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Mina, en un entrenamiento del Asisa Málaga Costa del Sol.
Algo más que un partido

Algo más que un partido

El Asisa Málaga Costa del Sol se jugará en 60 minutos en Oviedo subir a la élite y gozar de un aval cara a negociar patrocinios

Pedro Luis Alonso

Jueves, 15 de mayo 2014, 12:40

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Es un partido de balonmano, pero parece algo más que sesenta minutos de juego con siete chicas en cada bando. El Asisa Málaga Costa del Sol se juega el sábado (20.00 horas, Polideportivo de Pumarín) en la capital asturiana, frente al cuadro local, el Balonmano Oviedo, no solo el ascenso a la División de Honor, sino también poder negociar en una posición de fuerza futuros patrocinios.

Cabe recordar que Asisa, que ha esponsorizado al Balonmano Costa del Sol las dos últimas temporadas, acaba su contrato en los próximos días.Las partes se han emplazado al final de la temporada para estudiar una ampliación de este vínculo, pero no está nada claro que vaya a prolongarse.

El Balonmano Costa del Sol no juega en la élite desde 2001 (después de un ciclo de dos temporadas, la 1999-2000 y la 2000-2001). Su presupuesto, sin incluir un capítulo adicional por las últimas fases de ascenso, asciende a 21.000 euros, pero su presidenta, Carmen Morales, considera que en la máxima categoría debería elevarse mucho. «Si se quiere competir y no empezar a perder partidos desde la primera jornada, debería ser así. Tendríamos que fichar a varias jugadores de fuera y buscarles pisos para vivir...», dijo, y cifró un presupuesto razonable en 100.000 euros.

«Mis jugadoras se merecen estar en la élite. Hay calidad, y sería una pena repetir en la categoría», se sincera la dirigente, que asume que ascender supondría elevar el fijo de gastos a nivel federativo: el coste de las inscripciones de las jugadoras, los viajes y los arbitrajes.

Pérdida de apoyos

A día de hoy la crisis ha convertido en un auténtico dilema poder competir al máximo nivel con un club deportivo. La plantilla del Asisa es íntegramente local, salvo dos excepciones, la portera húngara Biga y la primera línea noruega Mina, ambas en tierras costasoleñas estudiando español. «Las instituciones desde 2008 han reducido progresivamente su apoyo hasta un 80 u 85 por ciento», reconoce. De ahí que los espónsores resulten clave para sostener la actividad de una primera plantilla sin fichas y de una estructura de cantera.

No solo eso, las instituciones se retrasan en sus ayudas menguantes «Aún no hemos recibido alguna de las de esta temporada», confirma Morales, y eso coarta las posibilidades de planificación en la entidad. Hay un ejemplo claro: el coste de los desplazamientos de la temporada podría reducirse de una forma sensible si se dispusiera de estas partidas de antemano. No es igual cerrar un viaje con meses de antelación que días antes, porque se encarece sobremanera.

Aunque el nivel de la segunda categoría nacional del balonmano femenino ha descendido algo en los últimos años por la crisis, es cierto también que los mejores conocedores de la plantilla actual del Asisa son optimistas cara a las opciones de ascenso en Oviedo. «Tenemos un bloque homogéneo y más banquillo que otros rivales, aunque nos falte una jugadora resolutiva y capaz de liderar», opina Diego Carrasco, tantas temporadas consecutivas al frente del equipo.

«Tenemos que demostrar madurez y administrar los minutos finales y los tiempos», aconseja por su parte Carmen Morales. Después de ganar por tercer año seguido la Copa Andalucía (al Adesal, de División de Honor), de que diez jugadoras del Asisa fueran campeonas de España universitarias y de que las juveniles del club fueran cuartas a nivel nacional, ahora falta la guinda del pastel: el éxito de jugar en División de Honor trece años después de la última ocasión.

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