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La resistencia

Lunes, 21 de octubre 2019, 00:02

Con David Broncano me topé hace tiempo mientras oía la SER un fin de semana. Llevaba una sección un poco absurda, ahora devenida en un paseo de su fama por la Gran Vía. Al principio no le pillaba la gracia, ni siquiera me gustaba su acento algo andaluz, tan poco habitual en la radio. Con el tiempo me congracié con las historias sobre su pueblo, Orcera, con sus «monólogo», dichos así en singular, y con ese sentido del humor entre locuaz y falsamente sorprendido, entre procaz y educado. Y sin ser yo 'millenial' ni nada de eso, me convertí en fiel seguidor de su formato emblemático, 'La vida moderna', que sobre todo triunfa por encandilar a una media de trescientos mil seguidores diarios en su canal de YouTube.

Fantaseaba el otro día Broncano, con la ironía surreal de Ignatius Farray y el ingenio de Quequé, con la idea de ganar otro año más un premio Ondas, tras el obtenido en 2018. Pero al final ha sido el 'late night' que presenta en #0 de Movistar+, versión domesticada del formato radiofónico, el que se ha llevado el Ondas en la categoría de televisión nacional. Dicen que «por su innovación en un género ya convencional, por su riesgo en la elección de los invitados». Y no les falta razón.

La Academia de la Televisión ha concedido este año el premio de la crítica a 'Cuéntame' y a 'Sálvame', dos evidentes y antagónicos ejemplares de la televisión mayoritaria de este milenio. Pero agrada saber que esta producción de la factoría Buenafuente también recibe otros parabienes. 'La Resistencia' es el garito preferido de los jóvenes que denuestan o no practican ya la tele generalista. Con el malagueño Jorge Ponce en la subdirección, ejerce de versión 'indie' de 'El Hormiguero', lanzado ya sin complejos de ningún tipo a la atracción de las masas. En 'La Resistencia', en cambio, se dirigen a una cachonda minoría que no se ruboriza al oír hablar de sexo ni de dinero. Vale que sus entrevistas son sin ton ni son, pero al menos descubren nombres valiosos del deporte femenino, de la música menos 'mainstream' o hasta del porno. Y se agradece.

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