Fallece Virgilio Sancho, uno de los grandes impulsores del balonmano en Málaga

Era simplemente 'el hermano Virgilio'. Así se le conocía no sólo en el colegio Maristas, sino en todo el mundillo del balonmano. Y es que aquel marista burgalés (nacido en Villamedianilla) se encargaba cada fin de semana de trasladar a los equipos del centro educativo del colegio de la Victoria a los distintos recintos de juego. Era toda una institución y su enorme carisma lo llevó a estrechar lazos con el resto de colegios en los que se practicaba el balonmano pese a la rivalidad existente entonces.

Aquel pequeño autobús sólo tenía un conductor, el hermano Virgilio, que además se encargaba de llevar a un grupo de alumnos cada día a sus domicilios. Extraordinario profesor de matemáticas en la EGB -solía dar clases en octavo, el año en que se cerraba el ciclo, antes de que tomara el relevo Cirilo Gutiérrez-, no faltaba a los entrenamientos de los equipos de cantera del colegio y siempre era un gran apoyo para aquellos aspirantes al primer equipo. La relación personal de Sancho con muchísimos de aquellos jóvenes perduró en el tiempo, hasta el punto de que algunos solían acercarse a la residencia de Benalmádena para departir con él.

Virgilio Sancho pasó antes por las comunidades maristas de Toledo, Granada, Badajoz, Sanlúcar de Barrameda y Larache, pero fue en Málaga, durante su estancia entre 1969 y 1993, cuando más disfrutó y, sobre todo, donde dejó su impronta como persona y como docente. Su pasión por el balonmano le hizo ser un pilar indispensable en el crecimiento de este deporte en Málaga y, por supuesto, en la histórica gesta de aquel equipo de colegio que llegó a la élite bajo a la presidencia de Feliciano García-Recio. El adiós al 'hermano Virgilio' será mañana, a las 11 horas, en la residencia marista de Benalmádena.