Zaza, el rendimiento inesperado

En su primer partido en Mestalla, el Eibar pasó como un ciclón por el estadio (0-4). «Fue un mal partido, pero ante el Madrid ha sido increíble. La afición ha ayudado mucho durante todo el partido, hemos merecido ganar, y en parte gracias a la afición». No se vino abajo este rematador acostumbrado a luchar contra todo, en una carrera en la que apenas ha echado raices en ningún sitio. Salió de la cantera del Atalanta pero no logró asentarse. Tampoco en la Sampdoria, que puso más empeño en cederle que otra cosa. En el Ascoli, pese a su año horrible en una Serie B de la que descendió, marcó 18 goles que permitieron irse a la Juventus de Antonio Conte, uno de sus principales valedores de su carrera.

Su 'hermano' Morata

Viendo la competencia que tenía con Tévez, Llorente, Osvaldo, Giovinco o Quagliarella optó por tener minutos en el Sassuolo. Esos 11 goles le permitieron volver a la Juventus donde forjó una gran amistad con Álvaro Morata, con el que luchaba por el puesto. «Álvaro, contigo fue lo siguiente: un compañero de equipo y de la vida. La competencia por un puesto de titular nos hizo hermanos». Pese a no ser titular logró conseguir un hueco entre los elegidos por Conte, al que convenció por su compromiso, movilidad y agresividad.

Se estrenó como goleador valencianista el domingo ante el Athletic, pero no lo celebró. Recibió muchas felicitaciones, entre ellas la de su amigo Morata, cuya pareja Alice es del mismo grupo de amigas que su novia Chiara. «Es mi amigo y hablamos casi todos los días. Él cuando juega marca siempre gol y le he dicho que el miércoles no tiene que jugar. pero nos veremos en Mestalla», contó el '12' ché. Y Álvaro pudo ver como Simone anotaba a los cinco minutos. «Este gol sí que lo he celebrado. Fue una liberación, pasé momentos difíciles estos seis meses», dijo tras anotar ante el Real Madrid uno de los mejores goles de su vida. El italiano recibió de espaldas en el corazón del área y tras una media vuelta sublime conectó un disparó a la escuadra ante la débil marca de Varane. «No así, pero hice uno o dos parecidos en el Sassuolo. Este es distinto. Estoy feliz. He tenido un poco de fortuna, está bien. Lo he celebrado, estaba menos nervioso que el otro día. Si no lo celebro no es porque no esté contento, es porque lo llevo todo dentro. Las lágrimas del otro día eran de nerviosismo. Estoy en un equipo que me da confianza».

Viendo los dos últimos partidos de los de Voro González, cuesta entender que el Valencia esté luchando por la permanencia. «Hoy hemos demostrado lo que somos nosotros, soy muy feliz porque hemos pasado momentos difíciles. Voy a disfrutar del momento, el sábado tenemos otro partido y no podemos olvidar donde estamos en la clasificación». Es cierto que llegada de Orellana y el propio Zaza ha dado un salto de calidad a la plantilla del Valencia. El italiano, más allá de sus dos goles en dos partidos (precioso y de difícil ejecución el de ayer), está mostrando intensidad (a veces demasiada) en cada disputa por el balón además de juego entre líneas. «Físicamente he acabado bien, pero no jugaba dos o tres seguidos hace mucho tiempo. Al final he sentido un poco de fatiga. No podía ayudar al equipo. Tenía un golpe en la tibia que me duele mucho pero estoy feliz por la victoria y mis compañeros».

Es algo díscolo pero por el momento está demostrando que los 16 millones de euros que tiene de opción de compra -de ejecución obligatoria en cuanto alcance los diez partidos jugados- puede que sean una buena inversión. No sabemos si Layhoon Chan opina lo mismo que el técnico del Valencia. «Tanto Orellana como Zaza no estaban dando mucho en un momento en que el equipo estaba en una situación muy complicada. La situación es la que es y viene como viene. No se puede cambiar. Ganar a un equipo como el Madrid no se hace todos los días, es un plus de confianza y un paso más».