Louis Tomlinson, el sueño de muchos cumplido en Fuengirola

El césped apenas se veía por la cantidad de personas que yacían tumbadas en él. Por el escenario ya habían pasado algunos artistas desde las 16.00 horas como las bandas de punk alternativo Stone o Voodoos. Mientras tanto, pancartas y brillantinas marcaban los outfits de los fans del artista. Pasear por el recinto durante la espera era similar a vivir un intercambio de culturas. Banderas de Reino Unido, Francia, Argentina, Portugal, Uruguay…Y una larga lista más larga que el horizonte que se veía detrás del escenario. Sin embargo, fue la bandera LGTBQI+ la que ganó protagonismo en la jornada. El arcoíris se iba paseando por toda la pista gozando de libertad a los jóvenes pacientes.

En las últimas horas de luz que quedaban y revolucionando al público llegó al escenario Sun Room, la banda que siempre le acompaña en su gira mundial. El sold out del festival tenía ahora más sentido que nunca. «Lo que más me gusta de Louis es su perseverancia», reconocía la joven Margarida Ramalho mientras sujetaba con orgullo la bandera de Portugal, desde donde vino sola conduciendo para ver al artista.

A las 20:45 ya estaba la banda indie madrileña Hinds creando una ola gigante entre los que formaban la pista. Y Ángela Téllez, una fan antequerana del artista británico desde hace 12 años iba a ver por primera vez a Louis Tomlinson en persona: «Puedo decir que estoy cumpliendo el sueño de mi yo de 13 años». Para ella, es su «crush supremo y alguien muy especial». Entre sus canciones favoritas, no pudo evitar emocionarse al citar la canción que siempre dedicará a su abuelo: 'Two Of Us' ('Dos de nosotros').

Tras la actuación de la banda de indie-rock, The Vaccines, se acercaba el momento. La euforia llegó cuando las luces se apagaron a las 22:59 y ya solo quedaban cinco segundos para su aparición. Las fronteras que unían a los fans en esta noche tan especial iban a desaparecer en cuanto empezasen a sonar los éxitos de su primer disco 'Walls' ('Paredes').

Una marea de móviles enfocaba hacia el escenario preparados para grabar. El ojo gigante de lo más alto del escenario observaba a todos. Flashes en zigzag intensificaban los nervios. Y los primeros acordes de 'We Made It' ('Lo hicimos') desencadenaron un grito eufórico por parte de los presentes en el Castillo Sohail, momento que vino acompañado de unos fuegos artificiales.

Louis Tomlinson estaba sobre el escenario, en Fuengirola. ¿En qué momento ese sueño tan esperado se había convertido en realidad? Luces naranjas encaminaban la noche hacia el mejor momento de la vida de muchos fans que gritaban y saltaban a todo pulmón. La estrella británica del pop-rock y su polo de cuadros blancos y negros dejaron boquiabiertos a los presentes, que no podían frenar sus aplausos.

Algunas brillantinas volaban mientras los saltos cada vez llegaban más alto. 'Drag Me Down' ('Arrástrame'), éxito de la mítica banda One Direction, comenzaba a sonar en el Castillo Sohail de Fuengirola. «This show it's a dream for me since a long time» («Este show es un sueño para mí desde hace mucho tiempo»), reconocía el artista antes de continuar el show.

La revolución fanática del artista gritaba a todo pulmón este tema mientras él no podía evitar sonreír al ver cómo todos se la sabían de memoria. Reconstruyendo el corazón de todas sus fans, el artista interpretaba 'Don't Let It Break Your Heart' ('No dejes que te rompa el corazón'), mientras la emoción e imaginación de sus seguidores volaba hacia el horizonte deseando que nunca acabase el esperado concierto, que solo acababa de empezar.

'Always You' ('Siempre tú') tranquilizó al público, que no tardó en revolucionarse cuando empezó a sonar otro de los éxitos de la boy band One Direction: 'Night Changes' ('La noche cambia'). Saltos y una imagen distorsionaba ocupaba las grandes pantallas. Todas las banderas arcoíris empezaron a danzar en las manos de sus seguidores cuando empezó a sonar 'Only the Brave' ('Solo los valientes').

Un solo de guitarra seguía despertando a los presentes invitando a otro de los temas de One Direction. Esta vez era 'Little Black Dress' ('Pequeño vestido negro') la canción que sonaba a todo volumen haciendo eco en las torres del castillo. El artista iba de un extremo a otro para saludar de cerca a sus fans, quienes aún no podía creerlo.

Ya cerca de despedir el show, llegaba 'Walls' ('Paredes') preparando a sus fans para la despedida. «Sing it» («Cantadla»), incitaba Louis Tomlinson al público mientras le apuntaba con el micrófono. Y con una eufórica 'Through The Dark' ('A través de la noche') pedía una foto conjunta con el público de Fuengirola.

'Kill My Mind' ('Mata mi mente') llevó al artista al foso, quien no dudó en abrazar a las primeras filas mientras terminaba el show. El británico despidió su festival ante más de 15.000 personas de más de 40 países diferentes con fuegos artificiales al ritmo de la música. Una noche muy esperada que todos sus fans, sin duda, ya sueñan con repetir.