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MARINA RIVAS
Málaga
Jueves, 9 de abril 2020, 02:00
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En el mundo del balonmano, sólo un selecto grupo de malagueños puede decir que se ha dedicado o se sigue dedicando profesionalmente a este deporte; es decir, que sólo vive de ello. La internacional Marta López, desde hace ya tres campañas en la Primera División de Rumanía, es una de ellas. Y como cualquier otra trabajadora de un sector no esencial, estos días también teme por su trabajo. Sin embargo, a pesar de todo lo que podría perder laboral y físicamente estos días, la extremo derecha sabe que hay que mirar por el bien común, sabe qué es lo que prima estos días. «Creo que es momento de pararse a pensar en qué condiciones pueden llegar los equipos y los jugadores a estas competiciones, también las selecciones. Está claro que todos queremos volver a competir, a entrenarnos, hacer vida normal, recuperar nuestros trabajos... Pero tenemos que pensar en qué condiciones y a qué precio», destaca. Y reitera: «Me apetece jugar, pero eso va a significar que haya muchas lesiones porque la gente no va a estar preparada para ese nivel de competición. En ese caso, no querría jugar».
Y no lo dice la jugadora de un equipo cualquiera, sino del actual líder de Liga, que, además de tener que disputar todavía varios partidos de esta competición, también tenía pendientes la Copa rumana y los cuartos de la Champions, la élite continental. «La Liga rumana, en principio, la quieren jugar en junio y quizá metan algún partido en julio, pero está todavía un poco en el aire. Nos quedan siete partidos, tres de Copa y lo veo bastante complicado».
Además, Marta López explica la importancia de llegar bien prepradas en caso de que se reanudara el torneo, lo que implicaría un tiempo extra que no existe. «El confinamiento en Rumanía va a ser hasta el 16 de mayo y entre que volvemos allí, las que somos de fuera tenemos que hacer cuarentena sí o sí y la adaptación... Yo personalmente lo veo inviable», comenta la malagueña, que desde que se dio el parón en la competición para acudir a los compromisos internacionales se encuentra junto a sus padres en la ciudad.
Este es otro aspecto a tener en cuenta. Si los torneos rumanos volvieran a jugarse en junio, podría coincidir (a día de hoy) con los encuentros de las 'Guerreras', a los que también deberá acudir Sole López. Por un lado, el Preolímpico (en Valencia); por otro, los duelos clasificatorios para el Europeo de finales de año. Uno de estos partidos, contra Holanda, estaba previsto que se disputase en Antequera. Un verdadero e inevitable colapso en el mes de junio. «Son días de muchas dudas. Aquí el confinamiento se levanta el 26 de abril y a lo mejor podemos empezar a hacer algo de vida normal, pero no todos los países van a la par. Es muy importante que las federaciones piensen en que los jugadores y jugadoras necesitamos una readaptación importante, y eso no se hace en siete días, después de dos meses de parón», valora Marta López.
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