Josema García Hormigo, el joven compositor malagueño que estrena obras de Vancouver a Moscú
El músico y autor de Estepona llevó el cante flamenco al Vancouver Chamber Choir y en dos semanas participará en el Rachmaninoff International Competition
Escuchar al Vancouver Chamber Choir cantando en español resulta llamativo, pero que lo hagan en andaluz ya es toda una rareza. «Doblan las campanas, doblan ... con doló», entonaron a varias voces el pasado febrero en un recital en Toronto. La veterana agrupación coral canadiense estrenó 'Tres cantes flamencos', una pieza a medio camino entre lo culto y lo popular que firma un joven compositor malagueño. El mismo que en dos semanas presentará un concierto para piano y orquesta en Moscú. De una punta a otra del planeta, el nombre de Josema García Hormigo, de 26 años, suena en el mundo de la composición.
Se crio en Estepona, se formó como compositor en el Conservatorio Superior de Aragón y hoy vive a caballo entre Málaga y Valencia. Es un joven de su tiempo que lo mismo escucha a Los Estanques que a C. Tangana, pero en el terreno de lo clásico tiene una debilidad: la música coral. «El coro es un ensemble muy particular, no solo porque conectas inmediatamente con el sonido, porque todos tenemos voz; sino por la dinámica de cómo se crea, la respiración, el escucharse todos… Tiene una implicación psicológica», detalla. Lo suyo no es cantar («canto como una almeja», admite entre risas), pero sí jugar con el instrumento más primitivo que existe para construir melodías que impacten.
Lo hizo con el Vancouver Chamber Choir, una agrupación de la que se declara fan absoluto («Es muy friki, pero me encanta») y de la que obtuvo una beca dirigida a compositores emergentes para crear una pieza. Y él tiró de sus raíces. Se propuso evocar tres imágenes del folclore andaluz con textos extraídos del libro 'Colección de cantes flamencos' del folclorista Antonio Machado Álvarez, padre de los poetas Antonio y Manuel Machado. García Hormigo sustituyó aquí el ritmo de los palos flamencos por una escritura coral, respetando la pronunciación en andaluz. Unía así sus dos pasiones: la formación clásica a la que ha dedicado años y el folclore, «la música que sale sin tener conciencia de que es música o que está escrita». «Ahí está la pureza, lo auténtico», apostilla.
En sus creaciones conviven la formación clásica y su gusto por el folclore: «Ahí está la pureza, lo auténtico»
Aquello fue un «hito» de su carrera a la que pronto sumará otro acontecimiento: el estreno de tres obras, entre ellas un concierto para piano y orquesta, en Moscú. Josema García Hormigo es finalista en el Rachmaninoff International Competition, un concurso con repercusión en el circuito musical que enfrentará el 17 de junio su obra a la de otros once autores de todo el mundo. «¿Y qué dices? Conciertos para piano hay ya maravillosos y mil veces mejor que el tuyo. ¿Por qué lo haces entonces? Esa sería la pregunta más sensata», se cuestiona a sí mismo con sentido del humor. No suelta prenda ni del título ni del estilo, secreto de competición, pero el compositor que inspira el programa da pistas de hacia dónde irá la melodía.
Su vida es la creación. Nada más terminar la carrera en Zaragoza escribió una ópera para coro, actores y ensemble sobre el exilio de Goya en Francia, en el 275 aniversario del nacimiento del pintor. La Fundación Goya le encargó una revisión de la música de la época, pero él presentó un proyecto mucho más ambicioso. «Me tiré a la piscina y ofrecí más de lo que ellos me pidieron». Aprovechando el texto y los personajes del espectáculo que preparaban junto con el Conservatorio y la Escuela de Diseño de Aragón, García Hormigo compuso una ópera. Una muestra más de su tesón e inquietud.
Pero no es fácil abrirse camino en este mundo. Da rienda suelta a su creatividad en las ideas que apunta en su «libreta B» y en los instrumentos que él mismo fabrica para conocerlos mejor y «llevarlos al límite» de su sonido. Pero luego existen los «trabajos nutritivos», los que le alimentan, desde arreglos a orquestaciones y otras músicas que cubren necesidades en el audiovisual, donde también tiene experiencia. La clave para sobrevivir en esto es «diversificar». Pero lo esencial para mantenerse es disfrutar. «Las renuncias que haya podido hacer no las entiendo como sacrificios porque esto es lo que me gusta», concluye.
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