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Bencherqi, posando para SUR en las piscina de su club, el Real Club Mediterráneo. FRANCIS SILVA
Amira Bencherqi, una nadadora sin techo ni barreras

Amira Bencherqi, una nadadora sin techo ni barreras

La joven malagueña de 16 años perdió la pierna en un accidente en Marruecos con sólo 4 años. Hoy es campeona mundial absoluta y sueña con ser paralímpica

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Sábado, 24 de diciembre 2022, 00:06

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Todos deberíamos aprender a quejarnos menos, a sacar partido a nuestras virtudes, pero también a nuestros defectos; deberíamos entender que no podemos vivir centrados en el egoísmo y en una constante tristeza. Todos podemos salir adelante y tenemos que darnos la oportunidad de intentarlo. Hace doce años que una tragedia sacudió la casa de los Bencherqi, un terrible accidente de coche acabó en Urgencias. La pequeña de la casa, Amira (iba acompañada de su padre y una tía), salió disparada por el cristal con tan mala fortuna que este le cortó la pierna prácticamente de lleno. Aún recuerda ciertos 'flashes' de aquel hecho traumático a pesar de que entonces sólo tenía cuatro años.

Sucedió en Marruecos, país originario de los padres de la menor. Sin embargo, allí no lograron atender como es debido a la pequeña Amira, que tuvo que ser trasladada en helicóptero a Gran Canaria. El diagnóstico no era el mejor y la pequeña Amira perdió una pierna completa. Pero lo que para muchos podría suponer el fin, para otros es una nueva oportunidad de vivir. «Mi madre fue bastante fuerte, no quería que llorásemos, siempre decía que lo importante es que estaba viva», recuerda Amira, que por otro lado relata: «Mi padre lo pasó bastante mal. Tras el accidente se sentía culpable».

Pero, a base de lágrimas y noches de dolor, decidieron afrontar la realidad. Si entonces hubieran tirado la toalla y se hubieran encerrado en sí mismos, Amira no sería quién es hoy en día y quien podría llegar a ser.. La joven tiene ahora 16 años, es una brillante estudiante de primero de Bachillerato en Málaga y sueña con poder cursar la Universidad en Estados Unidos, de la mano de alguna beca deportiva. Es una adolescente muy inteligente, sensata y alegre, pero lo más increíble: posee 53 medallas de campeonatos de España y es la actual campeona absoluta de los World Games en los 400 libre y subcampeona en 100 espalda y 50 libre en la categoría adaptada de S9.

FRANCIS SILVA

Amira nació en Lanzarote, donde se conocieron y trasladaron sus padres (él de Rabat, y ella, saharaiu). Sin embargo, ella se considera ya malagueña, porque a raíz del accidente e impulsada por su madre cambiaron radicalmente de vida. «A mi madre siempre le gustó Málaga pero fue por mí por lo que tomó la decisión de venir. Ella siempre apostó por mi natación y en Canarias no había muchas competiciones importantes. Vio que venir a Málaga suponía una oportunidad para progresar en mi carrera», reconoce. Y es que, tras perder el miembro, encontró en la natación su nueva motivación, su vía de escape. «Cuando comencé a competir en la adaptada y empecé a ver personas con discapacidades incluso peor que la mía, acababa agradecida porque podría haberme pasado algo peor», valora con humildad.

Sacrificio

Progresó tanto y tan rápido que el archipiélago se le quedó pequeño, y su madre no lo dudó: lo dio absolutamente todo por Amira. «Ella era traductora para el gobierno en la ONU y dejó su trabajo porque al principio yo necesitaba muchísima ayuda y quería dedicarme todo su tiempo a mí. Sacrificó su carrera profesional para apoyarme. Todo su tiempo lo ocupaba yo», cuenta la estudiante.

A día de hoy vive con ella. Su padre, por desgracia, no encontró trabajo en Málaga y optó por mandar un sustento para ambas desde Lanzarote, por lo que se reencuentran ocasionalmente. Por lo demás, la vida de Amira es la de cualquier otra deportista de alto nivel, y así quiere ella misma que se la reconozca, como una deportista más. Eso sí, de las que quiere volar alto. Sale del colegio a las 14.30 horas, va directa a la piscina del Real Club Mediterráneo, donde se entrena a las órdenes del reconocido Melquiades Álvarez, come, se cambia y comienza a entrenar en el agua desde las 16.00 y hasta las 18.00 para, posteriormente, dedicar una hora y media más a la musculación . No encuentra impedimentos por tener una única pierna; siempre ha tenido una brillante capacidad para encontrar soluciones a cualquier problema.

«En la natación adaptada veo personas con discapacidades incluso peores que las mía y acabo sintiéndome agradecida»

De hecho, su talento y su hambre a la hora de competir y crecer es tal que explica: «Compito tanto con gente con discapacidad como sin discapacidad. Me motiva mucho para mejorar y me da experiencia para mejorar. Nado contra personas que tienen una condición física mejor, pero eso me ayuda a sacar fuerza interior para intentar ganarles». Y por ahora, sí que le ha ayudado, porque su progresión ha sido imparable: ha subido a todos los podios nacionales desde los 10 años y, en su primera tentativa en una gran cita internacional, en los World Games de Portugal del mes pasado consiguió un oro y dos platas.

Ahora que ha despegado al más alto nivel, Amira Bencherqi sólo piensa en alzar el vuelo. «En España hay muchísimo nivel en la natación adaptada, pero mi propósito es intentar llegar a los Juegos de 2024. y si no, a Los Ángeles 2028». No hay imposibles para quien no ve barreras.

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