Borrar

CANCIONES DE MECANO

MIKEL LABASTIDA

Martes, 16 de octubre 2018, 00:02

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No seré yo el que venga ahora a deslegitimar un grupo como Mecano, que ha sido un icono musical para este país, para bien y para mal. Lo que no se les puede negar es la enorme trascendencia que sus canciones han tenido para distintas generaciones. Quien más y quien menos ha cantado alguna vez que allí me colé y en tu fiesta me planté. Ahora bien, no nos puede extrañar ahora que generaciones de este siglo o que eran unos críos en el anterior se extrañen con algunas letras del grupo. Sólo hay que recordar que uno de sus temas míticos decía algo tan erudito como «Hawaii-Bombay son dos paraísos que a veces yo me monto en mi piso», y en otra llegaba a la profunda conclusión de que «no hay marcha en Nueva York ni los jamones son de York». Por no hablar de la patada que le daban al diccionario con la canción 'La fuerza del destino', en la frase: «Te dije nena dame un beso, tú contestases que no». La segunda persona del singular del pretérito perfecto simple del indicativo no termina en 's', por mucho que algunas personas se empeñen en añadírsela. Si María Moliner levantara la cabeza. El caso es que en aquella ocasión la banda rectificó y en sucesivas grabaciones que se hicieron del tema eliminaron la 's' en cuestión. Allí no hubo problema. Sí lo ha habido cuando otra Academia, la de 'Operación Triunfo', le ha pedido ahora que varíe una palabra en 'Quédate en Madrid' y tanto el compositor (José María Cano) como la cantante (Ana Torroja) se han negado. Se trata del ya célebre 'mariconez', que se ha convertido en una cuestión de estado. ¿Es un término homófobo o no? Esa es la pregunta que circula en medios y que abunda en corrillos. Se ha armado un lío de la nada. ¿No les dicen a los concursantes de TVE que deben ser ellos mismos y hacer propios los temas? Pues que le hubiesen permitido a la cantante variar una palabra con la que se sentía incómoda. Como si no destrozase ese mismo programa muchas canciones recortando su duración y reajustándolas. Que quede claro que el lenguaje nunca es inocente y viaja cargado de intencionalidad. Y no ser consciente de esto parece impropio de nuestro tiempo. Polémica gratuita que se podría haber evitado.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios