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Alejandro G. Calvo | Crítico
«Solo al cine se le exige entretenimiento»La entrevista ·
«Conseguir que alguien se divierta, incluso que ría, es dificilísimo. Lograr que llore, muy fácil; solo hay que contar una tragedia», aseguraSecciones
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Alejandro G. Calvo | Crítico
«Solo al cine se le exige entretenimiento»La entrevista ·
«Conseguir que alguien se divierta, incluso que ría, es dificilísimo. Lograr que llore, muy fácil; solo hay que contar una tragedia», aseguraAlejandro G. Calvo (Barcelona, 1978) confiesa que, cuando está en casa, con frecuencia tiene puesta alguna película en su televisor aunque él no esté sentado ... en el sofá viéndola, solo porque le «hace compañía». Calvo es periodista y crítico, y aunque está enamorado de los títulos clásicos en ningún momento olvida que hoy también se hacen buenas películas que debemos conocer. En la dieta de cualquier cinéfilo, como en la alimenticia, deben estar todos los géneros y todas las épocas. Él se ha guiado por ese criterio en '¿Por qué tengo que ver esta película?', una selección de 48 títulos con la que continúa la tarea que comenzó en 'Una película para cada año de tu vida' (ambos en Temas de Hoy). A él se le nota la pasión por el llamado séptimo arte en cada página de sus libros y en cada minuto de conversación sobre cine. Claqueta, que empezamos.
- Comienza el libro contando que ve la mayor parte de las películas en el ordenador. ¿Es necesario que el primer visionado se haga en un cine y dejar el ordenador para el segundo y posteriores?
- Las películas no las apreciamos como son si no las vemos de una forma adecuada. Y es en el cine en una pantalla grande. No es casualidad que se haya creado incluso una semántica del cine que responde a esa forma de contemplar las películas. Es cierto que ha mejorado mucho la manera como las vemos en casa, pero los cines siguen ahí y han sobrevivido a todo, incluso a las plataformas. De todas formas, entiendo que es complicado luchar contra la tecnología que nos pone tan fácil ver infinidad de títulos sin movernos del sofá.
- Sus recomendaciones parecen mezclar exquisiteces y exotismos varios con otras propuestas más comerciales. ¿Esa es una buena dieta cinematográfica?
- Mis pasiones son muy eclécticas pero cuando empecé a hacer vídeos divulgativos descubrí que para poder llegar con algunas recomendaciones tenía que captar a quienes los veían con lo que más conocido les resultaba. Puedo hablar de Bresson, pero atraigo con Tarantino y Scorsese. También ocurre que las experiencias son muy personales y cada uno tiene que encontrar su propio camino para llegar a ese cine más exquisito.
- En la suma de este libro y el anterior pesan poco los musicales, las películas de aventuras, el gran cine del Hollywood de la edad de oro. Y hay poco cine latinoamericano, italiano, alemán, chino, ruso...
- Cuando lo estaba preparando hice bloques de películas pero luego no entra todo y es preciso dejar cosas fuera. Tengo prevista una segunda entrega y en ella defenderé el musical, que ha sido tan atacado como el western, y me adentraré en otras filmografías, como la de Argentina, donde están haciendo un cine fantástico.
- Hay en su libro mucho cine reciente. Ese que, en no pocos casos, puede haber sido olvidado en apenas tres o cuatro años. ¿No teme que suceda?
- Me ha salido un libro muy moderno, pero es cierto que no podemos olvidar el cine clásico porque es el que enseña a ver cine. Todos deberíamos conocerlo y revisarlo aunque la realidad es que solo hay una plataforma donde pueda hacerse esto que planteo. Dicho eso, se siguen haciendo muy buenas películas, incluso obras maestras. No soy de quienes entienden que ya no se ha rodado nada excelso desde 'Casablanca'. La cinefilia debe abrazar el cine clásico y el actual. Nunca se había producido tanto, aunque ahora la mayoría se encamina hacia las plataformas y no aporta nada. Son películas para el algoritmo, hechas en despachos.
- ¿Cuánto influye el estado de ánimo, el momento personal del espectador, en su recepción del filme?
- La figura del crítico clarividente no es cierta. Toda opinión es subjetiva porque no hay una película perfecta a la que todas deban parecerse. Y, por supuesto, no te golpean igual, no te interpelan de la misma manera si has vivido una cosa que si has vivido otra. Todo enriquece la experiencias. No es bueno encerrarse en casa y ver solo películas. Cuanta más rica sea tu vida, mejor apreciarás lo que ves.
- Todos tenemos algunas canciones relevantes por motivos personales, aunque no sean muy buenas. ¿Hay películas con las que también sucede?
- Como crítico, tienes que negar la nostalgia, que no te falsee la experiencia. Pero somos personas. Y a mí no me importa recomendar películas no tan buenas si me han descubierto cosas. Por eso hay títulos esenciales en mi vida. 'Taxi driver', por ejemplo, no me parece lo mejor de Scorsese, pero me hizo consciente de la figura del director.
- Ya puestos, cuente qué otras películas son relevantes para usted en lo personal.
- 'Maridos' de John Cassavetes, 'Maridos y mujeres' de Woody Allen, 'Winchester 73' de Anthony Mann, 'La ventana indiscreta' de Alfred Hitchcock y 'La cosa' de John Carpenter.
- De la misma forma que hay quien lee solo para entretenerse, ¿qué juicio le merece quien se mete al cine solo por lo mismo y no quiere más complicaciones?
