Pablo Alborán, en la presentación del disco ayer en Madrid. Virginia carrasco

Pablo Alborán: «Mi vida no ha sido una telenovela ni pretendo que lo sea»

Ha sufrido por amor «como todos», pero si algo ha aprendido es que «de las despedidas más tristes salen historias preciosas». Y de esas hay muchas en 'Vértigo', su nuevo disco

Viernes, 11 de diciembre 2020, 00:52

«Hola, ¿qué tal? Soy Pablo, todo tuyo», dice nada más descolgar el teléfono desde Madrid. Empieza así una charla donde Pablo Alborán habla sin ... prisas a pesar de lo apretado de su agenda y con la extrema amabilidad que le caracteriza. Está «agradecido a la vida» por este momento. Pandemia mediante, el malagueño de oro de la industria musical lanza hoy 'Vértigo', su quinto álbum de estudio, un disco «espontáneo», creado «sin expectativas» y gestado durante su confinamiento en Málaga, en el estudio que montó en el antiguo garaje de sus abuelos.

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Alborán se lanza a la «aventura» de publicar sus canciones sin la garantía de poder presentarlas en el directo a corto plazo, pero con el convencimiento de que hay que mantener engrasada la maquinaria y avanzar. Es un gesto hacia su público –que espera con ansia cada nuevo trabajo del malagueño– y hacia una cultura que hay que «poner en valor».

–Lo que hoy siente debe de ser algo muy parecido al vértigo…

–Más que vértigo siento mucho agradecimiento a la vida por poder realizar todo esto, porque no es un momento fácil para fingir que todo sigue como antes. Sacar un disco está siendo una aventura, pero estoy disfrutando mucho de las sorpresas.

–Hay una frase de 'Corazón descalzo' que dice: «Cuando no quede aplauso ni griten mi nombre». ¿Teme ese silencio?

–Lo he temido, claro. Esta canción se hizo antes de la pandemia y ¡fíjate! Es premonitorio. Temo que no haya conciertos, temo que la música no se pueda realizar para lo que está hecha, que es para cantar con público. Pero ahora mismo hay que pensar en ser responsables y en avanzar. Eso sí, hay que avanzar porque si no la música se va a transformar hacia un lugar muy efímero y volátil. Hay que crear la inercia de entregar una obra completa, de darle tiempo a las cosas para que los demás también le den ese tiempo.

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«La pandemia nos ha puesto a todos en nuestro sitio, ser de carne y hueso es lo más maravilloso que hay»

coronavirus

«Seguiré siendo igual de claro: yo vendo mi música, pero mi vida es intocable»

vida personal

–Ahora que ha estado muchos meses alejado del aplauso y en la casa familiar. ¿Ha podido ser más Pablo que Alborán?

–Yo siempre tengo muy claro de dónde vengo. Pero es cierto que este disco se ha hecho en ese estudio de Benalmádena que era el garaje de mis abuelos. Y sin expectativas, porque yo hacía canciones sin saber para qué, porque nadie sabía nada. Todavía no se sabe. De pronto solté las riendas y me dejé llevar. Es un disco muy espontáneo, tiene cosas que a lo mejor si hubiera sabido que iba a sacar el disco no hubiera cantado, grabado y producido así.

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–¿Qué hay que no hubiese hecho de esa forma?

–La manera de cantar las cosas está más hablada, más contenida, más susurrada. Hay cosas que yo considero errores de grabación, pero las he dejado. Las hubiera hecho más estudiadas y controladas. En otros discos la voz está más efectista, mantengo más la nota y hago un exhibición, y aquí no. Es un relato muy auténtico, muy tranquilo, con mucha verdad y con ganas de disfrutar a la hora de escribirlo.

Más que baladas

–'Vértigo' sigue la línea que ya avanzaba con la canción 'Tabú': quiere bailar y demostrar que es más que un cantante de baladas.

–Sí (ríe). Es un disco que tiene altos y bajos. Como el vértigo en sí, tiene mucha quietud y también hay mucho movimiento. El vértigo lo identifico no solo por las alturas sino por la sensación de que tú estés quieto y todo a tu alrededor se mueva, que pierdas el equilibrio y la estabilidad. En este disco hay canciones que hablan hacia dentro, y otras como 'Fiesta', 'Malabares' o 'Dicen' que es todo 'pa'fuera' y muestran esa dualidad.

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–En cualquier caso, sigue siendo un romántico….

–Eso claro, soy un romántico de la vida, soy muy bohemio y soy muy sensible. Y eso lo reivindico y lo haré hasta la muerte. Y más ahora.

«Soy un romántico de la vida, muy bohemio y sensible. Y lo reivindicaré hasta la muerte»

sentimientos

«Es muy auténtico, con mucha verdad y con ganas de disfrutar a la hora de escribirlo»

'Vértigo'

–Le quiero preguntar por el valiente anuncio que hizo sobre su orientación sexual. ¿Ha sufrido por tener que guardar las apariencias o ser excesivamente discreto con su vida privada?

