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Los instrumentos se custodian en Vitoria a la espera del envío. SUR
Música para silenciar las bombas

Música para silenciar las bombas

La JOPMA colabora con Músicos sin Fronteras en el envío de 1.000 kilos de instrumentos a un campo de refugiados de Siria

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Jueves, 5 de abril 2018, 00:41

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En medio del estruendo de las bombas, sonará un acorde de violín, el rasgueo de una guitarra o el retumbar de un cajón. En un lugar donde la diversión es un lujo inalcanzable, se abrirá un hueco para la distracción. Es el reto de Músicos sin Fronteras y de los 1.000 kilos de instrumentos que han conseguido reunir con destino a Siria. La ONG prepara desde Vitoria el envío de todo este material musical a un campo de refugiados con la misión de crear varias agrupaciones musicales de niños y jóvenes. Y en ese ambicioso proyecto cuentan con el apoyo de la Joven Orquesta Provincial de Málaga (JOPMA).

La agrupación malagueña y otras orquestas juveniles de España colaborarán en el elevado coste económico de esta operación con una donación de 8.000 euros. Se trata del dinero que atesoraba la Asociación de Jóvenes Orquestas Españolas, disuelta hace ocho meses. El colectivo decidió poner fin a su actividad tras ver cómo la crisis se llevaba por delante a la mayoría de las orquestas jóvenes del país. Después de haber contado con casi una veintena de miembros, solo la JOPMA (con 123 niños entre los 9 y 17 años), la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), la Joven Orquesta Nacional de Cataluña y la del País Vasco seguían adelante. Optaron así por echar el cierre y, tal y como establecían los estatutos, donar los fondos a Músicos sinFronteras, una ONG que utiliza las notas como vehículo de solidaridad.

Alumnos de la escuela de Afrin que iban a recibir los instrumentos antes de la caída de la ciudad kurda.
Alumnos de la escuela de Afrin que iban a recibir los instrumentos antes de la caída de la ciudad kurda. SUR

Tras meses de campaña, la organización ha conseguido reunir tubas, trompetas, trombones, acordeones, guitarras, trompas, violonchelos, contrabajos, percusión... por un peso que ronda los mil kilos. Instrumentos que han sido donados por particulares y por orquestas, por niños y por profesionales.

Superada la primera fase de la iniciativa, queda afrontar la segunda: hacerlos llegar. Y no es tarea fácil cuando el destino está en guerra. Los continuos bombardeos en la zona ha obligado a modificar los planes iniciales. La idea era donar los instrumentos a una escuela del campamento instalado en el cantón kurdo de Afrin, considerado uno de los rincones más pacíficos en los siete años de guerra que vive el país. Una tensa calma que se rompió a finales de enero con una ofensiva de las Fuerzas Armadas de Turquía, sus aliados del Ejército Libre Sirio (ELS) y otras facciones islamistas que se han hecho finalmente con el control del lugar, llevando a miles de civiles a emprender el camino hacia un nuevo refugio.

Los instrumentos continúan así en Vitoria mientras se decide su próximo rumbo y el trayecto más seguro. Tardará en llegar, pero están convencidos de que lo hará. «Porque esos chavales necesitan algo que les saque del drama que viven. Y la música es emoción por encima de todas las cosas», asegura Antonio César Muñoz, secretario de la JOPMA y representante de Músicos sin Fronteras en Andalucía.

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