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«Me siento más reportero que presentador»

«Me siento más reportero que presentador»

Carlos Franganillo, Premio Ondas por su labor en el 'Telediario' nocturno de TVE, confiesa que en el pasado ha cubierto situaciones turbulentas, «pero verlas dentro de tu país genera un desasosiego especial»

JULIÁN ALÍA

Miércoles, 30 de octubre 2019, 00:09

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Los primeros meses le costaron, «porque fue un cambio muy drástico», pero Carlos Franganillo (Oviedo, 38 años) ya está más que hecho a su puesto como presentador de la edición nocturna del 'Telediario' ('TD2') de La 1 de TVE. El periodista dejó su equipo de tres personas en Washington, donde ejerció los últimos cinco años como corresponsal -antes lo hizo en la capital rusa-, hace poco más de un año para meterse de nuevo en una redacción. El cambio le ha valido el Premio Ondas a mejor presentador, que le será entregado el próximo 14 de noviembre.

- ¿Echa de menos Washington?

- Tanto Moscú como Washington fueron sitios en los que me sentí muy a gusto, aunque nunca me planteé quedarme en ellos a largo plazo. Hace 25 años, Washington era una de las ciudades más violentas de Estados Unidos, y hoy es una de las que está más de moda. Muchas grandes fortunas quieren vivir allí, el urbanismo está cambiando, cada vez hay más seguridad... El centro de la ciudad son bosques, te encuentras ciervos si vas a caminar... Un sitio muy particular, muy tranquilo, que no responde a la idea que podemos tener de una supercapital. Pero, sinceramente, vivir en España es un regalo. Tenemos un grandísimo país, extremadamente seguro, algo que quizá no valoramos lo suficiente, con grandes servicios públicos e infraestructuras, un clima fantástico y buena comida...

- ¿Y la vida de corresponsal?

- A mí me gusta el periodismo y, especialmente, cubrir la política internacional. En el 'Telediario', obviamente, la oferta tiene que ser muy variada, con mucha política nacional, porque en los últimos tiempos es lo que estamos viviendo con mayor intensidad. Eso te obliga a abrir mucho el espectro, a tener una visión más global de la información. Desde esa perspectiva, sí echo de menos los reportajes, poder viajar, hacer coberturas de varios días sobre un mismo tema... Aquí no lo puedo hacer tanto, aunque estamos saliendo de vez en cuando y llevando el 'Telediario' a la calle.

- ¿Esos desplazamientos son iniciativa suya?

- Bueno, es una apuesta de la dirección de Informativos, con la que estoy encantado. Quizá se potencia más por mi perfil de reportero, de corresponsal, que es lo que he hecho en los últimos diez años. Creo que es un modelo que puede funcionar. En realidad, yo me siento más reportero que presentador. Tratar de conjugar esas dos vertientes puede resultar interesante para el espectador, algo que nos diferencie del resto de informativos. La intención es generar valor añadido al producto.

- Uno de ellos fue a Barcelona. ¿Cómo vivió de cerca la situación de Cataluña?

- Fue una cobertura muy intensa, con un sabor extraño. En el pasado he cubierto situaciones turbulentas, pero verlas dentro de tu propio país genera un desasosiego especial. Siempre tratas de mantener la cabeza fría, pero fueron días muy intensos, con imágenes de extrema violencia que sobrecogieron a todo el mundo. Poder estar ahí para contarlo fue una gran responsabilidad. Son momentos en los que hay que ser muy preciso con el lenguaje y con las descripciones de lo que está pasando alrededor. El espectador tiene que recibir la información más pura y más próxima a los hechos que tú le puedas ofrecer.

Bandazos políticos

- Y ahora le reconocen su labor con un Ondas...

- Un gran estímulo. Y no solo personal; representa un espaldarazo a un tipo de informativo distinto. No hemos inventado la pólvora, pero sí queremos hacerlo más ágil, con más entrevistas, buscando huecos para ser más didácticos con temas concretos... Tratamos de romper un poco su estructura clásica. Así que el Ondas lo entiendo como un premio colectivo, a todo un equipo y al esfuerzo de mucha gente para que yo salga en primera línea.

- ¿Cómo juzga el panorama político actual?

- Es tan cambiante y con tantos elementos en juego que resulta muy difícil hacer predicciones. Parece que vivimos en una campaña política constante. Los partidos, en este tiempo de redes sociales, han ido refinando sus estrategias y da la sensación de que todo es más un producto de 'marketing'. A veces es difícil mantener la referencia de lo que está pasando, y es responsabilidad de los periodistas no mantenernos en esa espuma para tratar de desentrañarle al espectador lo que está pasando. Aunque, con asuntos tan calientes como el de Cataluña, es difícil prever cómo pueden responder los votantes. En una semana o dos, el panorama político puede pegar bandazos muy grandes.

- No presentará el debate del 4N en el ente público. ¿Le hubiese gustado hacerlo?

- Ana Blanco lo va a hacer de manera excelente. Para mí, es un pilar fundamental de TVE, una referencia. Vamos a estar juntos en la noche electoral, el 10 de noviembre. Trataremos de hacer un producto ágil y atractivo.

- TVE firmó este verano sus dos peores meses de audiencias. ¿Le inquieta?

- La audiencia siempre preocupa. El que diga que no, seguramente, miente. Otra cosa es que tenga que ser lo que nos haga perder la cabeza. Nosotros somos un medio de comunicación con una naturaleza muy particular; una televisión pagada por los contribuyentes tiene que enfocar la información con una narrativa lo más clara y rigurosa posible. Primar la calidad, con respeto máximo a los hechos, buscando siempre la conexión con el espectador. Si tratamos de innovar y de cambiar cosas es, precisamente, para buscar ese vínculo directo.

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