Exclusividad, potencia y rendimiento: Eazyboi corona el podio en Málaga
La Sala París 15 se convirtió anoche en el circuito que dio la bienvenida al esperado 'Ascari Tour' del malagueño, ofreciendo una jornada rebosante de calidad en cada vuelta, y evidenciando el altísimo nivel de exigencia de los pilotos de la escudería. Más que un concierto, una total puesta a punto del género
Sebastián Arteaga
Domingo, 11 de mayo 2025, 11:38
«El del sábado será un concierto para descargar tensión. Pido por favor un mínimo de empatía en la sala si hay algún empujón. Yo ... estaré viéndolo todo desde el escenario», advertía el mismo Eazy en redes días antes del evento. Y es que todos lo sabían. Ya que 'Ascari', además de un disco, es un motor que ha generado en sus oyentes la energía y motivación de endurecer los músculos, levantando hierro y bajando hábitos insanos. El clásico 'mens sana in corpore sano' que, aunque a priori trillado, hoy conviene recordar más que nunca. «Está guay que vayáis al 'gym' a mataros pa' Instagram; porque antes, hijos de puta, sólo ibais pa' charlar», rapea Toteking en 'Sota, caballo y yo'.
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Un show del calibre como el de anoche, requiere de una serie de requisitos que no distan mucho de los de un buen automóvil de competición, lo cual quedó patente desde el exterior de la sala. Primero, ha de ser preciso, sin que nada falte o sobre. Por supuesto, contundente y sin piedad a la hora de mostrar su potencia. Pero sobre todo, que el piloto esté a la altura de lo que se espera en la pista. 'GG EZ' deslumbró en la parrilla de salida, y Tote sorprendió a los espectadores dejando claro cómo sería la intensidad de la carrera. Toca brindar antes de lo esperado; pero esto no ha hecho más que empezar, como las Fiestas de San Isidro. Y es que proponer a uno de tus mejores amigos y referentes del oficio como primer copiloto sobre el escenario no es sólo un honor, sino también una declaración de intenciones. Aunque no esté, Manuel estará siempre.
A partir de aquí, Easy no permitió que nadie del público pasara por chicane alguna para bajar el ritmo, pues todo fue 'in crescendo' a un nivel poquísimas veces visto en el género, transmitiendo esa sensación de salto de calidad, siendo consciente de ello toda la sala. Absolutamente todo estuvo a su favor, fruto de un mimo e implicación tremenda en la organización de la velada: iluminación exquisita, ofreciendo juegos y oscilaciones cromáticas verticales simulando cortinas o jaulas. Visuales con reminiscencias de orfebrería en adornos de capó, e incluso una práctica y bellísima plataforma que acercaba más aún a Eazyboi con sus ejemplares seguidores. Porque esto merece ser especialmente señalado: la actitud y el ambiente creado por el público fue delicioso. Energía, saltos, vítores, pogos… apoyados por una bondad, educación y respeto mutuo reveladores.
La calidad sonora de la propia sala, unida a las icónicas producciones de Bigla The Kid, volvieron a subir la nota de corte del rap nacional. Easy, por otro lado, no deja de mejorar y pulir su estilo: agilidad al moverse por el escenario, 'flow' y color vocal más acentuado con mayor pegada, constante interacción con el público, espontaneidad. 'Quattroporte', 'Me Vendiste', 'Puro' o 'One More Rep' dan buena cuenta de ello. Mención especial a la versión de 'Suerte' con otro aire, literalmente hablando, que sobrecogió a todos.
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La esencia de 'Paris Tapes' invocaron la sensualidad y libido con la presencia de la mismísima Zowi soltando el pegadizo 'Protein Shake'. La personalidad, el estilo y aura que desprende Zoe hacen que no sorprenda en absoluto ser la considerada «mamá de los pollitos» del trap femenino. Dignidad, libertad, clase y chulería a partes iguales.
Saske tampoco podía faltar, el 'ANBU' de Space Hammu. Cada vez más rápido, más fuerte, más Wu-Tang. 'Another One' siempre será el recordatorio del lado más primitivo del rap.
Eazyboi sabe de sobra la importancia de no olvidar los orígenes. Por eso, siempre vuelve a los suyos, al comienzo. A un abrazo cómplice y emotivo con Delaossa, en un bellísimo juego de espejos. Cuánto os quiere la ciudad. Pero también a la picardía de Sansón, a la eterna juventud de Kas Rules. Al Rincón, al Palo, a 'La Placita'.
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Dijo Heráclito que uno nunca se baña en el mismo río. Porque a pesar de la apariencia, todo cambia. La vuelta nunca es la misma. Por eso, aunque todo parezca acabar como se empieza, siempre hay algo nuevo –y bueno– en ese 'lap'. 'Good Game, Easy'.
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