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Van Niekerk, la obra cumbre de Tía Ans
Río 2016 | Atletismo

Van Niekerk, la obra cumbre de Tía Ans

Anna Botha, de 74 años, la entrenadora del sudafricano, asegura que nunca es tarde para aprender

fernando miñana

Lunes, 15 de agosto 2016, 21:26

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Anna Soffia Botha cumplirá 75 años en noviembre pero vive con el entusiasmo de una adolescente. Tiene una salud de hierro, sigue aprendiendo cada día y en la madurez le ha llegado la obra con la que culminar una vida dedicada al atletismo. Ese regalo es Wayde Van Niekerk, el flamante plusmarquista mundial de los 400 metros, el joven y tímido velocista que el domingo jubiló el mítico récord que realizó Michael Johnson en Sevilla en 1999.

La entrenadora ha saltado a la fama porque el mundo acaba de descubrirla. El espectador de la televisión abrió los ojos cuando le dijeron que aquella mujer de pelo blanco que daba gritos de alegría entre la familia de Van Niekerk -su novia, sus padres y sus abuelos- era su maestra. Y en un deporte donde son minoría, aún llama la atención que detrás del hombre más rápido del planeta en la vuelta a la pista esté una señora de pelo cano. Botha tiene 74 años pero se siente joven. «Estoy muy feliz porque no tengo ningún problema de salud y eso es porque estoy todo el día ocupada con los jóvenes».

De joven fue atleta. Velocista y saltadora. Y en los 60 cogió el cronómetro y empezó a entrenar a sus hijos. Poco a poco fue moldeando a mejores deportistas, aunque nunca, en décadas, había tenido un portento en la pista. En el Mundial júnior de Moncton (Canadá) de 2010 se quedó con aquel corredor escuchimizado, pero no dijo nada. No le gusta echar la caña en los grupos de sus colegas.

En 2012 fue Van Nierkerk quien le pidió trabajar a sus órdenes. Botha accedió, aunque primero se reunió con sus padres para mostrarle sus cartas: su situación, sus objetivos, sus ideales... Luego cogió al sudafricano y le dijo, con su tono pausado y parsimonioso, que su punto débil eran las piernas, que por eso se había lesionado tanto los años anteriores y que necesitaba trabajo de gimnasio para ser mejor atleta.

Tannie Ans (Tía Ans), como se la conoce en las pistas de Bloemfontein donde es la entrenadora jefe de la University of the Free State desde 1985, lo hace todo con mucha cautela. Su primer Mundial fue el del año pasado, en Pekín, y allí estuvo con los ojos bien abiertos tomando notas en su libreta de todo lo que le parecía interesante de otros técnicos. «Así es como yo siempre trato de aportar algo en nuestra formación», declaró al City Press. Ella habla de la formación en plural porque, a sus 74 años, así se siente, en un constante aprendizaje pese a llevar como entrenadora desde los años 60.

Lo que más le angustia es cometer un error con un diamante como Van Niekerk, a quien Usain Bolt parece señalar como su sucesor en el gran escenario de la velocidad. Por eso es paciente y siempre le pide a sus atletas, a quienes considera sus hijos, que escuchen su cuerpo.

A esta mujer con cuatro bisnietos le gusta anotarlo todo en una libreta. Después del carrerón de su pupilo, con ese fantástico récord por la calle 8, anotó los parciales sobre un folio con un boli Bic. Y en algunos entrenamientos, como comprobó Arturo Casado durante una estancia en Bloem, le marca el ritmo a Van Niekerk con unas castañuelas.

Aunque luego no tiene problemas en coger la tableta y comunicarse por Skype. Siempre está dispuesta a aprender y por eso se fue con su atleta hasta Kingston (Jamaica) para trabajar unos días con Usain Bolt y Glenn Mills, otro veterano. Allí, al lado del gurú, se sintió «abrumada», aunque su atleta es alguien excepcional que ha bajado de los 10 segundos en los 100, de 20 en los 200 y de 44 en los 400. Pero, como siempre repite Tía Ans, «nunca se es demasiado viejo para aprender».

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