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Laura Insausti y sus músicos, durante el concierto de Dry Martina en el Cervantes.

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Laura Insausti y sus músicos, durante el concierto de Dry Martina en el Cervantes. HUGO CORTÉS

La dulce energía de Dry Martina enamora a un Cervantes en 'sold out'

La banda malagueña celebra su décimo aniversario en los escenarios con recuerdos e invitados en una velada para recordar

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Viernes, 25 de septiembre 2020

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Desde el teatro anuncian el comienzo del espectáculo, pero en los laterales del escenario no hay movimiento alguno. Es bien sabido que 'lo bueno se hace esperar', así que los asistentes se entretienen charlando entre ellos y riéndose: «Qué chulas las letras del fondo. Martina me suena a martini, ¿verdad? Un martini seco», se escucha entre los palcos del Teatro Cervantes. Un espontáneo aplauso solitario se hace colectivo durante la espera, lo que alienta a los músicos, que salen de uno en uno haciendo sonar sus instrumentos.

Dry Martina sopla las velas de su décimo cumpleaños con un cortejo de músicos impresionante. Laura Insausti, la sonrisa y rostro conocido del grupo malagueño, aparece en el escenario con una actitud positiva y muy alegre. Su despampanante vestido, blanco y con mangas con hombreras de tul, sorprende al público que reacciona con un «¡Wow!». Se mueve por el escenario con soltura y mucha ligereza, delante de un atrezzo muy teatral: sofá, sillón, lamparita con mesa y piano de cola. Dry Martina es dulcemente extravagante, pero sin llegar a ser abrumadora; su estilo musical es un sandwich de jazz, rock and roll, swing y funk, llevando las letras a un optimismo y positividad permanente.

La noche iba tan ligera que los primeros temas mantuvieron al público entusiasmado y moviéndose en sus butacas como podían, porque es prácticamente imposible no balancearse al ver a Insausti con tanto ritmo y salero, todo con mucha actitud sesentera y vintage.

«La vida es un videojuego y vamos pasando pantallas. Disfrutad del momento ahora más que nunca. Abrazad a quien tenéis al lado porque no sabéis si volveréis a verlo», comentaba la vocalista siguiendo el ritmo de uno de los temas, lo que derivó en una gran ovación del público.

Lo cierto es que esta fiesta de celebración fue toda una delicia para los asistentes; tan solo 200 afortunados pudieron soplar las velas con todo el elenco de músicos: Nacho Loring a la trompeta, guitarra española y piano, Jaime Fernández con el trombón, Stefano Tomaselli haciendo sonar el saxofón y Alejandro Levar a la producción y guitarra eléctrica.

Para esta cita, «como en el salón de nuestra casa», enmarcada en el Festival Terral de Málaga, se colgó el cartel de 'sold out' semanas antes del show: su público tenía ganas de un espectáculo como el que dio Dry Martina, con todo orquestado y la banda perfectamente engrasada. Los invitados a este décimo aniversario fueron llegando poco a poco: el vibrafonista Javier Navas y el contrabajista Juan Baca acompañaron al grupo durante varios temas.

Diego Lara se sentó con Laura Insausti en los sillones del centro del escenario para entonar juntos 'Sólo para ti', un tema que la vocalista escribió para su hija una tarde de invierno, momento en el que se palpó la gran complicidad musical que gastan estos dos artistas malagueños. Insausti adelantó, además, que un nuevo tema para el próximo álbum del grupo, 'Rayo', tendrá también la voz de la malagueña María Peláe, que actualmente se encuentra en Madrid sin posibilidad de acudir al evento.

'Mala hierba' trajo a escena a las chicas del grupo swing Vintage Experience, acompañando a Insausti con baile con mucho brillo y algo de coros que remataban una actuación impecable.

Un cambio de vestuario de la cantante trajo a escena un momento muy especial con mucho fleco y movimiento. Y el baile incesante continuó cuando Javier Ojeda, vocalista de Danza Invisible y otro de los invitados al cumpleaños de Dry Martina, salió al escenario con mucha energía y predicando el movimiento del gremio musical ante la crisis y su 'Alerta Roja'. Lamari de Chambao fue la última invitada de la noche para cerrar una velada de «cultura segura». 'Al son', la canción que entonaron ambas, fue toda una sorpresa para el público, con la conjunción de dos voces muy especiales y reconocibles, con dedicación a la ciudad de Málaga. «A mí esto me da la vitamina para seguir y espero que podamos seguir haciendo muchos conciertos más para tener mi vitamina», reconoció Insausti tras una breve retirada para escuchar eso de «¡Otra, otra!».

El recuerdo y la ilusión de los comienzos estuvo marcado en el final por 'Musarañas', del álbum 'Momento perfecto' (2012) tema con el que la vocalista afirma que empezó su aventura encima de los escenarios.

La conexión con el público fue más que notable y es que la artista se esforzó mucho por lograr que todos estuvieran a gusto y lo pasaran bien. Lamari y Javier Ojeda salieron al escenario para finalizar bailando con la banda. El público se levantó ovacionando al grupo y por un momento, recordamos los conciertos prepandemia y su energía.

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