Sábado de gloria para un cartel de lujo

Banderas de España y de Andalucía se intercalaban en todo el perímetro de los palcos de la segunda planta, mientras que de la primera pendían mantones de manila de varios colores y guirnaldas, en una decoración en la que destacaba los motivos picassianos de un festejo con sello propio. Así, las tablas y los burladeros estaban decorados por el pintor sevillano afincado en Málaga Pablo Alonso Herráiz, autor del cartel de la Corrida Picassiana de este año, en un recorrido por las distintas épocas de Picasso con un original diseño de inspiración floral, siguiendo la línea del capote de paseo que aparece en el cartel anunciador. Otra de las novedades del festejo fue la megafonía de la plaza. Un estreno con el que se recupera, solo para esta corrida, lo que era tradicional en la ciudad hasta bien entrada la década de los años 80 del siglo pasado al anunciar antes de la salida de cada toro el nombre, el número, el hierro y el matador que lo lidia. Todo un guiño con reminiscencias pasadas.

Otro de los detalles que muestran la singularidad de este festejo fue el atuendo de los areneros vestidos de arlequín, una figura muy presente en la obra del genial artista universal malagueño, en cuyos inicios de festejo se podía comprobar la vistosidad del coso con un paseíllo un poco desconcertante ya que se tardó un poco en arrancar y el director de la banda de música de Miraflores y Gibraljaire no estuvo muy acertado en hilvanar el comienzo y el inicio de 'Pan y Toros' y el Himno Nacional con respecto a la situación física de los protagonistas de la corrida.

Una vez más, se notó la conexión del diestro peruano con la afición malagueña. Del mismo modo que en la feria taurina de agosto el público volvió a volcarse con el matador de toros y se generaron el murmullo y los olés tras cada tanda con su primer burel, llegando a poner en pie los tendidos cuando se dirigió a por el acero, así como cuando acertó en la suerte suprema y La Malagueta se tornó blanca de pañuelos.

No menos fue el apoyo del público al artista de la tierra al reconocerle a Fortes el temple, la valentía y el buen gusto con el segundo de su lote y una enfervorizada afición pedía a gritos un triunfo rotundo que incluía para algunos más allá de las dos orejas concedidas al exigir el rabo por su actuación.

Con el sevillano también se demostró el apoyo, aunque no pudo compartir la puerta grande como sus compañeros. Y es que Juan Ortega tiene una especial relación con Málaga. Según ha podido conocer este periódico, el torero se ha preparado mucho para este festejo con Ángel Medina, campeón del mundo de vela, y durante la mañana de ayer le reconoció a un grupo de amigos que se siente feliz en Málaga y se identifica mucho con esta tierra.

Entre las caras conocidas que no quisieron perderse ni un detalle del festejo se encontraba el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, quien declaró a los medios de comunicación unos minutos antes de acceder a la plaza el apoyo del gobierno andaluz a la tauromaquia, además de destacar la singularidad de la Corrida Picassiana; el presidente de la Diputación Provincial de Málaga, Francisco Salado; el vicepresidente tercero del ente supramunicipal, Manuel Marmolejo; el delegado de Educación de la Junta en Málaga, Miguel Briones; los diputados provinciales José Santaolalla y Manuel López Mestanza; el responsable de Asuntos Taurinos de la Diputación, Borja Ortiz; Juan Ignacio Zafra, director territorial de CaixaBank en Andalucía; el director general de la RTVA, Juan de Dios Mellado; los hermanos mayores de la Congregación de Mena, de la Cofradía de El Rico y de la Archicofradía de la Expiración, Antonio de la Morena, Ramón Varea y Manuel Corcelles, respectivamente, la presentadora de televisión Eva Ruiz; el empresario Federico Beltrán; el pintor Loren; el presidente de la plaza, Antonio Roche; José Manuel Cabra de Luna, expresidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo; el torero Javier Conde; y el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Amador Enseñat y Berea, acompañado del arquitecto y exhermano mayor de Mena Álvaro Mendiola.