan acercando las competiciones. En Nerja estoy bien, con mi familia, Serrano me manda los planes y además tengo una concentración planeada». Habla de una reunión de atletas de élite pertenecientes al Nationale Nederlanden Running Team, el grupo de fondistas más relevante del mundo y por el que fichó a inicios de este 2020 para representar a este en los mítines internacionales fuera de España.

Entre sus compañeros en este grupo figuran nombres como el plusmarquista mundial en maratón Eliud Kipchoge o el olímpico Joshua Cheptegei. Y precisamente en la tierra natal de este último se daría la reunión a la que acudirá el nerjeño. «El Nationale Nederlanden me invitó a una concentración en un pequeño centro que tienen en Uganda, donde se entrenan todos. No pude ir antes porque empezó todo lo del coronavirus, pero estoy deseando ir en cuanto pueda. Ya estoy practicando el inglés». cuenta en tono jocoso Oumaiz. Una hoja de ruta diferente con el fin olímpico como punto de llegada.

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