Granero: «Si tengo que decir una cosa que ha cambiado es la sensación de miedo»

-¿Cómo está viviendo la cuarentena en Marbella?

-En términos prácticos bien, cómodo. Echando de menos la pelota, pero pasando tiempo con la familia que se agradece. Al margen de esto, con la preocupación grande que tenemos todos de ver la situación, a la gente sufriendo esta crisis que nos ha llegado a todos y nos debe ayudar a aprender.

-¿Qué echa más de menos?

-Entrenar, jugar. Por supuesto salir a la calle es algo que todo el mundo agradecemos, pero para los que somos deportistas y amamos el fútbol, seguro que mis compañeros también lo subrayarán, el entrenamiento de la mañana es vital. Es algo que llena.

-¿Qué cree que nos ha cambiado más desde el confinamiento?

-Si tengo que decir una cosa que ha cambiado es la sensación de miedo. El miedo que hemos cogido todos. Vamos a tardar un tiempo en quitárnoslo de encima y creo que es importante que nos dure. Eso será un síntoma de que hemos aprendido la lección, de que tomaremos mejores decisiones.

-Viendo la proliferación de ERTE y reducción de salarios. ¿Qué mensaje le ha transmitido el promotor del proyecto y amigo Óscar Ribot sobre el club?

-Total tranquilidad. Los jugadores del Marbella nos sentimos unos privilegiados por cómo el club está respondiendo. Nos hace estar más convencidos, si cabe, de que esta entidad es diferente a las demás. Al margen de la ambición y seguir a raja tabla el lema de 'Soñar en grande', desde el punto de vista humano, tanto los futbolistas como todos los trabajadores estoy seguro que se sienten queridos, respetados y respaldados como yo. Ahora estoy con más ganas que nunca de responder en el campo.

-Más allá de su contrato hasta 2021, ¿hasta dónde llega su compromiso por el acenso?

-Hasta el final de los finales. Para mí el Marbella es algo más que un reto futbolístico. He venido aquí por un convencimiento de que tengo un rol importante, porque el Marbella está hecho para ascender a Segunda y, cuando esté ahí, mirar más arriba. Esta idea corresponde con mi forma de ser y para eso estoy aquí. Mi compromiso es el máximo posible, el mismo que he tenido a lo largo de mi carrera con otros clubes, pero con un puntito más por dos motivos. Primero, porque es un paso con cierto riesgo y, segundo, porque creo que me enfrento al último reto de mi carrera y es el más importante.

-¿Está cumpliendo Marbella con las expectativas que tenía tanto de ciudad como club?

-Las expectativas eran altas y se han correspondido absolutamente. Me siento muy querido en todos los estamentos: directivos, empleados, técnicos y compañeros. Luego, con la ciudad. Hasta que nos han encerrado en casa, he podido disfrutar de Marbella. Creo que no puedo explicarle a nadie ya cómo es esta ciudad. Más allá del tópico, creo que es una ciudad con una calidad de vida muy grande. Merece un club como el Marbella que es un activo muy importante para esta ciudad,

-¿Qué vestuario se ha encontrado y quién le ha ayudado más en la adaptación?

-Un vestuario muy sano, de buena gente, ilusionada, responsable y con hambre. Son muy buenos futbolistas. Además personas cariñosas, acogedoras, en la línea de lo que es el Aur (sonríe). Mi familia es andaluza al completo. Mis padres son de Granada.

-¿Contempla que la competición no se vuelva a reanudar?

-No. Entiendo que todas las alternativas pueden suceder, pero esa en concreto no me la he planteado porque no tiene sentido. Pudiéndose continuar, creo que lo único con justicia es acabar. Cualquier otra solución que no sea continuar es injusta por naturaleza. Lo que se empieza hay que terminarlo.

-¿Qué le parece la única propuesta de la Federación para Segunda B? Si ganara tres partidos tendrían el ascenso.

-Como dices es una propuesta de la Federación. Entiendo que ahora todos los clubes se están pronunciando en base a su interés, como es lógico y natural. Lo más importante es que la temporada se tiene que terminar sí o sí, ahí no hay alternativa, siempre y cuando salvaguardemos la salud de los jugadores, árbitros y aficionados. A partir de ahí lo importante es que todos trabajemos para tener un acuerdo común beneficioso. Ahora la gente nos está mirando y tenemos que dar un paso firme.

-¿Qué le apasiona más jugar al fútbol o dirigir su empresa de inteligencia artificial?

- El fútbol está por encima de todo. Quiero que quede claro. El fútbol es y ha sido mi vida desde que tengo uso de razón. Todos mis recuerdos, desde el primero hasta el último, son con una pelota de fútbol. Si echo la vista atrás, mi primera imagen es con un balón y si miro ahora lo más reciente es que acabo de entrenar con una pelota y con la misma ilusión. El fútbol es el amor de mi vida que encima me corresponde, me quiere y quiere estar conmigo.

-¿Cómo ha reconducido el trabajo en Olicip para ayudar?

-Es un ejercicio de responsabilidad. Tenemos unas capacidades muy evidentes, con gente muy potente en el ámbito de la inteligencia artificial, y nos dedicamos al fútbol. Sin embargo, llegados a estas circunstancias, nos correspondía poner de forma altruista toda nuestra capacidad al servicio de algo que pueda ayudar. No quiero generar ningún halo de heroicidad ante esta situación, sólo contribuir en esta crisis como todos. Los únicos héroes son los que están en primera fila jugándose el pellejo, los sanitarios. Lo nuestro son las predicciones, las matemáticas y tratamos de ayudar.