–Nunca. De todos modos, seguiré siendo igual de claro a la hora de decirle al mundo que yo vendo mi música, pero mi vida es intocable.

–Pero, ¿se siente liberado?

–Estoy centrado.

–En lo que toca...

–En mi trabajo, que es lo que siempre he hecho. Lo demás se queda de puertas para adentro.

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–Algo ha cambiado en los últimos meses, sabía que iba a haber una pequeña revolución.

–Sí, pero como ya se ha hecho, hay que seguir sin más. No hay que darle más cancha a eso. La normalidad y la naturalidad de la cual todos hablan también tiene que estar en que sigamos hablando de lo que hemos hablado siempre, porque si no se desvirtúa todo.

–Queda claro que no quiere convertirse en un abanderado de este tema.

–Mi bandera es la música.

De «carne y hueso»

–Canta en una canción que es de «carne y hueso». En el deslumbrante mundo del espectáculo, ¿viene bien repetírselo a uno mismo y a los demás?

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–Viene bien y sobre todo creo que la pandemia nos ha puesto a todos en nuestro sitio, y ser de carne y hueso es lo más maravilloso que hay. Darse cuenta de eso, compartirlo y valorarlo hace que seamos más empáticos, que nos demos cuenta de que las cosas que te duelen a ti también me duelen a mí. Nos ha ayudado a reubicar las prioridades, que al final todos tenemos las mismas.

–Y también deja caer que sigue «siendo el travieso de siempre».

–Eso también (ríe). Eso no cambia y tiene que estar ahí porque soy así.

–Al menos ahora, con la mascarilla, las gafas y la gorra no hay quien le reconozca.

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–(Ríe) ¡Es verdad! Pero no te creas, el otro día me conocieron por el tupé. Pero no pasa nada, es parte de mi vida.

–¿Y lo ha pasado tan mal por amor como se deduce de algunas de sus letras?

–Bueno... yo creo que como todos. Mi vida no ha sido una telenovela ni pretendo que lo sea, porque no me gustan. Ahora por ejemplo soy muy práctico y soy muy de querer disfrutar de todo lo que nos da la vida. Porque nos lo quita igual. Lo que sí he aprendido y he querido mostrar con este disco es que de las despedidas más tristes salen historias preciosas. 'Si hubieras querido' o 'Vértigo' hablan de una despedida pero también de una aceptación: ha salido mal, pero qué bonito ha sido. El momento que estamos viviendo, el cómo han cambiado nuestros trabajos y nuestras relaciones, nos está enseñando cosas preciosas viniendo de algo horrible como es esta pandemia.

–Dedicó su actuación en 'streaming' desde el helipuerto de Torre Picasso a todas las personas que asisten a conciertos, algo que ahora parece ciencia ficción.

–Totalmente. Es que yo publico el disco precisamente por la gente que apuesta por la música, y ojalá sigan. Y porque he visto que otros compañeros sacan disco. Si ellos no paran, yo no tengo que parar si tengo algo que ofrecer.

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–El sector vuelve a manifestarse este viernes para pedir un rescate. ¿Cómo lo está pasando la gente que le rodea?

–El evento del miércoles (presentación del disco en directo desde las alturas de Madrid) fue satisfactorio y bonito por ver a todo mi equipo trabajando, a mis técnicos, ingenieros, músicos, iluminadores, productores... Es no parar la maquinaria y que el engranaje siga.

Coronavirus

–Usted ya será inmune al Covid tras haberlo pasado.

–Eso no es así. Yo me he hecho análisis de sangre y ya no tengo anticuerpos. Eso no dura tanto así que no hay que ser tan confiado.

–¿Lo llegó a pasar mal?

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–Estaba más pendiente de hacer el payaso en casa para entretener a mis padres que estaban más preocupados, que de otra cosa. Fue duro, pero todo salió bien. Pero sigo teniendo la misma incertidumbre. No soy negacionista pero sí que dudo sobre todo un poco. Existe el virus, por supuesto, pero dudo todo el día. Si hay otra cepa, si no...

–¿Se trata injustamente a la cultura? Hay aviones llenos para ir a teatros vacíos.

–No haría esa comparación, pero obviamente hay sistemas de transporte que no están tratados como se debería. No soy científico, pero lo que sí te digo es que la cultura está siempre sobreentendida. El que estés en tu casa y puedas poner una serie se da por hecho. Como ponerte un zapato. Y eso no puede estar tratado de la misma manera. Hay que poner en valor que tenemos el acceso a poner series, escuchar música, tener entretenimiento, a leer, a poder comprar cultura. Sin entretenimiento nos hubiéramos vuelto locos en esta pandemia.

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