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La cantante Indra Rios-Moore, durante su presentación en el festival Woman in Jazz, en Madrid Javier Suárez
Indra Rios-Moore: «En la calle soy una negra más, pero en el escenario hago que me escuchen»
Cantante de jazz

Indra Rios-Moore: «En la calle soy una negra más, pero en el escenario hago que me escuchen»

La cantante neoyorkina de jazz afirma que los músicos tienen que expresarse contra la injusticia

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Domingo, 17 de noviembre 2019, 07:26

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La cantante de jazz Indra Rios-Moore posee una prístina voz con la que mece la canción, como si fuera una nana sin reglas. Hija de puertorriqueña que emigró a Nueva York y tuvo una hija con un músico de jazz, Rios-Moore forjó su música en esos barrios mestizos y después emprendió la huida. Primero a Dinamarca y ahora a España como base de operaciones de un periplo permanente de conciertos en el norte de Europa. En los clubes ha logrado consolidar su estilo minimalista, mezcla de Abbey Lincoln y Norah Jones. Cuatro álbumes en doce años, los dos últimos con sellos como Impulse! y Verve. «El jazz es libertad», afirma al terminar la prueba de sonido en la sala Clamores. «En el escenario puedo comunicar todo lo que tengo adentro. Eso es poder. Cualquiera puede entender mis sentimientos, sin importar el idioma. Que otros puedan sentir esa parte de mi alma cuando toco es algo casi espiritual».

Desde que editó su tercer disco, vive en Barcelona, donde cría un hijo junto al músico Benjamin Traerup, pero por primera vez toca en España. Cierra los ojos, dirige con levedad, pide acelerar el fraseo, juega con sus manos que encuentran reposo a la altura del pecho, con los puños cerrados. Lleva el ritmo en el cuerpo. A veces se adivina un paso latino en su baile. Cuando era niña escuchaba los discos que su madre ponía una y otra vez, de 'latin jazz', con virtuosos como Palmieri o Lavoe, hasta 'be boop'. «Ella podía sentir la música y, si tenía ganas de bailar, mejor», recuerda Rios-Moore. Su padre era contrabajista, pero «no estaba en casa. Tenía muchas mujeres y tres nenes. Sólo algunas veces lo acompañé a conciertos dominicales, como los 'brunch jazz'».

Ella chasquea los dedos incluso cuando habla. «El tiempo va muy rápido», marca el ritmo. Habla rápido, pero canta con sinuosidad e imprime melancólica cadencia a canciones como 'Heroes', original de David Bowie. «Elijo cantar piezas que tengan un sentimiento de amor, que iluminen las historias que yo quiero contar. Pero también pienso en que un tema conecte con otro, y que le interese a la gente que está escuchando, y que necesita un poco de entretenimiento. Nunca las elijo sólo por ser populares», dice Rios-Moore, que también compone. En su más reciente producción ha incluido 'Carry My Heart', que da nombre al álbum, y 'Give It Your Best', junto a composiciones de Gershwin o Ellington. Sobre la inspiración, dice: «A veces la puerta está abierta y todo quiere entrar a la misma vez. Y otras, no viene nada».

En el concierto del festival Woman in Jazz, arropa al público con largas notas, blancos encadenados, que podría enlazar con Sarah Vaughan cuando se apartaba de las orquestas y se refugiaba en los quintetos. Ella se apoya en dos buenos músicos, que no compiten, que están a su servicio. En los metales, su pareja Traerup y en el contrabajo la acompaña Masa Kamaguchi, músico también de Nueva York y también emigrado a España.

En escena

Entre un tema y otro, Rios-Moore habla de sus sentimientos, de su niñez, de orishas y magia negra, de los trenes de su ciudad natal, de su visión optimista del futuro. Pero los tiempos están enrarecidos.

La cantante Indra Rios-Moore, durante su presentación en el festival Woman in Jazz, en Madrid
La cantante Indra Rios-Moore, durante su presentación en el festival Woman in Jazz, en Madrid Javier Suárez

En la época del gran jazz, la lucha por los derechos civiles y la igualdad entre las razas se entremezcló con la música. Como cuando Billie Holiday entonó 'Strange Fruits' a finales de los años treinta, un canto sobre los linchamientos y ejecuciones de afroamericanos, y la convirtió en himno. ¿Debe el jazz volver a alzar la voz? «Los músicos tienen que expresarse contra la injusticia. Yo, que soy hija de las historias de emigración, uso este poder que tengo para comunicarme con otros. Porque cuando estoy en la calle soy una negra más, qué importa, pero en el escenario hago que me escuchen. Les recuerdo que deben tener el corazón abierto», afirma. «No son palabras sino energía, una conexión especial».

El concierto transcurre de 'Money', una versión del clásico de Roger Waters con Pink Floyd, a la cinematográfica 'Moonriver'. «Antes decían que el jazz era la música del sexo, pues ésta es una de esas canciones», dice como preámbulo a versiones de clásicos como 'Little Black Train' de Woodie Guthrie o 'Blue Railroad Train' de Doc Watson, tamizadas por su tono y los silencios.

«También me importa que la gente salga del club con más amor, es algo que la música puede crear», afirma antes de salir a escena. «A veces olvidas por qué estás en la música. Mi meta ahora es sólo seguir adelante. Sin tener el control de lo que puede pasar. Aprovechar lo que tengo ahora, que es mucho. Estamos tocando por todos lados. Me siento con suerte». Más tarde su collar y sus aretes brillarán con su movimiento, e Indra Rios-Moore disparará, con los ojos cerrados, su voz dulce y elegante sobre los corazones del público.

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