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Luis Suárez marca el gol del Barça.

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Luis Suárez marca el gol del Barça. Javier Barbancho (Reuters
Jornada 8

El Atlético no aguanta ante la ambición

Luis Suárez evitó en la recta final la victoria del equipo de Simeone, que se encerró demasiado en la segunda parte después de su redondo planteamiento en la primera

Amador Gómez

Madrid

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Sábado, 14 de octubre 2017, 01:35

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El Wanda Metropolitano recibirá este sábado a un Barça que llega embalado, líder con pleno de triunfos (siete en otras tantas jornadas), 23 goles a favor y sólo dos en contra, Messi comandando la tabla de goleadores con once dianas, cinco más que su inmediato perseguidor, el valencianista Zaza, y con sus rivales como segundos máximos ejecutores en beneficio de la escuadra culé, tras los dos autogoles del Girona en la visita a Montilivi y el que se anotó a su pesar Tosca en el encuentro que disputó el Betis en el Camp Nou. Hasta fichajes cuestionados en verano como el brasileño Paulinho se han revelado como notorios estiletes del nuevo equipo que dirige Ernesto Valverde, que ha pasado de la desolación causada por la fuga de Neymar al PSG a la euforia derivada de ver al Real Madrid siete puntos por detrás y al Atlético a seis. Un estado de felicidad que ha tenido también su correlato en la Champions, donde comanda su grupo con dos triunfos, incluyendo el obtenido frente a la temible Juventus de Turín. Un choque aquel que constituyó la primera prueba de que la fortaleza azulgrana va más allá del empaque del rival. Tras afrontar a rivales a priori asequibles como Betis, Alavés, Espanyol, Getafe, Eibar, Girona y Las Palmas, este último en un desierto Camp Nou, toca ahora demostrar que tampoco en Liga tiembla el líder por muchos galones que vista su oponente.

El estreno del Barça en el nuevo estadio del Atlético representa, en definitiva, la primera verdadera prueba de fuego para el Barça en la Liga, por mucho que Valverde quisiese poner en valor el mérito de las victorias acumuladas hasta la fecha. «Parece que los anteriores no cuentan y sí que cuentan», remarcó el extremeño, que admitió que el pulso que librará su equipo ante el Atlético «tiene una lectura especial» que no debe opacar la valía de lo hecho hasta ahora.

El Txingurri, que no ha ganado nunca al Atlético de Simeone -perdió ocho de los encuentros que le midieron al argentino con el Valencia y el Athletic y empató los tres restantes-, volverá a agarrarse para encarar tamaño envite al excelente estado de forma de Messi, que aparte de los 14 tantos que ha firmado con el Barça en el primer tramo de campaña, llega pletórico de moral tras clasificar a Argentina para el Mundial de Rusia con un 'hat-trick' ante Ecuador. El rosarino es la peor pesadilla del Atlético, cuadro al que ha endosado 27 goles en 34 partidos, aunque su eficacia baja si sólo se tienen en cuenta los encuentros en los que el Cholo se sentaba en el banquillo rojiblanco, 10 tantos en 21 choques. Es consciente el entrenador del Atlético de la dificultad que entraña frenar a su compatriota, un futbolista «determinante» que «puede estar ausente 60 minutos del partido y en una jugada termina resolviendo un encuentro», por lo que recalcó la importancia de intentar llevar el pulso al terreno en que se encuentra más cómoda su escuadra y, sobre todo, ser «contundentes de cara al gol».

Maleficios

El Cholo también tiene su particular maleficio con el Barça, al que nunca ha derrotado en Liga y contra el que acumula ocho derrotas y tres empates, aunque uno de ellos le sirvió para levantar el título en la campaña 2013-2014, pero al que sí ha superado en la Champions, competición de la que apeó al cuadro culé en cuartos en dos temporadas, venciendo en ambas ocasiones a los azulgrana en el Vicente Calderón (1-0 en la 2013-14 y 2-0 en la 2015-16). «Más allá de que nunca los hayamos ganado en Liga, siempre competimos muy bien contra ellos», valoró Simeone, que recupera a Filipe Luis y Lucas Hernández tras sus respectivas lesiones, lo que le evitará tener que tirar de recursos de emergencia para componer la zaga. El brasileño se ubicará en el carril izquierdo y Juanfran en el derecho, toda vez que Vrsaljko no entró en la lista. Savic y Godín conformará el eje de la retaguardia con la complicada misión de frenar a Messi.

Saúl y Gabi se perfilan como motores del Atlético, con Koke y Carrasco en las bandas, lo que llevaría al banquillo a Thomas Partey, titular en cinco de los siete encuentros de Liga disputados por los rojiblancos. Arriba, Simeone confirmó que Correa, uno de los que mejores prestaciones han ofrecido en el comienzo de temporada, será el compañero de Griezmann, que tratará de prolongar su romance con el Wanda, donde ha mojado en los tres encuentros que ha acogido el nuevo templo de los colchoneros -contra Málaga y Sevilla en Liga y frente al Chelsea en Champions-.

Valverde, por su parte, confía en que Iniesta pueda ser de la partida tras dejar atrás los problemas físicos que arrastraba desde el choque ante la U.D. Las Palmas, y ha de resolver las dudas sobre el ocupante del carril diestro, donde Semedo y Sergi Roberto se disputan el puesto, y del encargado de desbordar entre la medular y la delantera, siendo Denis Suárez el que con mejores cartas cuenta. Aunque será Messi sobre quien pivotará la responsabilidad de romper el mal fario que acompaña los bautizos azulgrana de coliseos futbolísticos. Perdió en su estreno en Anoeta (1994) ante la Real Sociedad por 2-1, en Son Moix (1999) frente al Mallorca por 3-2, en el nuevo San Mamés (2013) contra el Athletic por 1-0 y sólo fue capaz de sacar un empate a cero en Montjuïc (2001) frente al Espanyol. Claro que a Messi poco le importa desconocer el estadio, como demostró con su doblete en el 0-6 del Barça al Atlético el día que pisó por primera vez el Vicente Calderón o el zurdazo con el que rebasó a Van der Sar en la final de la Champions de 2001 que concluyó con victoria culé frente al Manchester United por 3-1 en su puesta de largo en Wembley.

