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Pompeya fascina al mundo 2.000 años después

Pompeya fascina al mundo 2.000 años después

Nuevas excavaciones sacan a la luz espectaculares casas, frescos, objetos cotidianos y restos de sus habitantes

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

POMPEYA.

Jueves, 16 de agosto 2018, 00:10

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Pompeya vuelve a asombrar al mundo. Por primera vez, después de más de medio siglo, se excava en la antigua ciudad romana, que ofrece nuevas bellezas y sorpresas que dejan boquiabiertos a los investigadores. Se vive una auténtica «revolución» gracias a un proyecto financiado con 105 millones de euros por la Unión Europea, según explica Massimo Osanna, director del parque arqueológico. El Gran Proyecto Pompeya está sacando a la luz nuevos frescos, esculturas, ánforas, objetos preciosos, monedas, inscripciones y víctimas de la erupción del cercano Vesubio que sepultó la ciudad en el año 79.

Las excavaciones se desarrollan en la Región V, un área de poco más de mil metros cuadrados donde se han encontrado la Casa de los Delfines, objetos de la vida cotidiana e inscripciones electorales, en una de las cuales se lee: «Por favor, elegid a Elvio Sabino como edil, digno del Estado, uno bueno». Sobrecoge y emociona recorrer las salas de la Casa de Júpiter con adornos de estucos coloreados muy antiguos, «seguramente de entre 150 y 200 años antes de la erupción», apunta el arqueólogo Francesco Muscolini. La 'domus', propiedad de un hombre particularmente rico, el senador M. Nonio Balbo, recibe el nombre de Júpiter porque ese dios romano está representado en un fresco en una pared del jardín.

LA CIFRA

La catástrofe

LAS FRASESMassimo Osanna Dtor. del parque arqueológico «En cuatro años hemos restaurado una treintena de casas o edificios, incluso con sus elementos decorativos» «Esto es bellísimo porque pueden verse los objetos de la vida cotidiana en su lugar y no en un museo, en vitrinas fuera de contexto»«Encontramos ánforas con el 'garum' que venía de Hispania»

Pompeya fascina siempre desde el inicio de las excavaciones en 1748 por iniciativa de Carlos III. Es agosto y algunas vías de la ciudad están llenas de turistas que alimentan la imaginación y los sentimientos. En su caminar por la calle principal, la Vía de la Abundancia, un paseo único en el mundo, es fácil respirar el ambiente de hace dos mil años, imaginarse cómo eran las casas, sus restaurantes, bares, panaderías, fruterías.

«Aquí la muerte se produjo en manera diversificada. Se inició la explosión del volcán, en la mañana del 24 de agosto, y se produjo una lluvia de lapilli, pequeños fragmentos de piedra, que comenzó a llenar las calles (alcanzó un nivel de 5 metros en algunas zonas). En ciertos casos, hundió los techos de las casas, por lo cual algunos murieron por el derrumbe de los primeros edificios. Quien sobrevivió a esta primera fase, que duró 18 horas, murió luego por la llegada de la corriente piroclástica, que no es la lava ni el fuego. A Pompeya llegó una nube de cenizas y materiales arrastrados por la fuerza de esta nube de altísima temperatura: ramas de árboles, bloques, etc. Quien fue envuelto por esta nube murió por 'shock' térmico, por la alta temperatura, pero no carbonizado. Su muerte fue por calor o por asfixia», ilustra Osanna.

En las nuevas excavaciones se ha encontrado el esqueleto de un hombre que murió cuando trataba de huir. Un gran bloque de piedra le cayó sobre la cabeza. «Hemos hecho todos los análisis posibles: osteológico, radiológico, ADN.... Nos permitirán averiguar de dónde provenía, su edad, dieta, enfermedades, estatus, cómo murió, cómo fueron sus últimos momentos. Este pompeyano huía con una pequeña bolsa en el pecho con 20 denarios de plata y algunos de bronce, un salario para medio mes de una familia normal. Llevaba la llave de casa, con la esperanza de volver».

El Gran Proyecto Pompeya supone una revolución porque se ha cambiado radicalmente la concepción sobre las excavaciones y la restauración. «Antes se restauraba una casa en un año, otro edificio al año siguiente -explica Massimo Osanna- Se hacían trabajos no sistemáticos. Ahora consideramos que Pompeya es una ciudad y como tal debe ser tratada, situando en primer lugar su seguridad. En cuatro años hemos restaurado una treintena de casas o edificios, incluso con sus elementos decorativos, como frescos, mosaicos...».

En la Región V, la vieja ciudad romana entra en el siglo XXI. «Esto es una revolución. Usamos todas las tecnologías actuales para documentar en 3D y archivar absolutamente todos los datos de las excavaciones. No se pierde ni uno. En el futuro, el esfuerzo estará en su conservación. ¿Cómo preservar estos colores maravillosos de los frescos que, apenas entran en contacto con el aire, se empiezan a deteriorar, aunque intervengamos de inmediato con los restauradores?», se pregunta el director del Parque Arqueológico de Pompeya.

Objetos en su ambiente

Al visitar algunas de sus casas, como la Fullonica di Stephanus ('domus' con lavandería), uno tiene la sensación de estar en un pequeño museo. «En algunas casas hemos rehecho las habitaciones y llevado allí sus propios objetos, que en los años 70 se habían dejado en depósitos. Algunos son originales, otros los hemos hecho expresamente. Esto es bellísimo porque pueden verse los objetos de la vida cotidiana en su lugar y no en un museo en vitrinas fuera de contexto», afirma el profesor Osanna. Pompeya abarca 66 hectáreas y se han excavado hasta el momento 44 .

«Aquí encontramos habitualmente ánforas con el 'garum' -una salsa de pescado utilizada como condimento- que venía de Hispania. También encontramos cerámica ibérica del siglo III antes de Cristo. Hoy Pompeya está abierta a la colaboración internacional y vienen los mejores profesionales. Es muy estrecha la relación con España, en particular con Madrid y con arqueólogos de las universidades de Valencia y Cádiz. Y espléndida la colaboración con el profesor José María Luzón, que descubrió toda la documentación sobre Pompeya del siglo XVIII que estaba en Madrid en español. Porque las primeras excavaciones se iniciaron durante el reinado de Carlos III en 1748. No se puede concebir una investigación de Pompeya sin España, porque desde el inicio de esta extraordinaria aventura arqueológica ha estado ahí», dice Osanna.

millones de euros ha aportado la Unión Europea para las excavaciones en la ciudad.

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