El Marbella padece un mal arbitraje

Cubillo demostró que en su equipo no hay vacas sagradas. El entrenador local dejó en el banquillo a Faurlín. También sorprendió Munúa dando entrada al joven José Ángel por un fijo como Verza. La prioridad era ganar el mando en la zona de creación. El Marbella movió con sentido, sin arriesgar, midiendo cada acción para encontrar los huecos en la mejor defensa de Segunda B con solo dos goles encajados. Sacó faltas laterales, tres córners, pero poco más permitió el cuadro Efesé.

Cuando parecía que los costasoleños se acercaban al tesoro tras tanto escarbar con cucharilla de postre llegó el pequeño gran detalle que todo lo cambia. El Marbella presionaba muy arriba la salida de balón. Óscar a destiempo derribó a Forniés, dejó la pelota suelta y Mustafá se lanzó a por la portería. El colegiado pitó falta de Óscar, hasta ahí todo normal. Sin embargo el meta Marc Martínez salió poseído del arco con las manos en la cabeza hacia el asistente para reclamar una agresión de Mustafá a un defensa con el juego detenido. Carralero Calvo consultó al asistente del otro costado, el que estaba más lejos. «Le ha dado una patadita», le dijo el trencilla en un comentario que los compañeros gráficos escuchamos a menos de dos metros. Roja directa para el argelino en el minuto 22.

La expulsión enervó al millar de aficionados del Antonio Lorenzo Cuevas que se hicieron oír. El árbitro, que pitaba por primera vez en su carrera a ambos equipos, evidenció unos nervios que reconocieron ambos entrenadores. Empezó a sacar amarillas al Cartagena en cada falta posterior a la polémica y el partido se caldeó. Poco fútbol y nada de los visitantes que, pese a la superioridad numérica, no probó a Wilfred. Yaimil fue el único que con dos disparos lejanos llevó algo de peligro.

La segunda parte fue la del desgaste. Munúa introdujo a Araujo desde el reinicio y marcó al minuto, pero su jugada fue anulada por fuera de juego. En el minuto 66 agotó los cambios para aprovechar la oportunidad. Más balón para los visitantes contra un Marbella trabajador y mermado por la lesión de Marcos Ruiz que obligó al central Cruz a ocupar el lateral derecho. Nadie dudaba que cualquier pugna en el área visitante pudiera cumplir la norma no escrita de la compensación.

Así fue, Samu Delgado cayó en el lado opuesto donde estaba la jugada y tras nueva consulta con el asistente segunda amarilla para Carlos David a un cuarto de hora del final y los dos equipos con diez futbolistas. Fundidos ambos equipos, firmaron un empate que pudo cambiar Paulo Vítor o Caballero en oportunidades en las dos áreas.