La flamante campeona de España de voley-playa tiene solo 23 años.

El sueño olímpico de la nerjeña Ángela Lobato

La deportista nerjeña ocupa el puesto 43.º en el 'ranking' mundial de voley-playa y quiere ir a Río en 2016

Eugenio Cabezas

Jueves, 3 de septiembre 2015, 07:12

A la malagueña, que forma pareja con la alicantina Paula Soria, le faltan tres asignaturas para terminar INEF y aspira a ganarsela vida con el ... deporte

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nerja. Cuando no está con el bañador puesto dando saltos en la arena frente a una red de voley-playa, a Ángela Lobato le gusta dibujar, coser fieltro y hacer manualidades en general. Sus manos, sus brazos y sus piernas, ágiles y potentes, le permitieron además proclamarse el pasado domingo, por primera vez, campeona de España de voley-playa junto a su compañera Paula Soria en Fuengirola. Desde el lunes está de nuevo en Alicante para seguir entrenándose, con sesiones diarias de dos horas. La jugadora nerjeña tiene un sueño: acudir el próximo verano a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Es consciente de que es muy complicado, «casi imposible», pero no va a cejar en su intento. «Llevamos apenas un año compitiendo a nivel internacional, estamos en el puesto 43.º del ranking mundial, y solo hay hueco para 24 parejas», declara por teléfono.

Para seguir intentando ganarse la plaza que les dé el pasaporte olímpico, la jugadora nerjeña y su compañera tienen todavía por delante un final de año muy intenso, con competiciones en Sochi (Rusia), China, México y Turquía, donde disputarán varios torneos open. Aunque su meta está en la Continental Cup que se celebrará en junio de 2016, a escasos dos meses del comienzo de las Olimpiadas. «Aún no sabemos el sitio, pero ya competimos en Murcia este año y lo hicimos bastante bien», afirma.

A sus 23 años, a Lobato le quedan tres asignaturas para terminar la carrera de INEF en la Universidad de Alicante. Aunque ahora está totalmente volcada con el voley-playa, esta «apasionada del deporte» es consciente de las dificultades que tiene poder ganarse la vida con esta disciplina «tan minoritaria». «Lo único que recibimos es una ayuda de la Federación Española de Voleibol, de 5.000 euros al año para cada una, que nos da apenas para cubrir los gastos de los viajes», admite. «Si estamos ganando algo este año es gracias a los patrocinadores y a los premios en metálico por los torneos», considera.

Lobato comenzó a jugar al voleibol en Nerja a los 12 años, cuando junto a un grupo de amigas se apuntó a la Escuela Municipal que dirige Jimmy Armijo, entrenador nacional de este deporte con una larga trayectoria. «Me enganché desde el principio, empecé a ir a jugar a la playa en verano y en invierno en pista», recordó. «Le he dedicado muchas horas», admitió. Y sigue haciéndolo, en concreto de dos a tres diarias en la arena y otras tres sesiones semanales, de dos horas, de gimnasio, a las órdenes de su entrenador, Raúl Mesa, que fue olímpico de este deporte en Pekín 2008. Los entrenamientos, los estudios, las competiciones y los viajes constantes apenas le dejan tiempo libre para sus otras aficiones, las manualidades, salir con los amigos y pasar más tiempo en su pueblo natal, de donde echa «mucho de menos» a sus amistades de la infancia, con las que, eso sí, mantiene contacto directo a través de las redes sociales («soy muy adicta al Facebook y al whatsapp», reconoce). «Espero poder ir en Navidad unos días a Nerja», avanza.

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Pareja sentimental

El Campeonato de España conseguido en Fuengirola el pasado domingo ha sido para Ángela Lobato uno de sus mejores momentos deportivos y personales, ya que lo consiguió en presencia de sus padres (Cristóbal, empleado en una notaría, y Ángela Herrero, profesora de Inglés en el IES Sierra Almijara), sus dos hermanos (Cristóbal, de 19 años, que estudia Mecánica, y Fernando, de 11) y muchas amigas. En la grada también estaba su pareja, el mejor jugador español de voley-playa, el gaditano de San Roque Adrián Gavira. «Él es una máquina. Ya estuvo en las Olimpiadas de Londres, donde fue noveno junto a su compañero de juego Pablo Herrera, y tienen asegurada su presencia en Río de Janeiro», asegura.

«Si no consigo ir con plaza, estaré como invitada. Ya fui a Londres en 2012 con él y fue increíble. Vivir unos Juegos desde dentro tiene que ser alucinante. Sueño con ello», apostilla. Tras situarse en el puesto 43.º del ranking mundial de la Federación Internacional de voley-playa, Lobato y Soria son ya el segundo mejor dúo nacional, tras las más populares, Elsa Baquerizo, de Madrid, y Liliana Fernández, de Benidorm (Alicante), que ocupan el noveno puesto mundial. Ellas sí tienen casi seguro el billete para Río 2016.

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La nerjeña no quiere agobiarse y sabe que si el sueño olímpico no llega el próximo año, a sus 23 años aún puede aspirar a estar en Tokio 2020. No quiere obsesionarse con su futuro, aunque no se ve opositando a profesora de Educación Física, «más bien trabajando en un centro deportivo, como entrenadora o monitora, pero siempre en algo relacionado con el deporte, y con el voley-playa», dice.

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