Borrar
Coque Malla, anoche durante el concierto.
Coque y Alondra Bentley, una alianza de película en Málaga

Coque y Alondra Bentley, una alianza de película en Málaga

La versión más intimista del roquero y la delicadeza de la cantante folk-pop inauguran el MaF

Regina Sotorrío

Viernes, 1 de abril 2016, 01:58

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Este concierto tenía que ser en el Cine Albéniz. Para empezar porque con él se inauguraba el MaF, la antesala del Festival de Málaga, pero además porque lo que ayer ofrecieron Coque Malla y Alondra Bentley fue una actuación de cine. Tras el nostálgico vídeo del tema At the movies que ambos grabaron para el canal TCM, llegó la música. Primero ella, luego él. Al final, los dos. Cada cual con un estilo propio y diferente, uno roquero maduro y otra joven folk-pop, pero ambos convencieron. Lo hicieron por separado y también juntos, interpretando a dúo temas como She understand o versionando Something stupid para despedir una noche de película.

Pero eso ocurriría pasadas las doce de la noche. Antes hubo mucho más. Con ese sombrero del que se ha vuelto inseparable, Coque Malla saltaba a escena para guitarra en mano abordar La señal, el tema que abre su último álbum El último hombre en la tierra. Es de los trabajos más redondos (si no el que más) de su carrera y él lo sabe. «La energía de este disco es difícil de sustituir por otro», dijo para justificar que anoche se centrara casi en exclusiva en él. Pero casi, porque no olvidó la preciosa Berlín, La carta, Hace tiempo (con la trompeta de Pepe Andreu) y, por supuesto, No puedo vivir sin ti cantada a coro con el público.

En El último hombre en la tierra se atreve por primera vez a envolver sus canciones de arreglos orquestales (todo un acierto), pero ayer las presentó desnudas, solo su guitarra y el teclado de David Lads. Y pese a ello, los temas no pierden fuerza. A menos instrumentos, Coque Malla ofreció más teatralidad en la puesta en escena recitando, gesticulando o marcando el ritmo a golpe de tacón. El último hombre en la tierra, Cachorro de león, El cambio interior, Me dejó marchar... Un repertorio de letras sinceras que sin los adornos musicales descubren al Coque Malla más intimista.

Coque Malla recogió en el Albéniz el testigo de Alondra Bentley. «One, two, one, two, three, four» y la joven empezó a desgranar los temas de Resolutions, su cuarto álbum. Atrapa con una voz delicada (cuando canta y cuando habla, casi en susurros), un aspecto dulce y cándido y unas canciones nada convencionales que hacen que la etiqueta folk se le quede corta. En cada melodía crea una atmósfera diferente con coros a capella, una completa instrumentación que incluye hasta toques de trompeta y una garganta con la que juega a su antojo. De momentos intimistas como el de la balada Sweet Suise pasa a otros más rítmicos donde las bases cobran fuerza, como What will you dream. Ayudan su banda (con piano, guitarra, bajo y trompeta) y ella, que pone más que las letras: lo mismo se coloca a los mandos del omnichord que coge el bajo o las seis cuerdas.

Presentó lo nuevo e hizo también concesiones a lo antiguo para recordar Of all living creatures, why a human being? (»Algo así como de todos los seres vivos por qué un ser humano») del disco Ashfiel Avenue o Dont worry daddy de The Garden Room. Todo rodeado de un buen juego de luces y efectos de humos. Quién sabe si por eso saltó la alarma de la sala en un momento de la actuación, «y esto no es parte del concierto», puntualizó ella. «¿Empezará a caer agua?», bromeó. Pero no, todo se quedó en una anécdota más de un concierto en «un marco fantástico, súper especial y muy acogedor».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios