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En esta segunda campaña consecutiva en Primera, el objetivo del Nueces de Ronda Atlético Torcal era claro: esta vez, la salvación debía atarse cuanto antes, todo con tal de no repetir la misma situación agónica hasta la jornada final del curso anterior. Y realmente, comenzó ... muy bien el curso, con dos victorias en las tres primeras jornadas y tres en las seis primeras, además de resultados como la derrota por 2-3 ante el laureado Futsi Navalcarnero que hacían ver que este equipo podía competir incluso contra los mejores.
Sin embargo, pasaron las jornadas y llegaron los baches. En la novena, el cuadro malagueño retomó la senda de los triunfo, la misma que no toma desde noviembre. En diciembre, su mejor resultado fue un 3-3 ante un rival directo, el Futsal Alcantarilla. Aunque lo más doloroso fue encajar derrotas ante rivales a los que no debe perdonar si realmente quiere permanecer en esta categoría.
Aun así, los 14 puntos acumulados al término de la primera vuelta mantienen al Nueces de Ronda Atlético Torcal undécimo, fuera de los puestos de descenso, frontera que marca ahora mismo el Ourense (14º), pero a sólo un punto. La tensión es máxima en la zona baja, y consciente de ello, el club ha decidido mover ficha para mejorar sensaciones en esta segunda vuelta que comienza mañana, a las 11.00 horas, en el feudo de su perseguidor en la tabla, el Marín Futsal gallego, también con 14 puntos. Cara a esta segunda parte de la temporada, son cuatro los cambios que se han producido en la plantilla: la baja de la la brasileña Thalita y tres incorporaciones: las de la japonesa Kichi, y las noruegas Mari y Marthe.
El entrenador del equipo, Víctor Quintero, valoró sobre Thalita que «no estaba a buen nivel». Su recambio ha llegado desde los países nórdicos y se llama Mari, tiene 21 años, procede del Tiller, destaca por su talento goleador y sus asistencias y es internacional con la selección absoluta de su país. Al igual que su paisana Marthe, de 24 años, fichada para reforzar la portería, cuya titularidad, eso sí, sigue perteneciendo a Valeria. «La ala es zurda y viene a sustituir a Thalita. Es sub-21 pero es muy buena, tiene mucho talento. La segunda de ellas es portera y viene a sustituir a Andrea Passos, es internacional y la hemos visto rendir muy bien estos días. Llega para completar la portería, porque en diciembre se nos escapó un partido en el que se lesionaron las dos porteras y ya dijimos que en la segunda vuelta no podía pasar eso», argumentó Quintero.
La tercera incorporación es más bien un regreso, el de la nipona Kichi, que ya compitió con el equipo el año del ascenso y el pasado curso en Primera. Estos meses atrás, regresó a su país y aparcó el fútbol-sala. Sin embargo, ha aceptado la petición de regreso para ayudar a sus compañeras en el objetivo de la permanencia. Sobre su vuelta explicó: «Vino a Málaga en Navidades, probó unos días, vimos que seguía a buen nivel y la repescamos. Llevaba dos años con nosotras y rindió especialmente el año del ascenso a Primera, es una jugadora con mucha experiencia, tiene 30 años, ha jugado con Alcantarilla, el Universidad de Alicante y llegó a ser incluso campeona de Liga con el Roldán, hace unos años».
Hay un cuarto 'fichaje' en realidad, el más deseado, aunque tendrá que recuperar aún el ritmo, y se trata de África. Esta y jovencísima cordobesa, torcalista ya desde hace dos temporadas, se convirtió en una de las grandes revelaciones de Primera en la 2023-24 al entrar en el 'top-5' de goleadoras, junto al cuadro malagueño, con el que se quedó esta campaña aun teniendo otras ofertas. Lamentablemente, sufrió un golpe en el partido contra el Alcantarilla y se perdió el último partido del año pasado.
En el duelo de mañana, aunque no a su cien por cien, ya estará disponible para Quintero, una pieza crucial a nivel ofensivo a la que, eso sí, habrá que darle algo más de tiempo. «Si este fin de semana sacamos la victoria, daríamos un paso adelante. La idea es conseguir al menos cuatro victorias más. El ambiente en el vestuario está bien, es un grupo fantástico y todas se llevan muy bien», valora el técnico. Aunque también se sincera asegurando que este último bache «fue un jarro de agua fría». Ahora sólo queda reponerse y volver a hablar de victorias.
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