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Domingo, 31 de julio 2022, 14:02
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Tras dos años en el exilio, regresó el Antequera Blues Festival a su lugar privilegiado: la plaza de los Escribanos con la mágica fachada de Santa María, primer templo del renacentismo andaluz. Y lo hizo con dos calurosas noches el viernes 29 y el sábado 30, donde los amantes del blues se volvieron a reunir como cada último fin de semana de julio como desde hace treinta años.
Antonio Blanco y Antonio Navarro «Navi», los eternos compañeros referentes de la música con el sello de Cambayá, volvieron a regalar a quienes fueron con dos carteles de primer orden en el que es uno de los festivales más antiguos que se mantienen en todo el país. Para empezar, The Blue Stombers Jump Review, con Víctor Elmore Sánchez al frente, abrió la fiesta en la que él mismo reconocía la emoción de volver a tocar ante público y en ese entorno privilegiado.
En el ecuador de la primera noche, la Blues Band de Granada, una banda con 35 años a la espalda, expuso su camino de sentir y transmitir este ritmo sureño de música, tocando temas propios y otras versiones, como ese Hallelujah de Leonard Cohen. Y como fin del primer día, César Crespo Trío, donde uno de los guitarristas más reconocidos en Madrid, alardeó de su genio con Adrián Carrera y Christian Morana. Pusieron un gran cierre a la primera noche con muchos sonidos de rhythm and blues.
Cerrando el festival, Los Andabluses y su particular «guadalssissippi» con un elenco de músicos al son del ritmo del festival. Fueron muy aplaudidos en este magnífico escenario, compartiendo varios bises y coros con los asistentes, que no dudaron en dejar sus asientos y volver a bailar.
Y El Oso de Benalúa y sus Sabandijas, fueron el broche con una brisa de aire fresco en el sur, con la presencia de Fernando Beiztegui que lo volvió a bordar con la guitarra. Tony Travé manifestó que cumplía su sueño, tras muchos años habiendo asistido a este festival como público, y ahora, lo hacía tocando para los demás. Gran ovación a esta formación que ha sido una revelación en los últimos años.
Así se cerró el festival de 2022 el de los reencuentros, el de «los besos y los abrazos» como manifestaba «Navi» días antes. El Antequera Blues Festival sigue muy, muy vivo y ya piensa en el año 2023 y en seguir todo el año con sus reuniones en la sede de Cambayá en el Polígono de la Azucarera.
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