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HACERSE EL TONTO

MIKEL LABASTIDA

Viernes, 29 de septiembre 2017, 00:51

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Hubo una época en que para salir en televisión había que ser muy inteligente. Los programas se dedicaban a poner a prueba los conocimientos que tenía cada cual y los triunfadores resultaban aquellos que demostraban que contaban con la cabeza mejor trabajada. Eran los tiempos de 'El tiempo es oro' con Constantino Romero, en el que los participantes buscaban soluciones en las enciclopedias de la biblioteca; del 'Un, dos, tres', en el que cada respuesta acertada aportaba 25 pesetas; o de 'Cifras y letras', del que salía ganador el que descubriese palabras más largas y resolviese con mayor celeridad operaciones matemáticas. Aquel espíritu sólo lo mantiene en la actualidad 'Saber y ganar', ajeno a cualquier moda o tendencia.

En la tele de nuestros días obtiene más visibilidad el tonto que el listo. Por eso vemos en las pantallas muchos tontos, pero también muchos que se hacen pasar por tontos. En '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' la madre de uno de los concursantes, María, se lamentaba porque su vástago -que es modelo internacional, por cierto- usase sus neuronas. «Tú estás pensando con las neuronas, niño. Para la vista está muy bien, pero para tu compañía, no», le recriminaba. El programa de Cuatro, por supuesto, enfatizó varias veces la frase pronunciada por la participante, para que el espectador en su casa se ríese a gusto, percatándose de que aquella pobre señora confunde neurona con hormona. O eso nos hace creer.

Si uno da un rápido vistazo a la nueva edición del buscaparejas de Luján se sorprendería de la cantidad de ignorantes que forman parte del casting: utilizan mal diferentes términos, dan patadas al diccionario, conjugan erróneamente los verbos... Ante esto cabe pensar en dos opciones: o solo los iletrados quieren enamorarse en este país -el amor ya no es lo que era-, o la única opción para ser elegido en cualquier formato televisivo en la actualidad es parecer más iletrado de lo que realmente se es. Y yo apostaría por esta segunda variante. Al final el que ríe el último lo hace mejor.

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