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«Amo el mar y los deportes acuáticos»

«Amo el mar y los deportes acuáticos»

Hacer planes y que no resulten forman parte de la vida. Al actor Alberto López (18 de enero de 1976) le pasó eso. Este sevillano nunca tuvo en mente dedicarse al mundo del espectáculo pero su destino estaba escrito

Mari Carmen Jaime

Sábado, 1 de agosto 2015, 01:10

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Hacer planes y que no resulten forman parte de la vida. Al actor Alberto López (18 de enero de 1976) le pasó eso. Este sevillano nunca tuvo en mente dedicarse al mundo del espectáculo, pero el paso por un grupo de orientación durante sus años en el instituto le llevó a lo que es hoy.

¿Desde cuándo es actor?

Estudié en la Escuela de Arte Dramático de Sevilla y llevo trabajando a los 34 años, pero desde los 21 hacía papeles.

Alberto López

  • ¿Quién es? Alberto López López. Nació hace 39 años en el barrio de San Pablo en la periferia de Sevilla. Con diez se mudó a Triana. No tenía vocación de actor pero en el grupo de apoyo del instituto desarrolló sus pinitos sobre las tablas de los teatros de Andalucía Occidental.

  • ¿Por qué se le conoce? Ha hecho papeles en series como Allí Abajo o El príncipe; en películas como Grupo 7, El mundo es nuestro y Ocho apellidos vascos ahora acaba de termirar el rodaje de su segunda parte. También en obras de teatro como Patente de Corso, que está pendiente de estreno en Barcelona.

¿Qué es lo que más le gusta de su oficio?

Es muy dinámico. Cada proyecto está conformado por un grupo de gente diferente que pone su compromiso personal y físico. Eso que te hace entender que detrás de todo lo que el público ve hay un reto diferente.

¿En qué se basa para elegir formar parte de un proyecto?

Cualquiera es bueno si se trabaja con honestidad.

¿De dónde le vino la pasión por esta profesión?

Viví mi adolescencia durante la reforma educativa de la LOGSE. En el instituto no me iba muy bien en los estudios y formaba parte de un grupo de apoyo. Mi orientadora y profesora de Literatura me animó a leer y a hacer teatro. Fue entonces cuando empecé a subirme a escenarios y formar parte de espectáculos de Andalucía Occidental.

¿Cuál es su opinión sobre la situación actual del cine español?

Peligra por muchas cuestiones. Las administraciones públicas, tienen que copiar modelos como el de Francia para que mejore este aspecto de la cultura, porque sino lo único que haremos es repetir aquello que ya ha funcionado.

¿Y me dice eso después de haber culminado el rodaje de la segunda parte de Ocho apellidos vascos?

Lo hago porque forma parte de mi trabajo; y porque somos un país alegre y maravilloso: eso es lo que nos mantiene con la cabeza bien alta. Sólo creo que si no se hace algo más que lo que ahora hay las generaciones venideras se van a criar con una cultura muy básica.

¿Y qué le recomienda a esos jóvenes?

Precisamente lo que en su día no hice yo, preparse. Porque cuesta mucho trabajo arrancar y mantenerse en cualquier profesión.

Actualmente se le conoce por su participación en películas y series principalmente, ¿dónde se siente más cómodo?

Donde empecé, el teatro: hay mayor libertad creativa. Patente de Corso, con textos de Pérez Reverte, es de la que ahora formo parte.

«Solucionar marrones»

¿Qué resumen hace entonces de su faceta televisiva y cinematográfica?

En lo primero me he dedicado a solucionar marrones su biografía recoge apariciones en nueve series haciendo cuatro pequeñas escenas y busco crecer. Igual pasa con el cine media docena de películas hasta la fecha. Por otro lado, soy productor ejecutivo y coprotagonista en El mundo es suyo, la segunda parte del largometraje El mundo es nuestro.

¿Con qué actor español le gustaría trabajar alguna vez?

Hay, sobre todo, tres: Victoria Abril, que para mí es una de las mejores actrices del mundo; con otro malagueño, Antonio Banderas y con Javier Bardem.

¿Cómo desconecta cuando tiene tiempo libre?

Amo el mar y los deportes acuáticos: me encanta el Atlántico y las costas de Cádiz. Aunque Sevilla no tiene mar somos muchos los que disfrutamos de esas playas. Acabo de pasar unos días allí.

Es de Sevilla pero no tiene marcado el acento, ¿por qué?

En contra de lo que muchos creen, en la ciudad, como en otras muchas andaluzas, no hay un acento unificado. Nací en San Pablo, un barrio de la periferia. Me mudé a Triana con diez años. Esdo además del curso se doblaje y la licenciatura me han ayudado mucho. Tambén el hecho de trabajar con profesionales de muchos lugares de España.

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