Una mitológica Mónica Naranjo llena Cortijo de Torres en su regreso a Málaga
La cantante catalana recorrió todas las etapas de su carrera, rindiendo homenaje a los que ya no están en el Día de Todos los Santos
Fernando Alonso y Carmen Barainca
Domingo, 2 de noviembre 2025, 10:50
Mónica Naranjo ha vuelto a Málaga con un concierto que desbordó emoción, potencia vocal y una conexión casi inmediata con su público. En una fecha ... cargada de simbolismo, la artista eligió el Día de Todos los Santos para presentarse en el Auditorio del Cortijo de Torres, donde 12.000 asistentes llenaron por completo el recinto. El espectáculo, incluido dentro de su gira 'Greatest Hits Tour', repasó las distintas etapas de su carrera, desde sus himnos de los noventa hasta los nuevos temas de su última producción.
Antes de su aparición, Agoney abrió la noche como telonero con un breve pero intenso recital. Enfundado en una gabardina de cuero negra y guantes al estilo Matrix, el canario interpretó canciones cargadas de crítica y lirismo, con versos sobre una «sociedad enfermiza que todo lo mide en likes». «No podré escapar», cantaba mientras sus agudos resonaban entre los graderíos colmados. En un lapsus que desató risas, saludó a Murcia en lugar de Málaga. «Solo soy el aperitivo de Mónica», bromeó. Su papel de telonero fue algo más que una antesala: Naranjo le brindó protagonismo durante el espectáculo, incluso a su pareja, integrante del elenco de bailarines de la artista.
Cuando el escenario se iluminó en rojo, Mónica Naranjo emergió envuelta en un kimono carmesí de satén, una figura casi mitológica que cruzaba el umbral entre lo humano y lo divino. Su voz, intacta y rotunda tras años de experiencia, alcanzó al público con 'Las campanas del amor' y 'Desátame'.
«Aquí estamos para rellenar el alma», dijo la artista antes de comenzar 'El amor coloca', mientras los primeros globos con forma de pantera flotaban entre los brazos levantados del público. La puesta en escena, de estética cósmica y minimalista, jugó con el blanco y negro, como su icónica melena, y con proyecciones de símbolos astrológicos y futuristas que acompañaban los cambios de vestuario: del rojo pasión al negro brillante de una diva estelar. Según muchos asistentes, se trata, sin duda, de una de las mejores voces de España.
A lo largo de casi dos horas, Mónica Naranjo recorrió todas las etapas de su trayectoria: desde los himnos que marcaron su ascenso en los noventa, 'El amor coloca', 'Desátame', 'Sobreviviré', hasta sus más recientes creaciones, como 'Por un Like', 'Hoy No' o 'Doble Corazón'. En ese viaje musical convivieron la fuerza de 'Pantera en libertad', la melancolía de 'Empiezo a recordarte', que dedicó entre lágrimas a su hermano fallecido, y la energía contagiosa de 'Venenosa', interpretada junto al dúo Nebulossa, en un estallido de ironía, fuerza y reivindicación.
El concierto fue también una muestra de cómo Naranjo conoce a su público. «Espero que lo estáis gozando», decía entre risas; «me voy a desvestir», anunciaba antes de un nuevo cambio de ropa. Con la misma cercanía, se detuvo un instante para firmar la libreta de una joven emocionada. Su complicidad con los asistentes es el resultado de tres décadas de convivencia artística, un lenguaje compartido que trasciende la música.
«No hay que sobrevivir, hay que vivir»
En un momento de silencio, Mónica levantó la mirada y pronunció: «Hoy, en este día, recordamos a los que no están». Miles de luces de móviles encendieron el auditorio en un gesto colectivo de homenaje. Fue un instante íntimo en medio de la multitud, una pausa de humanidad dentro del espectáculo. Hubo también lugar para la nostalgia y la reconciliación: 'Chicas Malas', himno de una etapa en la que la cantante se mantuvo alejada de los escenarios durante siete años, sonó renovado y triunfal.
Cuando 'Sobreviviré' irrumpió para cerrar la noche, su mensaje adquirió un nuevo sentido. «No hay que sobrevivir, hay que vivir», proclamó firme. El público despidió a la cantante con una ovación prolongada tras un concierto que combinó solidez vocal, producción escénica y cercanía.
Con tres décadas de trayectoria y más de diez millones de discos vendidos, Mónica Naranjo demostró en Málaga que sigue siendo una de las voces más influyentes y respetadas de la música española.
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