Enrique Salinas: «Lo que vale un mes de gimnasio te lo gastas una noche en una cena»
El preparador físico de la selección de baloncesto tiene una clínica en Málaga
Enrique Salinas atiende la llamada de SUR desde una playa de Zahara de Los Atunes. Allí pasa unos días de descanso antes de unirse a ... la concentración de la selección española de baloncesto para preparar el próximo Campeonato de Europa. La vida de este malagueño de 56 años cambió por completo desde que se cerró su etapa en el Unicaja. Es uno de los mejores preparadores físicos y recuperadores del país y al cerrarse aquella puerta se abrió otra profesionalmente más enriquecedora en todos los sentidos. Trabaja con personas que han algún revés físico para que puedan recuperar su vida normal, además de con deportistas profesionales que precisan de su ayuda. Sergio Scariolo lo reclutó para la selección en 2017 consciente de su valía. Con la selección mata el gusanillo del baloncesto.
–¿Cómo de cansado está de que los amigos y conocidos acudan a usted cada vez que les duele algo?
–(Risas). La gente quiere medidas exprés. Me vienen con que 'quiero hacer pesas', que 'me duele y me he hecho daño aquí. ¿Dónde tengo que ir?'. Siempre respondo y trato de ayudarles porque sé que necesitan una solución, pero la solución es clara. Tienen que ir a un especialista, ya sea un médico, un fisioterapeuta o un preparador físico. Son los profesionales los que tienen que marcar la pauta de trabajo o dar unas nociones de nutrición en función de los casos.
–Sí, pero seguro que le piden algún truco para la 'operación bikini' porque les ha cogido el toro...
–No, eso ya ha pasado un poquito. Cuando me llama alguien por un tema de esos, delego. Le digo que se vaya a un gimnasio, donde hay buenos profesionales que le orientan mejor. A mí me llegan más con el tema del 'me duele'.
–Bueno, pero dé algún consejo para los rezagados de última hora que queremos ponernos en forma.
–Mi consejo es que aprovechen la luz. Realmente evitaría las horas de calor, pero sin obsesionarse. En Málaga no hace tanto calor. Salir al aire libre y hacer deporte es algo recomendable como estilo de vida. Vemos que en los parques se utiliza mucho la calistenia, vemos gente mayor andando por los parques y por el paseo marítimo... Hay que empezar con sentido común. Si nunca has hecho pesas, no puedes ponerte fuerte en el verano de un día para otro. Si ahora tienes más tiempo libre, comienza un trabajo para continuar en invierno. No sirve de nada matarse con lo que sea para luego descuidarse, que es algo que le pasa a la mayoría de la gente. El gran consejo es la continuidad, aunque sean sólo dos días y un poco de tiempo.
–¿Mejor al aire libre que en un gimnasio?
–Yo siempre insisto en que tenemos que aprovechar la naturaleza y más viviendo donde vivimos. Luego el que quiera complementar el trabajo con algo enfocado al sistema articular y muscular, pues sí debe ir a un centro donde le asesorarán.
–Ahora siempre te llega un amigo recomendando una aplicación que se ha descargado y que dice que es genial para ponerse en forma. ¿Qué hacemos con eso?
–Los consejos baratos de papel no valen para nada. Hay que ir a un buen centro y contratar los servicios de un profesional. No lo veo. Lo veo bien si tienes experiencia en los entrenamientos, pero cuando no hay experiencia ni nivel, entonces todavía te preguntan si hago abdominales para quitarme la barriga. La barriga es un tema de acumulación de grasas, hay que movilizarse. Cuando menos nivel tienes y más perdido estás, hay que ir a profesionales. Hay deportistas que una vez retirados entrenan como lo hacían cuando eran profesionales y se equivocan, porque su cuerpo ya no es el mismo. Hoy en día hay centros deportivos baratos en los que estás en manos de profesionales. El dinero de lo que vale un mes de gimnasio te lo gastas una noche en una cena...
–¿Cómo se entrena un preparador físico? ¿Cuál es su secreto?
–Yo que trabajo en la clínica muchas horas (Calle Maestranza número 24 y en el Martín Carpena), entonces no tengo mucho tiempo para entrenar. Lo que intento hacer es volumen con la bicicleta los fines de semana, ochenta o cien kilómetros, y entresemana trato de sacar dos días de entrenamiento de lo que sea; trato de moverme algo. Ahora en verano, ayer caminé por la playa, que es fantástico, y eso es algo que está al alcance de todos. Mañana ya veré lo que hago, pero trataré de buscar un hueco. La alimentación es importante, hay que cuidar el peso y no abusar de ciertas cosas. Por ejemplo, yo como dos veces al día. Hago un desayuno líquido, porque no me sienta bien algo sólido por la mañana. Hago almuerzo y cena.
–¿Echa de menos el día a día de un equipo profesional como cuando trabajaba para el Unicaja?
–No lo echo en falta. El aspecto clínico de ayudar a la gente con problemas graves me da una motivación de estudiar y estar preparado el cien por cien para este tipo de público. Que te venga una persona joven con un ictus y que confíe toda su salud a ti es algo emocionalmente potente, o una persona normal que se ha roto el cruzado y que se ve impedido para desarrollar su trabajo. La recompensa de esta gente en el día a día no te la da un deportista de élite. Hay gente que te hace llorar. Cuando veo los problemas de la gente digo, 'bendita salud'. Porque hay gente que tiene problemas serios. Degeneraciones de cartílagos... Al final llegan a mis manos y es muy gratificante ayudarles.
–¿Quiere decir que el deportista profesional es ingrato?
–No creo que sea ingrato, pero no es consciente de la gente que tiene alrededor suya y el potencial que hay ahí. Es falta de conocimiento de lo que realmente se le puede aportar. Luego lo echan de menos, porque cuando tienen una lesión y recurren a ti, se dan cuenta del trabajo que has hecho en el pasado. Cuando tienen problemas serios, pasas a ser su persona de máxima confianza.
–Se le cerró la puerta del Unicaja, se le abrió la de la selección y encima fue campeón del mundo... ¡Lo que es la vida!
–Eso fue una inyección de moral, de haber estado en el olvido, no a nivel profesional, pero sí vinculado al club, pues llegó aquello. Cuando dejé el primer equipo del Unicaja, aproveché para formarme más todavía. Cuando me llamó Sergio para la selección, a nivel conceptual había crecido mucho alejado del deporte profesional. Mato el gusanillo y es un privilegio porque son los mejores del planeta. Estás en un cuerpo técnico fuera de lo normal. Percibo que mi figura tiene un valor importante para el entrenador.
–Y encima con Sergio Scariolo, que es la exigencia personificada.
–Él es el primero que se exige el cien por cien y a nosotros, más todavía. Es un aprendizaje constante a su lado, no entiende el relajarse. Busca la excelencia. Se gana por los detalles en cada día del trabajo. Un día normal, un lunes, a 30 días del partido, es igual de importante. Te mantiene al máximo nivel en tu profesión. Es una manera excelente para que tu nivel no baje. No se deja nada al azar. Es un reloj sincronizado y usa todas las herramientas que tiene para que funcione perfecto.
–En unos días se va a preparar el Europeo con la selección. Aproveche y haga un pronóstico.
–Las medallas están carísimas. Llevo desde el 2017 y te das cuenta de que aunque tengas una gran plantilla, las medallas son caras. Nadie te las asegura con una gran plantilla. Estoy convencido de que tenemos una generación de jóvenes jugadores buena y competitiva. Competiremos, seguro.
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