El drama 'olímpico' del deporte español

«Hemos expresado la situación que atraviesan los deportistas en España, porque no es que vayan a estar dos semanas sin entrenar. Es que puede que esta situación se alargue y no podremos llegar a Tokio en las mejores condiciones. Y como nosotros, varios países», advirtió este miércoles el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, tras la videoconferencia organizada por el COI junto a todos los representantes de los comités nacionales, «debido a la grave situación sanitaria». «El resto de voces de la reunión han dicho que los deportes de equipo no tienen las situaciones idóneas para entrenar», desveló Blanco, «Esperemos que nos digan que nos apoyan y que, entre todos, busquemos una solución para los deportistas españoles», añadió Blanco, que reiteró su «confianza en el COI y en el presidente Thomas Bach», convencido el máximo dirigente del COE «de que la decisión que se tome, será la mejor para todos».

Además de haberse visto afectados torneos preolímpicos y ahora también puestos en duda los sistemas de clasificación, una gran mayoría de los deportistas españoles han visto frenada en seco su preparación olímpica, sin piscinas ni pistas para correr, con los Centros de Alto Rendimiento (CAR) clausurados y todo tipo de instalaciones también cerradas. La pandemia del coronavirus ha trastocado el trabajo de hasta cuatro años y amenaza con acabar también con Tokio 2020, aunque como reconoce Saúl Craviotto, quien sería el abanderado español, «hay vida mas allá del deporte y cosas mucho más importantes que el deporte y que los Juegos Olímpicos». Ya que no puede salir con la piragua, Craviotto realiza estos días algunos ejercicios en casa, cuando para los palistas es esencial prepararse en el embalse, al igual que para los nadadores tirarse a la piscina.

Es el caso de Mireia Belmonte, que sería también abanderada y que en su domicilio de Badalona sólo puede «subir y bajar escaleras». No dispone de gimnasio ni piscina y por ello solicita ser confinada, «donde sea, para entrenar, sola si fuese preciso». Cuando a los olímpicos italianos se les han abierto tres piscinas en Roma, y en Hungría, entre otros países, también se puede entrenar en el agua, Mireia advierte, «y no es una exageración, que si no te lanzas al agua acabas por no saber nadar». También Laura Ester, la guardameta de la selección femenina de waterpolo, vigente campeona de Europa y subcampeona mundial, «dado que las sesiones de agua van a tener que esperar», se encuentra recluida en casa haciendo ejercicio «e imaginando partidos y entrenamientos, ya que es lo máximo que se puede hacer». «De cara a los Juegos la cosa está cada vez más y más difícil», admite la portera de las 'Guerreras del agua'.

Ante el estado de alarma y la prohibición de salir de casa salvo en situaciones excepcionales , además de nadadores y piragüistas, atletas, ciclistas y representantes de otras disciplinas que no pueden desarrollar su trabajo reclaman poder entrenar en piscinas, pistas o centros deportivos o, si no es posible, aplazar los Juegos. Debido a una situación que no deja de empeorar y es tan complicada, Carolina Marín ya ha expresado públicamente su deseo de que se posponga la cita olímpica, al igual que, entre otros atletas, los actuales campeones de Europa de 20 kilómetros marcha, Álvaro Martín y María Pérez. La canadiense Hayley Wickenheiser, miembro de la comisión de atletismo del máximo organismo olímpico, ha sido bastante más contundente al proclamar que «el hecho de que el COI insista en que esto (la cita olímpica) siga adelante, con semejante convicción, es desconsiderado e irresponsable».