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MARINA RIVAS
Domingo, 9 de diciembre 2018, 14:37
Una de las historias más peculiares, por su imagen, su originalidad y su exuberante reto: correr descalzo 42 maratones, una por kilómetro que compone esta prueba. Sidy Diallo lucha cada día recordándole al mundo que no somos tan distintos de los primeros homínidos, que corrían descalzos grandes distancias y hacían sí su vida diaria. La cosa cambia cuando explica que compagina ese estilo de vida con su trabajo como diplomático francés, con experiencia laboral en consulados galos de países como Nicaragua, Australia y Estados Unidos, además de sus colaboraciones con el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país.
Muy alto y delgado, corre descalzo desde que decidió deshacerse de sus zapatos hace tres años. «¿Por qué no?», se pregunta tras completar su 41ª maratón del año descalzo, aproximándose a su reto, que completará la próxima semana en Pisa (Italia). Esta es la primera vez además que compite sin zapatos en España y sí, eligió Málaga, su maratón 187 en total. «Corrí aquí un maratón en 2014 y me gustó mucho la ciudad y para mi primera prueba sin zapatillas en España quise volver a Málaga», asegura el diplomático.
Habla alemán, holandés, portugués, italiano, francés, inglés y español casi a la perfección, tiene una mente privilegiada y unos pies de acero, incluso en su día a día llama la atención: «Voy en traje pero voy descalzo de la casa al trabajo y cuando llego me lavo los pies y me pongo los zapatos», asegura, con un gesto de normalidad.
Desde su experiencia, Diallo explica que el dolor en este tipo de carreras es mucho menor corriendo sin zapatillas. Nada más cruzar la línea de meta, el francés argumentó: «Estoy perfecto, podría hacer la carrera otra vez, no tengo ni un rasguño en los pies, mientras que los que usan zapatos tienen problemas. Hace millones de años, los homo erectus recorrieron el mundo descalzos, estamos equivocados pensando que los zapatos nos protegen», asegura. Convencido de su teoría y comprobando que sus pies están como decía, el diplomático, anima a todo el mundo a seguir su ejemplo y ratificar así su teoría: «Todo el mundo debería correr así, como nuestros antepasados. Esta es la manera natural de correr un maratón».
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