Compitió bien, como suele hacer cada vez que se enfrenta al Barça, tal y como se había encargado de recordar Diego Pablo Simeone, pero el Atlético de Madrid no pudo aguantar ante el empuje y la ambición de los azulgrana y los rojiblancos siguen sin ganar a este rival en la Liga con el argentino en el banquillo. Fue Luis Suárez quien se encargó de frustrar en la recta final la fiesta colchonera y establecer un justo empate para los méritos de dos candidatos al título que ofrecieron un gran espectáculo en su primer duelo en el Wanda Metropolitano. Estuvo muy sólido el Atlético hasta desesperar a un atascado Barcelona en el primer tiempo, pero se encerró demasiado tras el descanso y quedó a merced de un líder que experimentó una notable mejoría con la salida de Deulofeu y acarició incluso la victoria, volcado sobre el área de los rojiblancos, que sufrieron una agonía hasta el último segundo y tienen que dar gracias por el punto.

Atlético

Oblak, Juanfran, Savic, Godín, Filipe Luis, Koke, Gabi (Torres, min. 83), Saúl, Carrasco (Thomas, min. 73), Griezmann y Correa (Gaitán, min. 58).

1

-

1

Barcelona

Ter Stegen, Semedo (Sergi Roberto, min. 61), Piqué, Umtiti, Jordi Alba, André Gomes, Rakitic (Paulinho, min. 79), Busquets, Iniesta (Deulofeu, min. 61), Messi y Luis Suárez.

  • Goles 1-0, min. 21: Saúl; 1-1, min. 82: Luis Suárez.

  • Árbitro Mateu Lahoz (Valenciano). Tarjetas amarillas a Gabi y Rakitic.

  • Incidencias Partido correspondiente a la 8ª jornada de Liga, disputado en el Wanda Metropolitano. 68.000 espectadores.

Solamente le salió al Atlético redondo su planteamiento en el período inicial, en el que únicamente sufrió durante los cinco primeros minutos, en un comienzo ambicioso y arrollador del Barça, que provocó entoncesl, al igual que en los últimos minutos, demasiados nervios en el equipo rojiblanco. Sin embargo, desde el momento en que los de Simeone se salvaron del gol de Messi a los 30 segundos y sobrepusieron a la presión de los azulgrana, el partido dio un vuelco y le tocó erigirse en protagonista a Ter Stegen. En un solo minuto, con una milagrosa manopla a Griezmann y otro paradón con la pierna al francés tras un caño de Griezmann a Piqué, el portero culé se encargó al principio de salvar al líder, que a partir de entonces llevaría a cabo un monólogo infructuoso. Porque hasta el tramo final, cuando se aprovechó de un enemigo que tan echado atrás era difícil que sobreviviese, el Barcelona estuvo negado ante el muro defensivo tejido por Simeone y sus soldados.

Se cerró tan bien el conjunto de Simeone en esa primera mitad que de Oblak no hubo noticias en el primer tiempo. Consiguió la zaga colchonera apartar a Messi del área y con el argentinofrenado el ataque del Barça quedó en nada. Con André Gomes como sorprendente e inútil extremo derecho, al Barcelona, sin un mínimo de profundidad, le faltó juego por las alas. Con el Atlético muy cómodo ya que no existía desborde azulgrana, sólo tuvo un remate a portería el líder en el primer tiempo. En cambio, cada vez que atacaba el equipo local, aunque sus llegadas fueron esporádicas, sí daba sensación de peligro.

En una de ellas, cuando el Barça estaba tocando y tocando en horizontal sin encontrar espacios entre la muralla rojiblanca, llegó una acción combinativa de los colchoneros y Saúl se sacó un impresionante derechazo desde fuera del área. El golazo del centrocampista colchonero provocó el éxtasis en un Wanda Metropolitano, que empezó a relamerse ante un adversario vulgar, incapaz de generar ocasiones.

Ni Messi, pese a sus intentonas individuales, generaba miedo en un Atlético que mantuvo su idea tras el descanso, mientras Ernesto Valverde no movía banquillo y su equipo comenzó a sufrir frente a las contras colchoneras. Es lo que buscaban con ahínco los rojiblancos. Un contraataque que pudiese cerrar definitivamente el encuentro, que estaba entonces en el aire, aunque Oblak y el poste se encargaron de mantener la tranquilidad del Atlético al filo de la hora. Tras una gran parada del esloveno a Luis Suárez fue Messi quien rozó el empate de libre directo. Lanzó una de las suyas el argentino, pero una vez más se topó el astro con el palo cuando Oblak, pese a acompañar con su vuelo el balón, no hubiese llegado a esa pelota que olía a gol desde que salió del pie del '10' azulgrana.

Con Deulofeu por la derecha, el Barça le puso una marcha más en ataque, aunque continuaba obsesionado en buscar a Messi para que fuese el argentino quien le sacase una vez más del atolladero. Ya imponía más respeto el Barcelona cuando jugaba y se aproximaba al área, y no sólo eso, sino que había logrado acabar con las respuestas del Atlético, impreciso en sus contragolpes. Messi tuvo otra que acarició el palo en el minuto 70, pero no era la noche del argentino. En su lugar sí emergió Luis Suárez para firmar la igualada, que al final fue una bendición para el Atlético.

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