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James Blunt: Folk con alma de rockero en Starlite

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JORGE REY

James Blunt: Folk con alma de rockero en Starlite

El británico se gana al auditorio de Starlite con una energía desbordante pero con la voz algo fatigada

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Sábado, 4 de agosto 2018, 19:27

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Anoche había mucha cara de sospecha entre el público que fue a ver cantar al británico James Blunt a Starlite. Consideraba más de uno que teniendo en cuenta que su música se acerca mucho a un folk tranquilo, el recital iba a tratar sobre un señor sentado a un piano sin pronunciar palabra.

Eso, obviamente, solo lo podían creer los acompañantes, pero no sus fans. Basta con echar un vistazo en internet a cualquiera de sus conciertos en estos casi 15 años de carrera en la cúspide mundial para comprobar que James Blunt es un torbellino sobre las tablas. Cambió de guitarra innumerables veces; se subió al piano y tiró la butaca por el escenario; habló como si no hubiera mañana; bromeó en varios idiomas a la vez; y sobre todo, se entregó a un público que sobre la campana prácticamente llenó el auditorio de la cantera de Nagüeles.

Llegaba el británico a Marbella con el bagaje de llevar más de un año girando con su quinto álbum de estudio, 'The Afterlove'. Ha pasado por Estados Unidos y Canadá, Centroamérica, América del Sur, Asia y Europa. Él mismo lo explicó nada más empezar el espectáculo; y en realidad sirvió como preludio para que el público entendiera que su voz no estaba todo lo bien que uno se imaginaba. Aún así, y pese a los evidentes signos de ronquera en muchas de las canciones, Blunt ejecutó sin complejos los 90 minutos exactos en los que estuvo cantando.

El show está hecho para sus fans. 'The Afterlove' no es ni mucho menos su mejor trabajo, por lo que la aparición de su primer disco, 'Back to Bedlam', fue constante. En la versión de 'High', en la que hacen acto de presencia los agudos en el estribillo, las notas más altas eran alcanzadas por el público y por su corista. Sin embargo, a los pocos minutos compensó este tema a medio gas con la versión de 'Goodbye my lover', que muchos reconocen por ser una de las canciones más recurrentes de la época dorada de 'Anatomía de Grey'.

Amenazó con no cantar 'You're beautiful', pero eso era algo que nadie le iba perdonar. Un rato antes de los bises Blunt explotó sobre el escenario el archiconocido tema que le lanzó al estrellato en 2005, siendo número uno en casi todos las listas musicales de los países occidentales.

La prueba de que a pesar de darlo todo no venía en su mejor estado fue que se dejó algunas canciones en el tintero que ha estado interpretando en sus últimos conciertos europeos. Los fans se quedaron con las ganas de disfrutar de 'Don't give those eyes' o 'Same Mistake', aunque a cambio se incluyó 'So Long, Jimmy', a la que no suele recurrir y que junto a 'Wisemen' completaba los 'remembers' del primer disco.

'All the Lost Souls' también hizo acto de presencia con el brillante toque de piano de 'I'll Take Everything', una de las mejores canciones compuestas por el británico, que se atrevió incluso con un ukelele en 'Postcards'.

James Blunt aprovechó para recordar algunas de sus anécdotas con su alter ego, Ed Sheeran, lo que por unos instantes provocó la ilusión en la cantera de que el irlandés iba a salir al escenario. Adimitió –ahora que no estaba en Estados Unidos– de que 'Someone singing Alone' estaba dedicada a Donald Trump e hizo vibrar con una interpretación calcada del disco de '1973'.

Aún así, el momento de más energía de todo el show llegó con 'OK', una canción de este último disco compuesta (o remezclada) por el Dj Robin Schulz, y que hizo saltar a toda la audiencia en pleno. Con la voz cansada pero con una energía desbordante, James Blunt dejó por los suelos el mito de que a música tranquila, señor aburrido.

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