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Una visión desde el escenario del Tardeo Summer, este sábado, en La Malagueta. Salvador Salas

Tardeo Summer: cómo convertir un concepto en festival y 'petarlo' en el intento

La costumbre de salir de día y enganchar con la noche vive un hito inédito en La Malagueta, con 2.000 personas disfrutando de las mejores bandas locales

Domingo, 15 de junio 2025, 00:18

El camino a La Malagueta dibuja una sonrisa. Es junio, hace una temperatura agradable, la luz adquiere otro relieve, las personas empiezan a desprenderse de ... esa palidez invernal y la sombra de un nuevo verano, en uno de los mejores lugares del mundo para vivirlo, la Costa del Sol, se intuye larga. En este contexto hay que encajar lo sucedido este sábado.

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En los últimos años, hay un concepto que se ha integrado en las vidas de los malagueños con esa naturalidad que lo hacen las cosas cuando hay coincidencia plena en que es algo positivo para todas las partes implicadas. Responde al nombre de tardeo y, resumido de manera escueta, no es otra cosa que comenzar la fiesta a las cinco de la tarde y ver hasta dónde se llega.

Este sábado, en La Malagueta, se llegó muy lejos. Concretamente, hasta las doce de la noche, que era la hora estipulada de cierre para la primera edición del Tardeo Summer.

Un festival ideado por SUR y Grupo Mundo para fusionar dos ideas que funcionan muy bien: el tardeo en sí y las actuaciones en directo de las mejores bandas locales, que interpretaron las mejores canciones de los 80 y 90, cuando la música aún era música y no existía esa lacra llamada 'autotune', que ahora convierte a gente estrepitosa en artista.

El resultado: unas 2.000 personas llenaron el ruedo de la plaza de toros, muchas horas de fiesta, buen ambiente y sana diversión que dejaron ganas de más.

Cuando se realiza una apuesta por algo nuevo, se presupone una vocación de consagrar el evento en cuestión. De esta manera arrancó este Tardeo Summer, a las cuatro y media, en un lugar acicalado para la ocasión y una infraestructura más que suficiente como para garantizar refugio a la sombra, antes de que la brisa malagueña aminorara la temperatura. Los encargados de abrir fueron Señor Mirinda, con un despliegue de su repertorio que mezcla clásicos con alguna versión de grupos indie como Lori Meyers o Vetusta Morla.

Tomó el relevo sobre el escenario Money Maker, con su conocido rock del 'shubi-dubi' y el 'boogie-boogie', marca de la casa. Sonaban 'Tainted Love' o 'Billie Jean'. A estas alturas, en un ruedo que se iba llenando cada vez más, ya se percibía que la noche iba a ser de las que quedan para el recuerdo. Convertir un concepto, una manera de salir de fiesta, el pasar un rato ameno con amigos, en un festival se materializó como gran logro. Por volver a esa vocación de consagrar el evento, quedaba claro que hay materia de sobra para resistir a futuras ediciones.

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Esencia tardeo

Había en el Tardeo Summer una energía cargada de autenticidad, sin concesiones a ese relativismo en el que todo parece igual. Contribuía a ello, claro está, la música en directo y de calidad. Pero también una estética alejada de esos lugares con afán minimalista (imposible en una plaza de toros), donde todo luce blanco y se utilizan nombres complicados para cócteles difíciles de asumir.

Sin zonas VIP y postureo innecesario, pero con un servicio de barra con primeras marcas y tiempos de espera mínimos, el tardeo iba cogiendo forma y el ruedo, a eso de las ocho de la tarde, ya estaba en modo ebullición.

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Cuando sonaba 'Jump' de Van Halen, pues a saltar. Cuando entraban los primeros acordes del 'It's my life' de Bon Jovie, también. Tampoco hubo concesiones para los silencios incómodos ni anti-climax entre los cambios de banda y la logística del montaje. DJ Tony Logan, el pinchadiscos de la mítica sala Bobby Logan, impedía los bajones con sus canciones de entonces y de siempre.

Más imágenes de la primera edición de Tardeo Summer. Salvador Salas

En este concepto de salir de fiesta cuando aún es de día, siempre hay un momento crítico. Cuando llega la noche, muchos se retiran, normalmente más ebrios de lo que entraron, y cada uno con sus razones o excusas.

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No hubo bajas así este sábado. Buena señal. La banda Alejados tomaba el relevo para dar paso luego a 90 Roll. La noche la abrochó a lo grande Electroduendes. Recorrieron un 'setlist' fiel al estilo de Mecano, Hombres G, Loquillo o Duncan Dhu.

A las doce de la noche, los altavoces se apagaron. Más por las ordenanzas del ruido que por ganas de abandonar el lugar entre el público. Fue una jornada exitosa que ahora pide más.

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