El flamenco se descubre a pie

Las fechas mandan y el primer recorrido, mañana martes, va 'De Saetas por Málaga'. Comienza justo enfrente de lo que fue la antigua Iglesia de la Merced, que hasta su incendio en el 31 acogía a varias casas hermandades, para avanzar después hacia la Cruz Verde, donde descansa el Cristo de los Gitanos. A él le cantaba El Cojo de Málaga, gran saetero y hermano mayor de la cofradía en 1931. La ruta termina al otro lado de la ciudad, en la iglesia de San Pablo de la Trinidad, la casa del Cautivo, donde una plaza recuerda a la saetera María la Faraona. Muchos flamencos del barrio sentían devoción por su Cristo. Como el Tiriri, que en su fandango más famoso relataba cómo el mismo Cautivo le pedía que cantara «otra vez».

Por esos callejones del Perchel y la Trinidad se mueve 'Dando el cante' (25 de abril), un recorrido que busca dar a conocer los cantes de Málaga paseando por las calles donde nacieron el Piyayo, La Pirula y La Repompa, por los corralones donde se gestaron los cantes festeros de Málaga y por ese rincón donde nació la jabera. Más adelante, el 21 de mayo, otra ruta profundizará en 'El Perchel y La Trinidad', en la Casa de las Monjas, el corralón de Santa Sofía, el entorno de Zamarrilla.

Pero al otro lado del río, en los albores del siglo XX, había otro punto neurálgico del cante y el baile jondo. 'La Merced y su entorno' (12 de mayo) lo visita. «Sentados desde cualquier punto de la plaza se pueden hablar de muchas cosas», cuenta Roji. Desde los quioscos que servían de punto de reunión de los flamencos a la popular academia de Angelita Didier, pasando por el asentamiento gitano de Mundo Nuevo y la Coracha y la cercana Cruz Verde, que vio nacer y vivir a El Cojo, La Paula, Miguel de los Reyes, El Tijerita y Antonio 'El Bizco', entre otros. Es parte del ambiente que respiraría el pequeño Pablo Picasso a finales del XIX. 'Picasso y el flamenco' (27 de agosto) reconstruye lo que el genio pudo ver cuando paseaba por Málaga. Cuenta Roji que según relatan algunos biógrafos, Picasso echaba el humo por la nariz cuando fumaba. «Como los gitanos», decía. Tal y como había visto en los que vivían a dos minutos de su casa en La Merced. Las guitarras, un elemento recurrente en su pintura, se fabricaban a un paso de allí, en varios locales de calle Carretería. Y no muy lejos, en calle Granada, se escuchaba el flamenco de las tabernas.

Locales míticos

Esos escenarios del arte jondo salen a la luz en 'Cafés cantantes y tablaos flamencos' (4 de junio). Los primeros proliferaron a mediados del XIX, con locales míticos en los alrededores de Larios y la Constitución como el Café Chinitas. A mediados del XX abrirían los primeros tablaos flamencos: la ruta comienza en Alcazabilla, frente a la calle Marquesa de Molla donde se encontraba 'El Refugio'. No estuvo mucho tiempo abierto, pero el suficiente para aparecer en la película 'Fuego sobre África' protagonizada por Maureen O'Hara, con la malagueña Carmen Carrasco al baile. Más arriba, el Pimpi ejercía de sala de fiestas. Y cruzando la Merced, junto al Teatro Cervantes, se instaló la Gran Taberna Gitana, el tablao de «todas las grandes figuras de los 60 y 70» y el punto de encuentro de Tomatito y Camarón.

Precisamente, otra de las rutas sigue a 'Camarón por Málaga' (2 de julio), a raíz del libro del periodista Francis Mármol 'Boquerón de la isla': su amistad con Miguel de los Reyes, sus correrías por El Perchel y La Trinidad y su relación con la Cruz Verde, donde era uno más entre los vecinos.

Una forma de conocer el flamenco de Málaga es a través de sus protagonistas. Es lo que persigue 'De Pepita Durán a la Paula' (27 de junio), un tour que une el Perchel y la Cruz Verde a través de las vidas de las mujeres flamencas: Pepita Durán, La Repompa, La Pirula, La Cuenca, Anita Delgado, La Paula. La agenda a pie se completa con dos rutas que comienzan en la Malagueta, donde se puede ver alguna barquilla como testigo de los cantes por jabegotes que nacieron de los marengos en plena faena. Son 'De Jabegotes y pregones' (18 de julio) y 'Flamenco por Málaga' (15 de agosto). El punto de encuentro sirve de excusa para hablar de las ventas y ventorrillos de finales del XIX en la Caleta y el Limonar, de las ventas de los montes y de los verdiales.

Son rutas «didácticas» y, apunta Roji, también «participativas». «A la gente le gusta compartir sus experiencias durante la propia ruta», señala el responsable, que suma estos recorridos a la agenda de la Bienal. Otra forma de descubrir Málaga.