En Vibra-Tó hacen que el palo del recogedor suene a flauta
Los músicos investigadores Joaquín Sánchez Gil y Miguel Guinea transforman objetos de la vida cotidiana en sonidos que recuerdan a la música de instrumentos habituales
CRISTINA PINTO
Lunes, 13 de febrero 2023, 00:01
Traviesos aunque, sobre todo, curiosos. Como cualquier niño. Así eran Joaquín Sánchez Gil y Miguel Guinea y así lo recuerdan. «Hacía instrumentos con botes de ... detergente para jugar con mis hermanos y mis primos», rebobina en el tiempo el sevillano Miguel Guinea. «A mí me encantaba desmontar las cosas... Por eso empecé a tocar el clarinete en la banda de mi pueblo, por las llavecitas y los entresijos que tenía», reconoce Joaquín Sánchez cuando habla de su infancia en Almargen, municipio malagueño donde nació. Estos pequeños curiosos no se conocieron hasta que llegaron a Granada a estudiar en la facultad de Ciencias de la Educación, allí esta fusión de un curioso sevillano y otro curioso malagueño desembocó en lo que ahora es Vibra-Tó: un proyecto didáctico y musical en el que crean instrumentos a partir de objetos de la vida cotidiana y materiales de deshecho.
Cuando Joaquín Sánchez Gil y Miguel Guinea se conocieron no se imaginaron que veinte años después su vida seguiría unida gracias a la música. «En la carrera hicimos un trabajo que fue lo que dio paso a este proyecto, pero no nos imaginábamos que llegaríamos tan lejos», apunta Miguel Guinea. En 2006 empezaron con los conciertos y ahora hacen giras nacionales e internacionales mostrando cómo estos objetos pueden tener una segunda vida y, además, ofreciendo un sonido que poco tiene que envidiar a los instrumentos habituales.
Desde un palo del recogedor que puede sonar como una flauta hasta un visualizador de ondas hecho con una lata, un espejo y un globo. «Son instrumentos insólitos, no convencionales y fabricados con materiales de deshecho. Recogedores de los que salen melodías milenarias, regaderas en clave de jazz, latas convertidas en guitarras y panderos, botellas, embudos, peines, tubos... ¡Todo suena!», detallan estos dos músicos investigadores, que estuvieron presentes en la gala de Acción Solidaria de SUR. Los allí presentes se quedaron impactados con la pequeña pero gran demostración que hicieron Miguel y Joaquín. «No me lo puedo creer», comentaban unos y otros.
Y es que uno de los grandes fuertes de Vibra-Tó es la capacidad de asombro ante el público. «Durante un tiempo solo sorprendían las pantallas pero ahora que estamos rodeados de tecnología y estamos saturados de elementos digitales, tiene mucha más fuerza un globo o una cuerda; es como la vuelta a lo analógico», destaca el malagueño Joaquín Sánchez. «La base de espectáculo es el asombro que creamos además de con lo musical, con la ciencia y experimentos que hacemos con la manipulación de elementos. Ahora tenemos sobreinformación y sobredigitalización y hay objetos en nuestro día a día que podemos utilizar para muchas cosas», añade Miguel Guinea.
Su pasión y esa curiosidad de los pequeños traviesos que eran, aún sigue intacta. «Esto para nosotros es juntar en una misma idea todo lo que nos gusta: la ecología, músicas del mundo, física acústica, viajes... Todo eso metido en una coctelera es Vibra-Tó, formatear nuestras pasiones y hacerlo nuestra forma de vivir. Además, trabajamos en la búsqueda de la verdad porque es un palo o un tubo hueco, eso no miente, no tiene ninguna puerta trasera o segundas intenciones como pude tener una aplicación de Internet», profundiza el músico e investigador malagueño.
Enseñanza a niños y profesores
Este amor por la música del mundo y los instrumentos lo plasman en conciertos, talleres para profesores y niños, charlas, participaciones en televisión o radio. «Tenemos varias ramas, pero en colegios y conservatorios son la parte más educativa que hacemos. También estamos en el mundo del espectáculo en teatros o con campañas de marketing para algunas marcas», detallan al hablar de su trabajo. «Siempre lo hacemos colaborativo, nos gusta subir a gente al escenario y hacerlos partícipes de los experimentos. Ahora en el Teatro de la Maestranza en Sevilla estamos dando formación a profesores para que ellos hagan los instrumentos en el colegio y luego hacemos otro espectáculo con los niños y las creaciones que hayan hecho», explican.
De esta forma, Joaquín Sánchez Gil y Miguel Guinea crean música dando vida a esos objetos que conviven en el día a día de cualquier humano y que nadie pensaría que sonarían así. Como ese palo del recogedor que recuerda a una flauta, ese embudo que parece la trompeta o esa lata que forma parte de un nuevo concepto de guitarra. «Esto sigue funcionando por la inquietud y la curiosidad de querer siempre saber más», concluye Joaquín Sánchez.
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