Mario Vargas Llosa repasó ayer su relación con Málaga durante el último cuarto de siglo. Francis Silva

Mario Vargas Llosa: «La transformación de Málaga es prodigiosa»

«El largo trabajo de construir una historia, de construir un libro, está plagado de incertidumbre», comparte el escritor que elogia la apuesta de la capital por la cultura al recibir la distinción como académico de honor de San Telmo

Viernes, 21 de septiembre 2018, 00:04

Desde hace un cuarto de siglo visita la ciudad casi todos los veranos y con ese bagaje, el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa ... elogiaba ayer la evolución de la capital, «de la que deben estar muy orgullosos los malagueños y sus autoridades», durante la entrega de su distinción como académico de honor de la Academia de Bellas Artes de San Telmo. «La transformación de Málaga es realmente prodigiosa y creo que es un adjetivo que no exagera para nada la realidad», sostenía Vargas Llosa, que a su vez recibía la mención honorífica por parte del Ayuntamiento de Málaga.

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Aunque el nombramiento del autor de 'La ciudad y los perros' como académico de honor se produjo hace más de ocho años -en concreto, el 4 de marzo de 2010-, la ceremonia no llegó hasta la mañana de ayer en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento malagueño. El acto servía ha Vargas Llosa para echar la vista atrás y hacer balance de su relación con Málaga.

«La ciudad ha crecido, es más bella de lo que era, a su paisaje natural se ha añadido un paisaje urbano elegante, un paisaje funcional y además la actitud con la que recibe Málaga a sus visitantes hace que se sientan en su casa desde el primer momento. Pero quizás el aspecto que más hay que elogiar en esta extraordinaria transformación de la ciudad sea que en ella ha sido una protagonista central la cultura», compartía.

«Es una ciudad -proseguía el escritor en su discurso- que no es exagerado llamar de los museos, una ciudad donde los museos traen y ofrecen al visitante un panorama rico, vivo, maravillosamente bien seleccionado de lo que es el arte contemporáneo y tradicional. Sus exposiciones eventuales la muestran en un contacto permanente con los grandes centros de arte del resto del mundo y todo eso ha dado a esta ciudad una página que la vincula, como ya en el pasado se vinculaba tanto a la literatura, a la pintura, al arte contemporáneo, al cine...».

Más libres

De este modo, el también doctor honoris causa por la Universidad de Málaga (UMA) saludaba a la ciudad como «ejemplo para este país y para este mundo contemporáneo en el que tantas veces la modernización prescinde de la cultura». Y así, Vargas Llosa añadía: «Nosotros sabemos que la cultura es un elemento esencial en la vida de las personas, en la vida que quiere renovarse, enriquecerse y ser cada día más libre y más humana. Todo eso lo ha vivido Málaga, lo han hecho realidad los malagueños y desde luego nada puede ser más emocionante y conmovedor que estar vinculado a esta ciudad desde adentro, desde muy cerca como es el caso de mi incorporación a la Academia de Bellas Artes de la ciudad de Málaga».

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Vargas Llosa participaba anteayer en el curso de la UMA 'La ciudad como arquetipo' junto al escritor y crítico Juan Manuel Bonet y ayer recibía la distinción de la Academia de San Telmo por su laureada carrera literaria, pero también por su «valiente actitud cívica», en palabras del presidente de la Academia, José Manuel Cabra de Luna.

Tras el repaso a la historia reciente de la ciudad, el escritor compartía algunas reflexiones sobre el oficio de contar historias: «Escribir es una vocación extraordinaria, exaltante, que enriquece muchísimo la vida, pero escribir también es aislamiento, dificultad, desmoralizaciones temporales y, sobre todo, pasar largos periodos en soledad. En esos momentos todos los escritores sentimos la necesidad de un apoyo, una ayuda, un estímulo que nos permita enfrentar las dificultades del trabajo de escribir».

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Contra el desánimo

«A diferencia de otros artistas, los escritores no saben lo que va a ocurrir con aquello que escriben (...). Muchas veces, el largo trabajo de construir una historia, de construir un libro, está plagado de incertidumbre y la preguntas de ¿qué ocurrirá? ¿llegará a conmover a los lectores? ¿pasará sin ruido, sin dejar una huella en ese mundo tan indescifrable y misterioso que es el mundo del mercado de los libros? En esos momentos, ceremonias como la de esta mañana tienen una importancia fundamental», apostillaba.

«Uno siente -enlazaba Vargas Llosa- que lo que hace siente sentido, que de alguna manera toca algunos espíritus y los emociona y los conmueve y nada hace defenderlo mejor a un escritor contra la desmoralización, esa sombra temible de la vocación de escribir, como saber que sí tiene sentido, sí tiene una razón de ser, porque es capaz de establecer ese vínculo entre el escritor y sus lectore».

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Y a modo de colofón: «Me siento muy orgullo de ser parte de esa ciudad que se ha convertido por su transformación y por la importancia que le ha dado a la cultura, como un malagueño más».

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