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Rafa Piña, en el pabellón Antonio Serrano Lima. :: JULIO RODRÍGUEZ
«Me operaron un sábado de cáncer y el domingo estaba entrenando»

«Me operaron un sábado de cáncer y el domingo estaba entrenando»

Rafa Piña, apasionado entrenador del Marbella, trata de ser profeta en su tierra enderezando el rumbo en LEB Plata

JULIO RODRÍGUEZ

MARBELLA.

Sábado, 25 de enero 2020, 00:10

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Si entendemos que la vida es el principio de todo, la definición de Rafael Piña Machuca podría ser esta: superviviente de un cáncer, padre, ingeniero técnico de Informática en Gestión, exjugador de baloncesto y actual entrenador del CB Marbella. Hace dos años y medio su teléfono no paraba de sonar por pura confusión. Su primo, del mismo nombre, -Rafael Piña Troyano-, se hacía con la tenencia de alcaldía de San Pedro vía moción de censura. «No, yo soy el entrenador, no el político», le tocaba repetir. En plenas fechas navideñas, el club decano de la provincia de Málaga decidió dar el relevo en el banquillo azulón al malagueño Javier Florido para anunciar el fichaje del marbellero. A partir de entonces, ocurrió el efecto contario con las llamadas. El concejal es quien espetaba: «Te has equivocado, tú con quien quieres hablar es con el hijo de mi hermano, el del baloncesto». Cuestiones de actualidad.

No le gusta elevar al extremo su pasión por el deporte de la canasta. No le escucharán decir «vivo por el balón naranja», aunque tampoco duda en reconocer que el baloncesto sí le ha servido para dirigir su vida. «La mayoría de amigos que mantengo desde que crecí me los dio el baloncesto. A este deporte le debo haber jugado en el Caja de Ronda, formarme hasta sacarme la carrera, salir fuera a madurar y después de un paréntesis volver como técnico. Esta etapa me permitió viajar siendo parte de la selección española sub-18 y entrenador de la selección andaluza», comenta. Ahora vuelve a la entidad donde se inició como jugador y creció como entrenador.

Levantar el vestuario

En tres semanas en el cargo ha perdido un partido que ganaba por 24 puntos en el último cuarto para después enganchar dos triunfos seguidos de mérito, el último con el Estela Cantabria a domicilio, un equipo que marchaba segundo. Más a allá de los resultados, Piña levantó un vestuario sin moral, ansioso, con potencial, pero sin convicción. «Lo único que hice es darles libertad y responsabilidad. Hablé con todos de manera individual para trasmitirles que necesitaban divertirse y disfrutar más». Aceptamos en el primer partido que tras tres buenos cuartos falláramos y el rival metiera todo. Ya no volvió a pasar porque trabajamos en lo que podemos manejar. El partido se gana a lo largo de la semana», comenta el entrenador que sigue a técnicos con distintas ideas como Joan Peñarroya, Porfirio Fisac, Sito Alonso y Pablo Laso.

Quedan sólo cuatro compromisos para que concluya el debut en la Conferencia Oeste de la LEB Plata y las matemáticas aún dan opciones de jugar 'play-off'. Todo empieza por ganar hoy, a las 18.00, al Algeciras en el Carlos Cabezas. Piña cree que el Marbella puede, en un futuro próximo, dar el salto a LEB Oro. «El cambio más difícil para es de liga EBA a LEB Plata. De esta categoría a LEB Oro no hay una diferencia drástica. El club lo ha hecho muy bien con un ímpetu y trabajo personal muy grande. Pero para optar a más cosas necesita el apoyo incondicional del Ayuntamiento con las instalaciones, respaldo económico de las empresas de la ciudad, de todo el pueblo de Marbella y sus aficionados».

Un gesto solidario le ayudó a salvar su vida. Su padre le motivó a hacerse donante de sangre. Tras una extracción voluntaria le detectaron niveles bajos de calcio que derivaron en otras pruebas hasta recibir el diagnóstico que paraliza cuando aparece la palabra cáncer. «Fue todo muy rápido para encajar y luchar. Afortunadamente el tumor que me encontraron me lo pudieron operar bien. La tiroides tiene una mortalidad baja, pero las secuelas de por vida pueden ser muy duras, entre ellas quedarte sin cuerdas vocales. Recuerdo bromear con el cirujano. Le dije que para dejarme sin voz mejor me matara, con todo lo que hablo». Tres años después, reflexiona sobre cómo el baloncesto siempre conduce sus mejores momentos. «Me operaron un sábado del cáncer y el domingo estaba en el entreno con los cadetes y junior del Estepona». La vida le sonríe tras tomar la decisión de dejar el conjunto sénior femenino de Primera Nacional del CAB Estepona.

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