La malagueña Patricia Conor publica 'Caer al cielo' Migue Fernández

Patricia Conor: «Hay que dejar de romantizar la idea del artista que sufre para poder crear»

La autora malagueña Patricia Conor publica 'Caer al cielo', su primer poemario, donde transforma la «caída en vuelo» y lleva su mirada cinematográfica al verso

Carmen Barainca

Lunes, 3 de noviembre 2025, 14:56

Nacida en Málaga en 2001, Patricia Conor pertenece a esa generación de creadoras que entienden la palabra como imagen y la imagen como territorio poético. ... Guionista, directora y docente, su trabajo ha transitado por la cinematografía, la dirección artística y la fotografía, colaborando en producciones internacionales y otros proyectos. Ahora, con 'Caer al cielo', publicado en octubre por la editorial Manos de pan, la autora debuta en la poesía con una voz que desarma y reconstruye el mundo desde la «vulnerabilidad y la lucidez».

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- El título 'Caer al cielo' suena contradictorio. ¿Qué quisiste expresar con esa idea?

Habla de la imposibilidad, de crecer sin tener un sitio fijo donde caer o agarrarse. En ese sentido, 'Caer al cielo' es la propia imposibilidad del concepto de aferrarse a algo. Pero ese «agarrarse» es fundamental porque, aunque no haya certezas, existe una búsqueda de ellas. Es una forma de seguir cayendo, pero hacia arriba.

- ¿Cómo surgió la idea de empezar a escribir este poemario?

- Escribo desde pequeña, sin la pretensión de publicar. La publicación ha sido consecuencia de algo fortuito. En casa crecí rodeada de libros. Desde niña entendí la ficción como un juego. Aprendí de escritoras como Matute, Gloria Fuerte o Blanca Varela. Y, por consecuencia, acabé escribiendo. Un día ese juego se convirtió en borrador, y cuando la editorial apostó por mí, estaba vivo, a punto de terminarse. Así surgió el libro.

- Es tu primer poemario. ¿Cuánto tiempo te llevó escribirlo?

- En su forma final, alrededor de un año. No quería que fuera una recopilación de textos sueltos de distintas etapas, sino un libro con unidad. Ha sido un año de escritura consciente, de selección y cierre. Muchos poemas quedaron fuera, podría decir que están guardados para un futuro libro, pero no quiero forzar esa idea.

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- En el poemario aparece una referencia a Safo. ¿Qué aporta la poesía clásica a tu trabajo?

- La cita de Safo es significativa: «No creo poder tocar el cielo con las manos». En 'Caer al cielo' conviven dos tradiciones: lo que conocemos y lo que transformamos. Empecé leyendo literatura clásica porque es lo primero que nos acercan, y siento afinidad con ella. Pero la poesía contemporánea está abriendo nuevos lenguajes.

- ¿Cómo definirías tu estilo literario?

- Valoro el aprendizaje constante. Por eso me cuesta definir mi estilo. Estoy en un proceso de entender la literatura como algo que me divierte y me permite experimentar. Cerrarme a una definición me limitaría. Pero sí sé dónde no quiero estar.

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- ¿Y dónde no?

- He dejado de usar la tristeza como instrumento creativo. Durante mucho tiempo creí que solo podía escribir desde el dolor. Ahora entiendo que también se puede crear desde la alegría, desde el disfrute, desde lo luminoso. He dejado de pensar que solo las emociones negativas inspiran.

- ¿En 'Caer al cielo' veremos esa dualidad entre la tristeza y la luz?

- Sí. Hay poemas que nacen del dolor, de los golpes de la vida, pero también de la reconstrucción. Crecer es un golpe a tierra, una caída que te hace ver las cosas de otra manera. El libro tiene tanto caídas al cielo como caídas al suelo. Es una mezcla de fuerzas que se oponen pero también se acompañan.

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- También habla de «saltos y golpes». ¿De dónde nace esa imagen tan física del cuerpo que cae?

- Nació de una conversación con una amiga. Hablábamos de que todo es una forma de caer: amar, morir, reír…. Esa es la idea del libro. Caer no siempre es negativo; a veces es amable, como cuando llegas cansada del trabajo y te dejas caer en el hombro de tu madre. Quería mostrar esa caída que también puede ser refugio.

- ¿Cuánto de tu vida personal hay en el libro?

- Hay bastante. Le escribo mucho a mi hermana gemela, Paula. El vínculo entre gemelas es algo indescifrable, imposible de explicar del todo, y gran parte del libro nace de esa relación. También están mi madre, mis amigas y mi entorno. Es un libro que empezó siendo íntimo, y poco a poco se abrió hacia los demás.

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- Tu obra tiene un ritmo particular, casi cinematográfico. ¿Cómo trabajas esa musicalidad en tus textos?

- Pongo en valor la lectura en voz alta. Escuchar un texto transforma por completo su sentido. En 'Caer al cielo' el ritmo está muy presente: cada pausa, cada fragmento sin coma, responde a una emoción. Es mi manera de trasladar lo que sentía. Me interesa la posibilidad de romper las normas gramaticales cuando la emoción lo pide.

- Además de escritora, trabajas en cine y has participado en producciones internacionales. ¿Qué has aprendido de esas experiencias, aplicado a la escritura?

- He aprendido mucho, aunque a veces son mundos incompatibles. He llegado a escribir poemas en mis brazos, mientras trabajaba, para pasarlos luego al papel. Me apasiona la industria creativa, pero también hay que cuestionarla. La precariedad nos obliga muchas veces a frenar la inspiración. Me encantaría poder quedarme escribiendo o leyendo todo un día, pero hay alquileres, responsabilidades. Hay que dejar de romantizar esa idea del artista que sufre para poder crear.

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- ¿Cómo fue tu trabajo con la editorial Manos de Pan?

- Estoy muy agradecida. Mi familia materna es argentina y la paterna, granadina, y Manos de Pan conecta España, Argentina y México. Nunca he podido ir a Argentina en cuerpo, pero el libro llegará antes que yo, eso me emociona.

- ¿Tienes nuevos proyectos literarios o audiovisuales en marcha?

- Sí. Estoy trabajando con el relato, trasladando lo poético a la narrativa breve. También me interesa el formato híbrido: los fotolibros. Estoy explorando esa línea entre el relato y la imagen.

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- ¿Hacia dónde te gustaría encaminar tu futuro profesional?

- Hacia el cuidado. Es un dilema que me acompaña: cómo separar lo que hago por ocio de lo que hago profesionalmente. Quiero especializarme en gestión cultural, porque puedo archivar, proteger y distribuir la cultura en sus distintas formas. Y, por supuesto, seguir escribiendo y haciendo fotos, porque lo necesito.

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