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Al frente del proyecto deportivo de un Juventud de Torremolinos que ya es de bronce está Antonio Calderón, un técnico que llegó hace tres campañas ... a El Pozuelo. Asumió, entonces, una complicada empresa a mitad de curso que no pudo evitar el descenso, en un contexto complicado, pero la directiva siguió apostando por él. Hoy recoge los frutos de ese trabajo, igual que la temporada pasada. Son dos ascensos en dos años para el cuadro costasoleño, que la próxima campaña jugará, por primera vez en su historia, en el tercer escalón del fútbol español.
Feliz por lo logrado, comenzó poniendo en valor el trabajo bien hecho en todos los estamentos de un club cada vez más profesionalizado: «Supone una alegría inmensa y un premio al trabajo bien hecho. Desde que entró ACA Football Partners hay un proyecto consolidado, que ese está viendo día a día. En el fútbol la continuidad siempre te da premio. Aquí hay buenos profesionales trabajando, en el club y en el vestuario. Esto es un sueño, pero un sueño que nos hemos currado. Lo bueno es que aquí dejan trabajar y confían en el cuerpo técnico y los jugadores. Sin mimbres es más difícil, pero aquí hay. Si todo el mundo hace su trabajo bien, es normal que la inercia que vayas cogiendo te catapulte».
A los jugadores, reconoce, lleva semanas mandándoles mensajes de esperanza y confianza: «Permíteme usar un término taurino: hasta el rabo todo es toro. No nos hemos permitido fallar y hemos ido viéndolo más cerca. Sabíamos que teníamos que hacer nuestro trabajo y que ellos fallaran. Y lo hemos seguido haciendo. Se ha puesto la cosa tensa en La Línea, pero al final hemos tenido el premio gordo». Con el objetivo cumplido y la satisfacción del trabajo bien hecho, es momento de disfrutar del presente. «Nada, nada. A celebrar», contestó cuando fue preguntado por la temporada que viene.
Por su lado, el CEO del club, Ernesto Salido, valoró con honores lo logrado: «Es un paso más adelante en el proyecto que tenemos a medio-largo plazo. No esperábamos encontrarnos con el ascenso, pero ya que se ha dado la opción hemos luchado hasta el final y mira, el fútbol nos ha premiado».
En la cancha, en el campo, el gran nombre propio fue Fran Castillo, máximo goleador del equipo y uno de los referentes espirituales de este Torremolinos; algo que no habría conseguido sin la ayuda de sus compañeros y su entrenador, asegura: «Ha sido una temporada buena para mí, pero ha sido gracias al equipo y al entrenador, que confía mucho en mí y eso me ha dado bastante para poder sacar mi mejor versión».
Rememoró, además, la temporada del descenso a Tercera RFEF para poner en valor la evolución del club en este lapso de tres campañas: «Esa temporada fue complicada. Estuvimos sin cobrar varios meses y creo que no se hizo un equipo acorde a la categoría. Desde que llegaron los nuevos propietarios se nota que el club tiene una estabilidad más grande. Y eso se nota en el campo».
El objetivo para esta temporada, siendo nuevos en la categoría, era la permanencia. Pero el fútbol, como la vida, da sorpresas: «El objetivo era la permanencia. Y viendo los primeros partidos, la salvación se firmaba». La jornada, asegura, la afrontaron con tranquilidad: «Sabíamos que teníamos que hacer nuestro trabajo. Pasara lo que pasara ha sido un año increíble del equipo. Hubiera sido un premio jugar los 'play-off'». Tiene contrato por delante, aunque no aseguró nada sobre su futuro: «De momento he renovado dos años, pero nunca se sabe donde puede estar un futbolista».
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