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Javier Gomá (derecha), ayer, acompañado de Pablo Aranda, en el arranque del nuevo curso del Aula de Cultura de SUR. Fernando González
El secreto del párrafo diario

El secreto del párrafo diario

El filósofo y escritor reflexiona sobre el deseo de la inmortalidad y reivindica que «mas que perdurar, lo humano es ser digno de perdurar»

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Viernes, 22 de septiembre 2017, 01:23

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La charla comenzó como terminó. Hablando de escritura y pensamiento. Más concretamente de párrafos y perduración. «Mi máxima es un párrafo al día», dijo Javier Gomá. Y aunque alguno pudiera pensar que el filósofo y escritor lo dijo como provocación, se trató de una confesión en toda regla. Una distancia corta en lo literario, aunque una carrera de fondo en lo conceptual. Tanto como para que ese escrito diario busque la condición de «permanente». Aunque a párrafo seguido -o tal vez era el mismo-, Gomá desmitificó ese aparente pedestal desde el que trabaja el escritor: «Cuando cierro el ordenador, nunca escucho aplausos».

Javier Gomá protagonizó anoche la apertura de temporada del Aula de Cultura de SUR que, con el apoyo de la Obra Social La Caixa, reunió en el CAC Málaga a decenas de personas. Un vis a vis que agradeció ya que, a diferencia de los clásicos que no solo eran escritores sino también intérpretes, «ahora todo lo expresamos a través del papel», lo que ha «cortocircuitado» esa relación «eléctrica del que comparece».

Y su comparecencia estuvo repleta de reflexiones que iban de lo más mundano a lo más trascendental. De su ansiedad a la hora de elegir una película para ver con su familia -se ha ganado el apodo de «hombre parrilla» porque tiene que ver lo que ponen en todos canales antes de elegir que van a ver- a la constatación de la muerte y sus preguntas. «Estamos abocados al naufragio» y, por ello, el hombre y la mujer busca «perdurar», comentó el autor de 'Tetralogía de la ejemplaridad'.

«La actualidad no nos permiten levantar la mirada hacia lo real que es lo que perdura», aseguró el filósofo

Un pensamiento que está muy presente en su último libro, 'La imagen de tu vida' (Galaxia Gutenberg), que es una «invitación a elevar la mirada». «Estamos todos enredados en el día a día y ocurre con frecuencia que los requerimientos de la actualidad no nos permiten levantar la mirada hacia lo real que es lo que perdura», dictaminó el filósofo y escritor que explicó que, a su juicio, hay dos formar de aspirar a esa inmortalidad.

Algo de vanidad

Por un lado, a través del recuerdo de las personas que nos sobreviven. Y por otro, a través de la creación. «Lo único digno de perdurar es lo perfecto y una obra artística puede estar cerca de la perfección», sostuvo Javier Gomá que volvió sobre sus pasos para rechazar aquellos que argumentan que los recuerdos se pierden, por lo que uno deja de perdurar en sus descendientes. Entonces invocó a Kant para recordar que lo relevante no es ser feliz, sino ser digno de ser feliz, «aunque la vida no te lo conceda». «Del mismo modo, lo importante no es perdurar, lo verdaderamente humano es ser digno de perdurar», recalcó.

Las reflexiones sobre la obra maestra que llevan a esa trascendencia de inmortalidad también transitó por el camino del orgullo. Y en este punto abogó por no suprimir el «egoísmo malo», sino educarlo, a la vez que rompió una lanza por la gloria. «Reivindico el derecho a la vanidad literaria», aseguró ya que, a diferencia del científico y la ciencia en la que un avance deja sin valor lo anterior, «no podemos decir que un autor ha sustituido a otro».

Entonces volvió a hablar de creación literaria y de su gusto por las rutinas que le ayudan a concentrarse en la escritura. Una actividad que, no ocultó, aspira también a perdurar. O al menos a ser digna de ello. «A través del párrafo añades algo que en el mundo no existía, por lo que lo vivo como la mayor novedad en un grado radical», aseguró el autor. Como esta crónica espera añadir algo que hasta hoy no existía. Aunque, eso sí, ha necesitado más de un párrafo para atrapar la charla y su aspiración máxima es perdurar lo que queda del día. Hasta el periódico de mañana.

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