- Hablamos del 90% de la población. Es curioso que solo al cine se le exige entretenimiento. Y es verdad que durante dos horas consigue que te olvides de todo. Pero una película puede ser tan transformadora como 'Crimen y castigo' o 'En busca del tiempo perdido'. Y la película que te toca, más allá de su calidad, no la olvidas nunca.
- El director Billy Wilder habló de lo satisfecho que se sentía si conseguía distraer al espectador de sus problemas cotidianos.
- Es que eso es un milagro. Él era un maestro de la comedia. Conseguir que alguien se divierta e incluso ría es dificilísimo. Hacer que alguien llore en el cine es muy fácil, no tienes más que contar alguna tragedia.
- Llevamos décadas asistiendo a 'remakes' de títulos célebres que los empeoran. Y ahora estamos en la fase de continuación de algunas películas. ¿Qué sentido tiene prolongar una historia que había quedado redonda?
- El cine es también un negocio y en algún momento se descubrió que ver series es lo más fácil del mundo: el espectador conoce a los personajes y los escenarios y está familiarizado con la trama. En una película todo es nuevo y eso te exige más. Por eso se hacen películas casi como si fueran series: 'remakes', secuelas, continuaciones… Son espantosas operaciones de nostalgia. ¿Para qué queremos ver diez entregas de 'Misión imposible'? A ver si se cargan el cine de superhéroes de una vez. Si no vamos a ver películas realmente nuevas, ¿cuál será la memoria de esta generación?
- Escribió García Márquez que no había pena que no se aliviara con dos horas de buena lectura. ¿Y con una película?
- Yo pongo películas en casa aunque esté haciendo cosas solo porque me acompañan. A mí el cine me cura. Vivir es difícil, aunque tengamos muchas alegrías. Ante todo ello, el cine es catarsis. Y es bonito compartirlo.
- Hay quien dice que a partir de cierta edad conviene ver solo películas que acaben bien.
- (Se ríe) Tiene que haber de todo. Supongo que más o menos el 95% de las películas acaban bien, o razonablemente bien, porque la industria prefiere que el espectador salga de la sala contento. Lo que sucede es que las historias suelen acabar mal en la vida real y hay películas que recogen esas historias y las cuentan tal cual, por muy demoledor que sea. De esas películas con final triste sales destrozado pero creo que conviene darse unos días y luego comprobar cómo con esas historias has aprendido más que con las otras. Estoy pensando por ejemplo en 'Los puentes de Madison'.
- Imagino que en la escena de Meryl Streep y Clint Eastwood bajo la lluvia, decidiendo qué hacer con sus vidas.
- Sí, y ahí aprendes que, aunque su historia haya durado solo cinco días, en ese tiempo han vivido algo a lo que otros ni se han acercado en toda su vida. Y qué emoción transmite. Le diré algo: fui educado de tal manera que a mí en la vida real me cuesta mucho llorar, pero en cambio en el cine no me cuesta nada.
- En la época de nuestros padres quienes atraían al cine eran los intérpretes. Luego fueron los directores. ¿Ahora?
- En los noventa y los primeros años de este siglo comenzó a hablarse de nuevo de los actores. Y con las películas de superhéroes el director se borra. En las que se están haciendo ahora en ese género ellos ruedan solo los diálogos porque hay otros para las escenas de acción… Creo que lo que en este momento lleva más gente a las salas es la temática de las películas.
- Por cierto, usted habla poco de intérpretes y muy poco de compositores de bandas sonoras. ¿Unos y otros son menos relevantes en el cine de hoy?
- En el caso de la música puede que se deba a que me falta criterio. Más allá de algunos detalles, no domino ese lenguaje. Sí le puedo decir que mi compositor de cine favorito es Morricone. En cuanto a los intérpretes, me gusta un modelo de actor que no es el que más luce. Soy ultra fan de John Wayne, que decía tantas cosas sin pronunciar una palabra, simplemente sentándose. Me gustan esos actores que saben mirar, como Gary Cooper o Cary Grant. Y eso es algo que me cuesta encontrar en los de hoy.
- ¿Y las actrices?
- Gena Rowlands, Liv Ullmann, Isabelle Huppert… Si me pregunta por alguna más joven, Laura Dern. El espectador se identifica con las películas por los actores.
- Algunos especialistas sostienen que los críticos ven cómo su influencia retrocede en beneficio de webs como FilmAffinity, que parecen recoger mejor el sentir de aficionados. ¿Lo ve así?
- Eso es real. FilmAffinity y alguna otra web similar han sobrevivido a todo y tienen mucho peso. Con la llegada de las redes sociales hemos perdido fuerza como prescriptores, porque algunos consideran que hablamos desde el elitismo o porque los medios reducen el espacio de la crítica o de las películas hablan periodistas que no son críticos. Lo cierto es que somos más necesarios que nunca por la cantidad de cine que se estrena. Tenemos que señalar lo que define nuestro tiempo y cuáles son los títulos que hacen avanzar el arte cinematográfico.
- Para terminar, le haré una pregunta inevitable para un especialista en cine. Si solo pudiera ver a lo largo del resto de su vida diez películas, una y otra vez, ¿cuáles serían?
- No dudaré mucho a la hora de hacer la lista: 'Amanecer' (Murnau), 'El hombre que mató a Liberty Valance', 'Río Bravo', 'El apartamento', 'Los siete samurais', 'Deseando amar', 'Les enfants du paradis', 'La cosa', 'Una mujer bajo la influencia' y 'Las zapatillas rojas'.
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